Cururú (Brasil)
El Cururú es un estilo de danza folklórica brasileña, practicada tradicionalmente en la región centro-occidental del país, principalmente en los estados de Mato Grosso y Goiás. Esta danza tiene sus raíces en la cultura indígena y se caracteriza por movimientos vivos, un ritmo llamativo y letras improvisadas.
También puede ser simplemente cantado, con dos guitarristas
compitiendo por versos y canciones repentinas. El origen exacto de la danza Cururú
es difícil de determinar, ya que es una práctica popular transmitida oralmente
de generación en generación. Sin embargo, se cree que el Cururú tiene sus raíces
en las culturas indígena tupí-guaraní (con función ritualística), africana y
portuguesa, que se mezclaron en la región centro-occidental de Brasil. Los
pueblos indígenas que habitaban la región ya tenían sus propias formas de danza
y música, y estas tradiciones se entrelazaron con las prácticas aportadas por
los africanos esclavizados durante el período colonial. Los africanos llevaron
consigo ritmos, movimientos e instrumentos musicales que se incorporaron a la
cultura local. Con la llegada de los portugueses y la colonización de la
región, hubo aún más influencias culturales, incluidos elementos de la danza y
la música tradicionales portuguesas. Esta mezcla de influencias indígenas,
africanas y portuguesas resultó en el desarrollo del Cururú como una expresión
cultural única y característica de la región centro-occidental de Brasil. El
origen del nombre también es controvertido. Hay dos teorías: una, que dice que
proviene del “caruru”, una planta que se cocinaba con los frijoles que se
servían antes del inicio de los rezos y bailes; y otro que tiene sus orígenes
en el sapo cururú. La expresión del Cururú
de Mato Grosso fue ampliamente investigada por el guitarrista y compositor Roberto
Corrêa (1957) y homenajeada en su álbum “Cururu e Outro Cantos das Festas
Religiosas/MT” (2009), es considerada una tradición fundacional de la
sociedad del estado de Mato Grosso. Según Corrêa, es a través del Cururú
que se consolida la importancia de uno de los símbolos más sólidos de la
cultura de la región, especialmente en su porción del Pantanal: la viola de
cocho.
Instrumento elaborado a mano a partir de un robusto tronco de madera y
con una forma similar al recipiente utilizado para alimentar a los animales, la
viola de cocho está formada por cinco o cuatro cuerdas y representa el ingenio
de los campesinos para crear posibilidades para el desarrollo artístico y
expresión cultural de su comunidad. A
lo largo de los años, el Cururú ha sido preservado y transmitido
de generación en generación por las comunidades locales, especialmente en las
zonas rurales donde las tradiciones populares se mantienen vivas. Hoy en día,
el Cururú
sigue siendo una forma importante de expresión cultural y es valorado como
parte del patrimonio cultural brasileño. El Cururú suele realizarse
en parejas, con hombres y mujeres formando un círculo y bailando con
movimientos coreografiados. Los bailarines acompañan la música con palmas y
pasos específicos, creando un ambiente alegre y festivo. Los instrumentos
musicales tradicionales utilizados para acompañar al Cururú incluyen la viola
caipira, la viola de cocho, la viola de buriti y el adufe (pandero), con los
que se interpretan canciones country y cantan versos
que pueden ser de reverencia religiosa o temas prosaicos lanzados como desafíos
entre los intérpretes. Esta danza
se realiza generalmente en fiestas populares, celebraciones religiosas, como la
Festa do Divino Espírito Santo, y otras ocasiones festivas en la región
centro-oeste de Brasil. El Cururú se considera una expresión
cultural importante y representa la identidad y tradición de esta región
específica. Es importante señalar que, como ocurre con cualquier forma de danza
folklórica, las características exactas del Cururú pueden variar
según la comunidad y las tradiciones locales. Para bailar el Cururú
es útil seguir algunos pasos básicos, como son: • Posicionamiento: se forma un
círculo con los bailarines, alternando hombres y mujeres. Se toman las manos y se
levantan, listos para comenzar el baile. • Pasos básicos: El Cururú
se baila con pasos cortos y enérgicos. Se puede comenzar dando pasos hacia
adelante y hacia atrás, golpeando rítmicamente el suelo con los pies. Se
mantienen los movimientos ligeros y fluidos, siguiendo el ritmo de la música.
•
Palmas: Las palmas son una parte importante del Cururú. Sigue la música
aplaudiendo al ritmo. Generalmente, las palmas están sincronizadas con los
movimientos de los pies y otros instrumentos musicales. • Movimientos
corporales: el Cururú también implica movimientos corporales, como balancear
los brazos y el torso. Se presta atención a los bailarines que rodean y siguen
sus movimientos. • Improvisación vocal: una característica sorprendente es la
improvisación vocal. Mientras bailan, los bailarines pueden improvisar letras o
versos, respondiéndose entre sí de forma espontánea. Estas improvisaciones
generalmente se realizan en forma de desafío y son una parte divertida e
interactiva del baile. Recordando que estas son sólo pautas generales, ya que
pueden variar según la región y las tradiciones locales. Se recomienda observar
bailarines experimentados o participar en clases o eventos folklóricos para
aprender movimientos específicos y profundizar en la práctica del Cururú.
En las fiestas religiosas, el Cururú lo cantan y bailan únicamente
los hombres. El punto culminante de la actuación es el momento en que el Divino
“aterriza”, cuando el cururueiro (o canturião) canta y da la bienvenida a su
llegada. En este punto debe demostrar su capacidad para citar versículos
bíblicos y a partir de ellos crear historias cuyo rumbo determinará, a modo de
narración. Sin embargo, hoy las temáticas son más libres y pueden incluir
contenidos políticos, sociales e incluso deportivos. Como
muchas de las manifestaciones populares tradicionales del país, el Cururú
se mantiene vivo gracias a la dedicación de los participantes, los cururueiros,
por preservar la danza como un rasgo de identidad importante para sus
comunidades. Sus diferentes expresiones, muestran que, dada la oportunidad de
algunas variaciones y adaptaciones, el Cururú es una práctica cultural
perenne que demarca la pluralidad y vivacidad de los pueblos del interior
brasileño.
Fuentes:
• Enciclopedia.itaucultural.org.br
0 comentarios: