Hazzan (Israel)
El Hazzan (o Jazán) es un profesional con formación musical y religiosa que desempeña un papel central en los servicios de la sinagoga. Aunque en el lenguaje común se lo describe como un “cantor” o “cantante judío”, su función va mucho más allá de la simple interpretación musical. El Hazzan es, ante todo, un Sh'liach Tzibbur, un “emisario de la congregación”, un líder que se sitúa a la cabeza de la comunidad para vocalizar las oraciones y conducir el servicio en su nombre.
En sus inicios, en la época del Talmud (siglos I al V de la Era Común), la figura del Hazzan era principalmente la de un funcionario sinagogal, no un músico. Su título, que se traduce como “servidor” o “supervisor”, reflejaba sus responsabilidades. Estas incluían:
• Administración: Mantenía el orden en la sinagoga, se encargaba de que los rollos de la Torá estuvieran preparados y listos, y supervisaba el servicio.
• Educación: A menudo, era el maestro de la escuela infantil de la comunidad.
• Funciones Cívicas: Servía como un pregonero, anunciando el inicio del Shabat en los pueblos y llamando a la gente a la oración.
En esta etapa, cualquier miembro de la congregación con un conocimiento suficiente de las oraciones podía dirigir el servicio. Sin embargo, con el tiempo, la complejidad de las oraciones y el declive del conocimiento del hebreo entre el pueblo hicieron que la comunidad buscara a una persona con habilidades específicas para dirigir las plegarias de manera correcta y melodiosa.
Durante la Edad Media, el rol musical del Hazzan se consolidó. Se convirtió en el Sh'liach Tzibbur por excelencia. La congregación le delegaba la tarea de expresar sus más profundos anhelos y arrepentimientos ante Dios. Su voz no era solo un vehículo para las palabras, sino una representación vocal del corazón de toda la comunidad.
El rol del Hazzan como una profesión respetada a tiempo completo se ha consolidado en los últimos siglos. En los últimos dos siglos, los judíos de varias comunidades europeas, en particular Alemania y Gran Bretaña, llegaron a considerar a los Hazzan con formación profesional como clérigos y al Hazzan como el rabino adjunto. Tras la Ilustración, cuando las naciones europeas otorgaron plena ciudadanía y derechos civiles a los judíos, los gobiernos seculares aceptaron a los Hazzan con formación profesional como clérigos, al igual que a los rabinos.
Paradójicamente, el gobierno de Estados Unidos reconoció a los cantores como el primer clero judío, incluso antes de que se reconociera a los rabinos: como una congregación podía ser organizada y dirigida por un comité de laicos judíos, quienes no tendrían la experiencia en liturgia que tendría un Hazzan, las congregaciones recién formadas a finales del siglo XIX y principios del XX a veces contrataban a un Hazzan para una sinagoga (y se aseguraban de que se estableciera un carnicero kosher en el vecindario) durante un tiempo antes de contratar a un rabino, considerando al Hazzan (y al shokhet, o carnicero kosher) como una necesidad más inmediata. Por lo tanto, el Hazzan solemnizaba matrimonios y representaba a la congregación ante las autoridades civiles.
En los EEUU, muchos hazzanim complementan su ministerio obteniendo también la certificación y trabajando como mohels para ceremonias de brit.
Cantores legendarios como Yossele Rosenblatt, Zavel Kwartin y Joseph “Yossele” Green alcanzaron fama mundial. Viajaban por el mundo en giras de conciertos, grababan discos y llenaban teatros, interpretando música sagrada. Su estilo era una fusión espectacular de la tradición del nusaj con la técnica operística y los ornamentos vocales más elaborados, creando una música dramática y profundamente emotiva. A menudo contaban con la compañía de un coro, conocido como los meshorerim, que amplificaban la majestuosidad de su canto.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la “Era Dorada” del canto sinagogal declinó, pero el rol del Hazzan se revitalizó de nuevas maneras. Hoy, el Hazzan es un profesional con una formación académica y pastoral muy amplia.
Los Hazzanim modernos, especialmente en las corrientes Conservadora y Reformista, se forman en seminarios o escuelas rabínicas. Su plan de estudios es riguroso e incluye:
• Estudios Musicales: Teoría musical, composición, canto coral, dirección de coro y, por supuesto, la maestría del nusaj tradicional.
• Estudios Religiosos: Historia judía, ley judía (Halajá), Talmud, y liturgia.
• Habilidades Pastorales: Consejería, oratoria, liderazgo comunitario y educación.
El Hazzan ya no es solo un cantante talentoso; es un clérigo y un líder espiritual que trabaja en equipo con el rabino.
El Hazzan moderno ha asumido muchas de las funciones del clero. Sus responsabilidades cotidianas incluyen:
• Servicios del Ciclo de Vida: Oficiar matrimonios, ceremonias de nombramiento de bebés y funerales.
• Educación: Enseñar a los jóvenes a leer de la Torá y prepararlos para su Bar o Bat Mitzvá.
• Liderazgo: Dirigir coros, organizar programas musicales y ser un guía espiritual para la congregación.
En la actualidad, las mujeres son ordenadas como Hazzanim en las ramas Reformista, Conservadora y Reconstruccionista del judaísmo, lo que demuestra la evolución del rol en respuesta a los cambios sociales y los valores de igualdad.
La mujer Hazzan más antigua conocida, Julie Rosewald, llamada “Cantora Soprano” por su congregación, es a veces llamada la primera cantora de los EEUU, sirviendo en el Templo Emanu-El de San Francisco desde 1884 hasta 1893. Sin embargo, no fue ordenada.
Otra mujer Hazzan temprana y no ordenada fue Goldye Steiner, quien cantó en conciertos cantoriales así como en espectáculos de Broadway durante la década de 1920. Fue una de las primeras cantoras afroamericanas.
En 1955, Betty Robbins (nacida Berta Abramson en 1924, en Grecia) fue nombrada cantora del Templo Avodah, una congregación reformista en Oceanside, Nueva York. Al igual que Rosewald, no fue ordenada formalmente.
En 1975, Barbara Ostfeld-Horowitz se convirtió en la primera mujer cantora ordenada en la historia judía.
En conclusión, el Hazzan es una figura compleja que encarna la rica historia del pueblo judío. Es un artista cuyo medio es la voz, un líder que guía a su comunidad a través de la oración y la música, y un educador que preserva y transmite una tradición musical milenaria.
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