Qhapaq Qolla (Perú)
Qhapaq Qolla (del quechua qhapaq: noble, principal, poderoso; y Qolla: pueblo indígena), escrito también como Capac Colla, es una danza popular del distrito cuzqueño de Paucartambo, en el Perú. Se realiza en festivales de la región del Cusco, como en la Fiesta de la Mamacha Carmen de Paucartambo y durante el importante Quyllurrit'i, festividad religiosa que se desarrolla en las faldas del nevado Ausangate durante el solsticio de invierno.
Según la
tradición, los personajes de esta danza representan al comerciante del
altiplano (Qollasuyu) que llegaba a Paucartambo (Antisuyu) en los días de
fiesta arreando recuas de camélidos (llamas, alpacas, guanacos), todos ellos
cargados de productos de la zona, como: Ch’arki, queso, qañihua, lana, fibra y
otras mercancías, para luego internarse a los diferentes distritos y
provincias. Naturalmente se dirigían a los valles de Cusco, Valle Sagrado, muy
en particular al de Paucartambo, para así realizar el trueque de sus productos
con sus homónimos agricultores, llevarse productos como: maíz, habas, licor,
coca, frutas, y otros productos manufacturados; habitualmente coincidían con
días festivos y patronales. Esta danza parodia y representa a los legendarios
comerciantes del altiplano, arrieros de llamas que antaño llegaban para
realizar el “Trueque de productos”. Su origen remonta a la época virreinal,
cuando se rendía culto a la Virgen del Carmen de Pucará (Puno), dice la
historia: que cada año, una joven paucartambina viajaba a este lugar para
comerciar con los altiplanos, en la habitación donde se hospedaba halló la
cabeza de la imagen de la Virgen del Carmen, la cual se la trajo a la tierra de
Paucartambo, allí hizo completar el resto del cuerpo, y posteriormente donarla
a la iglesia. Con el tiempo se instituyó el culto a la sagrada imagen,
propagándose por todo lugar.
De ésta forma la danza se materializa en una
evocación que hacen los paucartambinos de los qollas llameros, entonando en
quechua todas sus penurias y sucesos que sufrían en su travesía para llegar al
pueblo a saludar a la Virgen del Carmen, sobre la tristeza de tener que
despedirse al final de la fiesta, y piden estar con vida para volver al
siguiente año. Se baila en toda la festividad, en pasacalles, con pasos suaves,
muy en particular, las manos que imitan hilar una rueca (pushka), en las
procesiones, acompañan con un profundo conmovedor cántico coral, para luego
terminar alegremente con una guerrilla, con los Qhapaq Chunchos, un encuentro
frontal de riña y disputa entre ambos bandos, el teatro y el sarcasmo se
manifiesta. Los personajes que integran la comparsa son: un alcalde (jefe del
grupo), una imilla (la mujer del alcalde qulla), varios danzantes o qulla
agrupados en dos filas, un llamero que camina solo jalando una llama a la que
se llama ch’aska macho y que va cargada de productos de la región del
altiplano, y uno o más niños llamados chanako. Los danzantes se ubican en la
fila según la antigüedad que tengan en la comparsa. La mayoría de los danzantes
son hombres adultos; no todos son residentes en Paucartambo, pero se exige que
hayan nacido en el pueblo. El grupo musical que los acompaña está conformado
por un acordeón, quenas, un violín y un bombo. Los Qhapaq Qulla aparecen en
los mitos de llegada de la virgen al pueblo y participan en la guerrilla.
Este
hecho obliga a la danza a estar presente en la fiesta otorgándole una
importancia ritual muy grande. Además, los Qhapaq Qulla junto con los Qhapaq
Negro son las únicas dos comparsas que tienen cantos para la virgen,
por lo que la acompañan de cerca en el templo y en las procesiones. Cuando la
virgen es puesta en el altar durante los días de fiesta se colocan dos pequeños
muñecos, uno de cada lado, que representan a un Qhapaq Qulla, y a un Qhapaq
Negro. Estos muñecos acompañan y adornan a la virgen. Los danzantes de Qhapaq
Qulla de Paucartambo tienen la obligación de asistir también a la
festividad del señor de Quyllur Rit’y que se realiza cada año una semana antes
de Corpus Christi en el nevado del Ausangate en la provincia cuzqueña de
Quispicanchis, que limita con la de Paucartambo. Asistir tres años seguidos a
la peregrinación al Santuario del Señor de Quyllur Rit’y, es incluso una
condición para ser aceptado en la comparsa y poder bailar en los días de la
fiesta de la Virgen del Carmen. El bautizo de un nuevo integrante consiste en tomarlo
de los brazos y piernas, alzándolo boca abajo. Luego el caporal de la comparsa
le da tres latigazos en el trasero sobre el que los demás danzantes han echado
cerveza. El sentido que tiene pisar el trasero del danzante que se está
bautizando hace alusión a la marca de llamas y alpacas. En esta danza existen
una serie de elementos que recrean la manera de moverse, de jugar y de silbar
de las llamas. Hay, incluso, mudanzas en la coreografía que hacen alusión
directa a estos animales. Los danzantes afirman que imitan a las llamas porque
sus personajes representan al altiplano, donde estos animales viven. Por lo
tanto, en la danza no solamente se representan personajes determinados, sino
todo un universo de cosas y valores relacionado a ellos, que en este caso tiene
como denominador común la región del Qullasuyu.
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