Seungmu (Corea)
El Seungmu, o elegante danza del monje, es un baile tradicional coreano que tiene su origen en budismo de ese país. Ha sido por largo tiempo la pieza de danza favorita del repertorio clásico. No hay evidencia fáctica disponible para apoyar el origen de este estilo de baile, ya que existen demasiadas historias al respecto.
Sin
embargo, según algunos investigadores, esta danza puede haberse desarrollado
utilizando algunos rituales budistas y danzas étnicas o folklóricas como base. Por
otro lado, según cierto hecho cultural, puede haber sido a partir del “Bubgo”,
una danza ritual budista de donde se pudo haber creado el Seungmu. Además, aunque
este estilo de baile es básicamente de naturaleza tradicional, a lo largo de
los años se ha transformado en un baile en solitario por parte de bailarines
profesionales. Una de las historias más difundidas respecto de su origen dice
que, la historia comienza con una mujer del entretenimiento profesional del
siglo XVI quien decidió seducir a un monje de carácter noble. Ella se disfrazó
con una túnica budista con capucha, se presentó ante el monje con el impactante
espectáculo de una danza de tambor, y se desnudó al final. El monje se resiste
inicialmente pero finalmente capitula en total éxtasis. La danza del monje
entremezcla en patrones altamente formalizados un matiz de pasión erótica con
la devoción pura a Buda. La danza se deriva de la tradición budista, como
sugiere su nombre. Sus orígenes se remontan a unos 500 años, y todavía se
practica hoy en día como una danza que se realiza durante las ceremonias
budistas como una forma de ofrecer algo físicamente a Buda. Los Seungmu
que uno ve hoy en día, sin embargo, son piezas escenificadas con importantes
componentes teatrales que se destacan como obras de arte que persiguen ideales
seculares en lugar de religiosos.
Con el paso del tiempo la Danza
del Monje se convirtió en algo más mundano. Hacia 1910 los bailarines
profesionales de los centros de entretenimiento establecieron la forma que se
conoce en la actualidad. Los principales ciclos rítmicos son yeombul y dodeuri
de 6/4, gutgeori de 12/8 y taryeong de 3/4. Cuando se crea mucha tensión el
tambor se acelera hasta en cuádruple hwimori (4/4) y el rápido jajinmori (4/4).
Se dan siete cambios de ciclo rítmico. Los instrumentos acompañantes son un
conjunto de samhyeonyukgak de tres cuerdas, el geomungo, gayageum y dangbipa,
mas parejas de buk, janggo, haegeum, piri y taepyeongso. En ocasiones tan solo
un percusionista se sienta detrás de un pequeño escenario. Existen varios
puntos de vista acerca de los que el tambor representa. Algunos argumentan que
este describe el curso de la obtención de la iluminación. Otros lo interpretan
como la personificación del dilema de los placeres terrenales. Como alas blancas
de un ave que se agita desde un árbol dosel, el bailarín trae el éxtasis eterno
de Buda a los seres mortales. Los intérpretes expertos consideran la Danza
del Monje como la cúspide del repertorio de danza clásica, ya que esta
requiere del máximo nivel de técnica y refinamiento. Lleva puesta una delicada
capa con capucha y con mangas largas, tan largas que parecen tocar el techo,
haciéndolo lucir más alto de lo que en realidad es. La belleza especial de esta
danza proviene del esfuerzo que hace el monje por liberar su espíritu soltando
y conteniendo la energía. Las largas mangas contribuyen en gran medida a la
estética. La decoración del escenario es muy sencilla y prácticamente no emplea
escenografía ni ningún elemento adicional. El bailarín lleva unas baquetas
envueltas en las mangas.
Estas ayudan a que los patrones coreográficos sean
angulares y también se usan para la sección en donde se interpreta el tambor. La
coreografía está dividida en cinco secciones únicas, y en todas ellas se funden
la poesía, la quietud, y el poder viril en una forma desconocida en otras
piezas clásicas. En la primera sección, yeombul, el bailarín hace uso de
movimientos lentos y largos, dibujando curvas gentiles con sus mangas. Esto
desemboca en movimientos ágiles y amplios en la sección taryeong. Con
movimiento corporales dinámicos, el bailarín en forma vigorosa se agacha y
salta en un estado trascendental. A medida que el ciclo rítmico cambia a
gutgeori, acentúa posturas fascinantes de elegancia refinada. En la sección de
la danza del tambor, siguiendo el ritmo de 12/8 de dang-ak, el bailarín saca
las vaquetas de sus mangas. Luego con movimientos dramáticos redondos de las
vaquetas alrededor de las cuñas de madera de la circunferencia del tambor,
acelera gradualmente hasta un crescendo impresionante de percusión. El calor de
la pasión es luego atenuada con los movimiento tranquilos del final, la sección
de danza gutgeori. En 2007, en la plaza al aire libre del Parque Olímpico en
Seúl, una actuación masiva conocida como “108 Seungmu”, que incluyó a 108
bailarines, el demostró Seungmu al unísono. Basado en la
idea de que una persona experimenta 108 períodos de sufrimiento a lo largo de
su vida, el número “108” se refiere a la práctica budista de hacer 108
reverencias.
Fuentes: