Caimán Cienaguero (Colombia)

 

 

Registra la historia que 1600 años antes de la llegada de los conquistadores ya los aborígenes adoraban al caimán. Los pueblos primitivos tenían gran respeto y admiración con determinados animales de la región donde vivían, considerándolos unos dioses o héroes; así ocurría con los nativos que le rendían culto al caimán, que abundaba en los cenagales, caños y pantanos de la región, sacrificándole niños porque se tenía la creencia que al morir su alma tenía el privilegio de ir directamente al Cielo, que le ocasionaba una mezcla de alegría y tristeza, con cierta complacencia de felicidad que les proporcionaba el caimán que se la comió.

Aquellos rituales, fábulas y mitos, al doblar los años y los siglos y los cambios culturales, se fueron mezclando perdiendo su carácter mitológico y sus costumbres de fúnebre rememoración, para dedicarse por entero a la bien empleada misión de entusiasmar y divertir, conformándose de una manera rudimentaria la historia de esta danza. Una mezcla de danza, música y color se vive año tras año en el municipio de Ciénaga con el Festival del Caimán. Pero esta fiesta no nació ayer, según la historia, su origen se remonta a mediados del siglo XX en los años de la bonanza bananera. Son muchas las historias que se han tejido a partir de la leyenda del Caimán. El Caimán Cienaguero es mucho más antiguo que el festival, mientras que el festival tiene 61 versiones, el caimán data de más de 100 años, así nacieron estas festividades. Según cuenta la leyenda ideada por el escritor y poeta Darío Torregrosa Pérez, una familia de pescadores vivía en el municipio de Ciénaga Magdalena, la pareja estaba conformada por Miguel Bojato y Ana Carmela Urieles junto a sus dos hijas, Juanita y Tomasita, esta última cumplía años el 20 de enero, día de San Sebastián. Cuenta la leyenda que para el festejado cumpleaños Ana Carmela salió a hacer las compras con sus hijas Tomasita y Juanita en una de las tiendas de Las Mercedes y se distrajo mientras sus hijas jugaban a la orilla de la laguna sin percatarse que el caimán las observaba detenidamente, aguardando pacientemente atrapar a una de ellas y arrastrarla al fondo de las turbulentas aguas, al primer descuido que se aproximaran a él.
A escasa distancia de la niña, la superficie de las aguas de Las Mercedes se rompía ligeramente. De repente, sin aparente motivo, la superficie vuelve a parecer completamente plana como un espejo. No sabían las inocentes niñas que cuando el caimán desaparece de vista es cuando más peligroso es, y nadie, absolutamente nadie, está seguro ni dentro del agua ni en la orilla, ya que es un ondulante torpedo que se desplaza con gran agilidad por entre los matorrales y viejos troncos sumergidos que ruedan entre el agua con apariencia inofensiva, y aquel caimán no deambulaba al azar. Poco después, de nuevo, sus ojos sobresalen entre las redondas y grandes hojas flotantes más cercanas a la orilla impidiendo ser visibles. Se acercaba lento y silencioso, y sus ojos fijos en aquella criatura… en la tierna e inocente Tomasita. De repente, la tranquilidad del ambiente desaparece. La superficie del agua abruptamente se rompe en la orilla y Tomasita, la inocente niña que jugaba a orillas de aquel tenebroso lugar de Las Mercedes, trata de correr en desesperado intento para salvarse, pero todo es inútil. Todo fue en un abrir y cerrar de ojos. Dos enormes mandíbulas armadas con unos dientes puntiagudos y poderosos salen del agua y hacen presa fácil en la tierna niña, que en un instante desapareció bajo la superficie cuando el maldito caimán dio un brusco giro… y se sumergió con ella para siempre. Cuenta la misma leyenda, que a los niños en esa época no se les hacía velorio, sino que se les canta y se les baila para que puedan llegar al cielo y convertirse en ángeles, por lo que la madre de Tomasita canta en el velorio el primer verso del Caimán, ese que todos cantan durante las festividades de Ciénaga, teniendo en cuenta que era el día de San Sebastián.
“Hoy día de San Sebastián, cumple años Tomasita y ese maldito animal se ha comido a mi hijitica”, mijta linda ¿dónde está tu hermana? ¡El caimán se la comió! Este verso ha sonado por muchos años y se convirtió en insignia del festival. Hubo un par de años en los que no se realizó la festividad y es donde el alcalde de la época en el año 1963 inició de manera organizada, la primera versión del festival del Caimán Cienaguero. Inicialmente y por tradición en el festival, solo participaban hombres, las mujeres no tenían participación, por lo que ellos se disfrazaban de mujeres y no había reinado. La danza del caimán se sacaba en carnaval y se bailaba entre hombres armados con simuladores de arpones, representando lo que significaba la danza: La cacería del caimán. A la cabeza de la danza iba el caimán bailado con destreza por uno de sus danzantes, que era el que llevaba la voz cantante que siempre era un buen improvisador. Musicalmente aquella danza, distinta también en su coreografía y vestimentas, se acompañaba con tambor, pito atravesao y guacharaca. Los versos, cantados en décimas, octavas y cuartillas inspirados siempre en cosas jocosas y reales, mostraban la originalidad de aquel baile.
Con el tiempo Ciénaga creó su conjunto folklórico, copió la danza del caimán de Pueblo Viejo, la incorporó y la adaptó a su folklore variando el formato musical reemplazándolo por el acordeón y el clarinete, modificando la coreografía y los versos, hoy cantados en cuartillas. Con el transcurrir del tiempo se vio la necesidad de un elemento fundamental como la imagen de la reina. No sólo los cienagueros participan, sino que el Festival Del Caimán Cienaguero, recibe participantes de Barranquilla, Santa Marta, de la Zona Bananera, Boyacá, Cundinamarca, Huila y el Meta entre otros inscritos formalmente, lo que indica que el festival ha crecido. Existen distintas categorías de caimanes, que son la categoría infantil, popular, de proyección y la categoría nacional. El caimán es la imagen principal de la fiesta cienaguera, sin la presencia de la imagen de este animal las fiestas celebradas en la segunda ciudad del departamento no tendrían sentido, por tal importancia, es pertinente conocer las características del reptil más popular en esta tierra. Durante la fiesta, se puede ver caimanes de diferentes tamaños, texturas y materiales, hay caimanes de cartón, plástico, tela, esponja, fibra, entre muchos otros más, la creatividad de los cienagueros no se queda corta a la hora de personificar o materializar el icono de sus fiestas, el caimán. Con el paso del tiempo, este evento se ha consolidado como una de las festividades más representativas del Caribe colombiano, no solo por la leyenda que lo envuelve, sino también por la conservación de las distintas manifestaciones culturales que lo conforman.

 

 

Fuentes:

 

• Elinformador.com.co

• Lalupacienaga.com.co

 


 
























































0 comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...