Zambra (España)
La Zambra Gitana forma parte de la cultura del Flamenco. Sin embargo, el origen del Flamenco es hoy día una incógnita debido a la mezcla de culturas que había en Andalucía. A dicho mestizaje, se le sumó la cultura de los gitanos, un pueblo nómada que llegó a España desde la India.
El desarrollo del Flamenco a lo largo y ancho de
Andalucía tiene múltiples orígenes descritos, entre ellos la Zambra
del Sacromonte, Zambra Morisca o Zambra
Gitana, que hoy día es parte capital de la cultura flamenca. El origen
de la palabra Zambra proviene del árabe “zamra” (flauta) o del árabe clásico “zamara”
(músicos). Esto da una pista para intuir de qué puede tratarse. La Zambra
Gitana
nació en el Sacromonte, en las cuevas de los gitanos en Granada y en las cuevas
de Almería. Este cante y baile Flamenco se inspiró en las bodas
musulmanas de la ciudad. Durante las persecuciones a los moriscos, estos se unieron
a los gitanos, de forma que los últimos se enriquecieron con su arte. En las
bodas árabes se realizaban bailes. Y con el paso del tiempo estos bailes
también se hicieron tradicionales en las bodas gitanas del Sacromonte. De ahí,
surgieron las zambras. Como una representación de los tres bailes de las
bodas gitanas: la alboreá, la cachucha y la mosca. Cada uno de estos simboliza
un momento de la ceremonia. • Alboreá. Como esta ceremonia se
desarrolla en durante el alba, el baile recibe su nombre de alborada. Aquí se
representa la pureza de la novia. Y suele ser una danza que lleva un ritmo de
soleá por bulerías. Donde predomina la coreografía. • Cachuchá. Representa el
momento en el que el novio pide la mano de la novia. Y suelen bailar dos
mujeres, acompañadas por un coro de parejas, como si fuera un coro a los
novios. El punto más importante de la Cachuchá es cuando una de las
bailarinas se arrodilla. Representando al novio pidiendo perdón a la familia de
la novia por llevársela. • Mosca. Este baile consta de dos
partes. En la primera, unas cuantas parejas de mujeres, normalmente cuatro, se
colocan frente a frente una frente a la otra y dan unos pasos, el más
característico de los cuales consiste en levantar con fuerza una pierna y luego
girar en sentido contrario. En la segunda, todas forman una gran rueda que gira
sin cesar mientras las bailaoras se animan con un estribillo como “¡mosca!”.
Al
mismo tiempo, cada cuatro pasos levantan la pierna derecha y golpean sus
delantales de la misma mano. Lo que termina la ceremonia de la boda y la Zambra
Gitana. Las características principales de la Zambra Gitana son que se
bailaba con los pies descalzos, se vestía una blusa que se anudaba por debajo
del pecho y, por último, con una falda larga con pliegues amplios, que se ata a
la altura de la cadera. Esta falda parecía flotar al bailar. Entre las primeras
Zambras
Gitanas creadas, las que consiguieron más renombre, son las del Cujón,
Manolo
Amaya, o María la Canastera. La práctica de la zambra estuvo sometida a
intentos de extinción tras la conquista del Reino de Granada, incluso fue
prohibida por Carlos V durante el periodo de la Inquisición, en el siglo XVI,
la Zambra
Gitana se prohibió porque se las asociaba en exceso al recuerdo de la
presencia de los moriscos y por ser considerada una danza indecente. Su
continuidad, de forma clandestina, mantuvo vivo el legado. La cultura gitana
del Sacromonte se convirtió en depositaria, velando por su supervivencia. Aunque
perpetuada a través de la transmisión oral, la Zambra (danza y música)
es la ceremonia con más aporte de documentación histórica e iconográfica de
cuantas existen. Comparte alusiones en la literatura de los siglos XVII y XVIII
junto a otros géneros Flamencos y como peculiaridad de los
moriscos de Granada. Incluye una modalidad de Tangos y se caracteriza
por una serie de bailes, cantos, recitados, sortilegios y juegos musicales;
todos ellos forman un conjunto que gira en torno a los desposorios. La Zambra
era el rito lúdico musical que acompañaba la ceremonia de la boda en la cultura
andalusí. A pesar de los obstáculos, el Flamenco como arte musical empezó a
tener relevancia a partir del siglo XIX. Los escritores románticos, ensalzaron
el tópico de los gitanos del Sacromonte. Los gitanos siempre aparecían bailando
Flamenco
en sus obras.
Así, cuando iban a Granada, los llamados viajeros románticos
llegaban con esa imagen de los gitanos cantando y bailando Flamenco en su cabeza.
Este tópico se ve reforzado, porque, para ser los primeros en hacer un
espectáculo para los turistas y poder así cobrar, salían de casa vestidos de
flamencos. A partir de ahí, las cuevas del Sacromonte se convirtieron en un
símbolo de la cultura española. De hecho, el Flamenco está muy
presente en la Generación del 27. El punto de inflexión es el Concurso
de Cante Jondo que organizaban Manuel de Falla, Federico
García Lorca y otros miembros de la tertulia del Rinconcillo. El
evento, donde se veía a gente como Fernando de los Ríos, Adolfo
Salazar o Juan Ramón Jiménez, se convirtió en un hito nacional, que
sirvió para dignificar y difundir una nueva forma de cultura. La singular danza
de la Zambra se convirtió en una atracción exótica y muy reclamada
desde aquellos primeros turistas hasta los de nuestros días. Bailaoras de la
talla de Carmen Amaya, La Chunga o Pilar López la adoptaran
en sus memorables interpretaciones teatrales. En febrero de 2019, el
Ayuntamiento de Granada inició los trámites para que la UNESCO reconozca la Zambra
Gitana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este hecho
contó con el respaldo de todas las Zambras Gitanas activas actualmente:
Los
Tarantos, La Rocío, María La Canastera, Venta
del Gallo, así como con figuras relevantes del Flamenco como son Marina
Heredia o Salvador Amaya, entre otros.
Fuentes:
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