En el puerto fluvial de Manaos de un bar cualquiera llega un sonido
ensordecedor: es el ritmo repetitivo del Tecnobrega. “Brega”, en Brasil,
significa “de mal gusto”, pero la palabra también da nombre a una música nacido
cerca de la desembocadura del Amazonas, en la ciudad de Belém, con la que
bailan y disfrutan miles de jóvenes.
Durante la primera década del siglo XXI,
en el Estado de Pará, se ha ido estableciendo un mercado con un sistema de
distribución paralelo al de la vieja industria discográfica para esta música
acelerada. Una computadora y un software son más que suficientes para crear las
canciones. Tecno Brega, o Tecnobrega (tecno cursi o tecno
sexy), es una forma de música del norte brasileño, particularmente de Belém. Es
un género musical creado primeramente por remixados y modificación de la música
popular y la música de los 80. A pesar de que un gran número de obras de
músicos famosos son usados en el Tecnobrega, la mayor parte del
material son grabaciones originales. Las canciones son creadas por los
productores en estudios improvisados, en sus dormitorios o cuartos sin uso. A
diferencia de la venta tradicional en formato de CD, el Tecnobrega se caracteriza
por nuevos métodos de distribución. En lugar de vender los CDs en las tiendas a
precios de mercado, el Tecnobrega se vende a un precio
mínimo por vendedores callejeros informales. Los CDs o DVDs a menudo son copias
de copias de originales grabados en estudios caseros y fabricados prácticamente
a coste cero, revenden en mercados callejeros a precios irrisorios. Para los
músicos de la región, son apenas un soporte publicitario, ya que obtienen sus
ganancias al ser contratados para tocar en “festas de aparelhagem”, las fiestas
al estilo de los sound systems, de las que en Belém hay miles al mes. Los
beneficios de las ventas de los discos se los quedan los vendedores ambulantes
en lo que se ha dado en llamar “proliferación popular de la propiedad
intelectual”. El género mezcla elementos de música comercial internacional,
como la música electrónica y la música Pop, con géneros regionales de Pará,
como el Calipso y el Forró electrónico. El Tecnobrega,
existe desde 1994 pero cobró popularidad en el 2002, se desarrolló ante la
incapacidad de los músicos de pagarles a los integrantes de una banda y de los
consumidores para reunir fondos con el fin de adquirir discos legítimos.
Gaby Amarantos
En 2002, la banda Tecno Show, dirigida por Gaby
Amarantos, decidió aventurarse a mezclar el Carimbó y el Calipso
tradicionales con géneros de música internacionales que dominaban las radios y
las fiestas, como el Pop, la música electrónica y el Forró
electrónico. La mezcla de estos ritmos empezó a llamarse Tecnobrega. Con el éxito
del grupo, otras bandas surgieron, incluyendo a Banda Ravelly, Viviane
Batidão, Xeiro Verde y Electro Batidão. Los músicos, a
menudo, producen su propio material, con muy poco interés en aplicar su derecho
de autor, por lo que la música ”nace libre”. La mayoría de los artistas parecen
apoyar este sistema debido a la mayor publicidad que ofrece. De esta manera,
los vendedores callejeros, además de hacer las copias, se encargan de
publicitar los eventos con esos CDs. Esas publicidades son para grandes fiestas
en vivo al estilo jamaiquino, muy semejante a los conciertos Rave.
De esta forma, los productores y músicos pueden ganar mucho más cobrando
entradas, vendiendo copias de música en vivo de esa noche, además de venta de
otros productos. Cada fiesta puede llegar a atraer entre 12000 a 15000 personas
en cada presentación. En estos eventos, la presentación puede incluir “saludos”
para amigos, familia o vecinos, haciendo de esta forma que los CDs tengan mayor
valor, tanto monetario como sentimental para la audiencia. Estos “saludos”
pueden hacerse para los CDs pagados antes del concierto. El costo de un disco
del evento puede rondar los 2000 reales (unos 400 dólares) por evento. En los
eventos normalmente se mezclan los samples promocionados, así como música en
vivo de cantantes y bandas. Estas fiestas electrónicas, además de proporcionar
ingresos económicos fuertes a los artistas, es una catapulta comercial
importante, debido a que tanto la presentación como los CDs (que no pueden
considerarse fuente de ingresos), hacen que la calidad del artista sea
difundida exponencialmente, favoreciendo a que se lo requiera en muchos más
eventos, lo que redunda en mayores ingresos de acuerdo a su popularidad. Varios
DJs y productores musicales del movimiento Tecnobrega participaron en la
película documental compartida por peer-to-peer “Good Copy Bad Copy”.
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