Orquesta Sinfónica

 

 

Etimológicamente, la palabra Orquesta procede del griego orchêstra (zona para bailar). El término puede aplicarse a cualquier tipo de agrupación instrumental, sea cual sea su origen, desde la orquesta Gagaku del Japón a las orquestas Gamelan de Indonesia y Bali.

En la música culta occidental, hace generalmente referencia a la Orquesta Sinfónica, un conjunto integrado por numerosos instrumentos de cuerda más una selección de instrumentos de viento-madera, metal y percusión.

En la antigua Grecia, el término orchêstra hacía referencia a la zona circular en la parte delantera del escenario utilizada por el coro dramático para cantar y bailar.

En la Edad Media el término pasó a hacer referencia al propio escenario. A partir de finales del siglo XVII, se usó para denominar el conjunto de intérpretes, al igual que en la actualidad. Sin embargo, el término aún denota también el conjunto de asientos colocados a nivel del suelo enfrente del escenario en los teatros y salas de concierto.

Con anterioridad a la época barroca, los compositores centraban la mayoría de sus esfuerzos en la música vocal, considerándose la música instrumental un género menor. Aunque las líneas vocales de la polifonía medieval y renacentista solían ser dobladas por instrumentos, esas agrupaciones instrumentales no se especificaban y, además, tenían un tamaño tan reducido que apenas se parecían a las orquestas modernas.

La llegada de la Ópera en torno al año 1600 ayudó a concretar la instrumentación y a crear una dependencia cada vez mayor de un gran número de instrumentos de cuerda, para aportar cuerpo y equilibrio al viento y la percusión.

Aunque la orquesta nació como tal en el Barroco (siglo XVII y principios del siglo XVIII), fue en el Clasicismo (segunda mitad del siglo XVIII) cuando se estableció la instrumentación y la forma con la que se la conoce actualmente, si bien hubo que esperar hasta finales del siglo XIX para la llegada del perfeccionamiento técnico de los instrumentos.

Hasta finales del siglo XVIII los músicos, distinguidos por su peluca, tocaron de pie. El director, que generalmente era el compositor, llevaba el compás de la orquesta desde el clavicordio.

Surgió la orquesta de Mannheim en Alemania, formada por dieciséis violines, cuatro violas, dos violonchelos, dos contrabajos, tres flautas, tres oboes, dos clarinetes, cuatro fagotes y cinco cornos, sumándose trompetas y tambores cuando era necesario. Este conjunto había alcanzado la perfección gracias a Johann Stamitz (1717-1757), convirtiéndose en el modelo de orquesta clásica.

La necesidad de un instrumento sonoro más grande y más variado se dio con la llegada del siglo XIX, en el que tuvo lugar una de las transformaciones más grandes e importantes en todas las artes, que surgió, entre otras razones, de la Revolución Industrial, y que ha sido denominada romanticismo.

A partir de Ludwig van Beethoven, que marcó el final del clasicismo y el principio del romanticismo, la Orquesta Sinfónica empezó a crecer, tanto en nuevos instrumentos como en nuevos lenguajes musicales.

La orquesta de gran tamaño –puede llegar a los cien componentes– se denomina Orquesta Sinfónica u Orquesta Filarmónica (hoy en día los adjetivos no distinguen el contenido o función de la orquesta, pero pueden ser útiles para diferenciar a orquestas que residen en una misma ciudad; por ejemplo, la Orquesta Sinfónica de Londres y la Orquesta Filarmónica de Londres). Antiguamente, la Orquesta Filarmónica era una asociación de amigos que interpretaban música, mientras que la Sinfónica era la que estaba patrocinada por un particular que pagaba para la formación de la orquesta.

Los instrumentos orquestales se suelen dividir en tres grandes grupos, también denominados familias orquestales:

• Instrumentos de cuerda (cordófonos):

Cuerda frotada: violines I y II, violas, violonchelos y contrabajos.

Cuerda pulsada: arpa.

Cuerda percutida: piano.

• Instrumentos de viento (aerófonos):

Viento madera: flautín o piccolo, flauta, oboe, corno inglés, clarinete, clarinete bajo, fagot y contrafagot.

Viento metal: trompa, trompeta, trombón y tuba.

Viento con teclado: órgano.

• Instrumentos de percusión (idiófonos / membranófonos):

Percusión de afinación determinada: timbales, xilófono, lira, campanólogo, celesta, etc.

Percusión de afinación indeterminada: caja, tambor, bombo, platillos, triángulo, castañuelas, pandereta, etc.

A medida que las composiciones exigieron más capacidad, las orquestas llegaron a ser más numerosas. Hector Berlioz (1803-1869) especificó sesenta violines para su obra “Symphonie Fantastique” (1830). Se necesitaron enormes orquestas para ejecutar las obras de Richard Wagner (1813-1883), Gustav Mahler (1860-1911) o Richard Strauss (1864-1949). Claude Debussy (1862-1918) y Maurice Ravel (1875-1937) añadieron diferentes instrumentos para aumentar la gama de colores de la orquesta. Una de las orquestas más numerosas jamás formada es la utilizada para “La Consagración de la Primavera” (1913) de Igor Stravinsky (1882-1971) integrada por las cuerdas habituales, flautín, tres flautas, flauta en sol, cuatro oboes, corno inglés, clarinete en re, dos clarinetes en sib, clarinete en la, clarinete bajo, cuatro fagotes, contrafagot, ocho trompas, cinco trompetas, tres trombones, dos tubas, tres juegos de tres timbales, bombo, tam-tam, triángulo, pandereta, güira y dos crótalos.

El director de la orquesta tiene como función principal dirigirla o, incluso, aportar su parte en la formación musical de los participantes. Este no solo mantiene el tiempo de la obra y va dando la entrada de los instrumentos para que cumplan con su parte, sino que también interpreta la partitura, pudiendo dar su visión particular, lo que hace una diferencia en las escuchas según la persona encargada.

Las Orquestas Sinfónicas son un elemento fundamental en la interpretación de la música clásica y contemporánea. Además, también han ampliado su repertorio para incluir otros géneros musicales, como el Jazz y la música popular. Estas agrupaciones continúan evolucionando y adaptándose a los cambios en la música y la sociedad, asegurando así la supervivencia y relevancia de la música sinfónica en el mundo actual.

 

 

Fuentes:

 

• March.es

• Pleorquestasinfonica.blogspot.com

• Orquestafilarmonia.com

 



 












































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