Oktoberfest (Villa General Belgrano)
Más de 5 millones de personas asisten al festival que se realiza todos
los años en la ciudad de Múnich. Sin embargo, para los que no pueden realizar
el viaje al viejo continente, Villa General Belgrano, una auténtica aldea
alpina, celebra la Fiesta Nacional de la Cerveza, un evento masivo que atrae a
viajeros de todo el país.
Con celebraciones en distintos puntos del país en la
que esta bebida a base de malta y lúpulo es la protagonista, octubre es el mes
de la cerveza. Villa General Belgrano es un clásico que nunca pasa de moda. La
música atraviesa las sierras, y anuncia que durante once días consecutivos el
pueblo se viste de fiesta para recrear las tradiciones de un evento que surge
con la llegada de inmigrantes alemanes, allá por los años 30 del siglo pasado, por
dos alemanes, Jorge Kappuhn y Paul Heintze. En 1943, con el pueblo en
crecimiento, un grupo de marineros del acorazado Graf Spee se instaló en la
Villa y, junto a los vecinos del lugar, fueron otorgándole a este paisaje de
las Sierras de Córdoba, ese estilo único que lo caracteriza. Villa General
Belgrano adoptó desde el primer momento las características de una auténtica
aldea alpina, con casas de tejados rojos a dos aguas, coloridos jardines y
abundante madera. Además, la exquisita gastronomía centroeuropea con sus platos
típicos y sus deliciosas tortas y todas las costumbres de Europa Central, como
la música, los bailes, las fiestas, las artesanías y por supuesto, el idioma. La
tradición del Oktoberfest se remonta a 1810, cuando el príncipe Ludwig de
Bavaria festejó su casamiento con la cerveza estacional Märzen, de estilo lager
y color ámbar. La fiesta fue tan grande que comenzó a festejarse cada año,
durante 16 días terminando el primer domingo del mes de octubre. Sin embargo,
la música, la cerveza, y la exquisita gastronomía completan el combo imbatible
que en octubre se lleva a cabo en esta pequeña ciudad de Córdoba.
Fundada por
alemanes como una auténtica aldea alpina, la localidad situada en el
departamento de Calamuchita adoptó desde sus inicios las tradiciones
centroeuropeas. Muchos aseguran que los inicios de la fiesta fueron, en el año
1957, luego de un gran esfuerzo por lograr asfaltar la calle principal, se
inauguró la obra con una gran fiesta. De todos modos, pioneros de la localidad,
cuentan que también fue una celebración para unir a los habitantes criollos y
alemanes, de manera de consolidar una comunidad que trabaje en conjunto para el
bienestar de Villa General Belgrano. Esta primera fiesta fue un éxito y comenzó
a repetirse, cada vez con mayor convocatoria y promoción, en el año 1963 comenzaron
a nombrarla “Fiesta de la Cerveza”. En aquel entonces, un viejo carro que en
su interior transportaba la pintoresca orquesta local, era el encargado de
desatar la algarabía en la plaza más céntrica del pueblo. En 1967 es declarada
interés provincial, en 1970 de carácter nacional y en el año 1980 se nombra a
Villa General Belgrano sede permanente de la “Fiesta Nacional de la Cerveza”.
Hasta el año 1995 se realizó en la Plaza José Hernández con aproximadamente 40
stands de madera estilo Alpino, en los cuales era posible consumir platos
típicos y repostería centroeuropea, además de la bebida protagonista por
excelencia: la cerveza. Luego la fiesta se trasladó a un Parque Cervecero que
se encontraba al lado de la Plaza José Hernández.
A partir del año 2016 comenzó
a realizarse en el “Bosque de Los Pioneros” concretando el sueño de vecinos que
en la década de los 70 visionaron en dicho lugar “La Oktoberfest” por lo
que en honor a ellos porta su nombre. La fiesta convocaba a notables músicos,
orquestas, conjuntos típicos y grupos de baile de las diferentes colectividades
que eran presentados por un gran locutor que hoy es profundamente recordado y
que le da el nombre al escenario principal, Matías Calvo Ortega. Con la
participación de artistas locales se lleva a cabo la apertura de la celebración
que toma la posta sobre el escenario con un repertorio musical en base a las
raíces folklóricas latinoamericanas. Un momento clave es el colorido desfile
por las calles del pueblo, en el que participan delegaciones representativas de
todo el mundo, que año a año se fueron multiplicando con grupos de Alemania,
Dinamarca, Escocia, España, Yugoslavia, Suiza, Portugal, Brasil, Grecia,
Italia, Armenia, Ucrania, entre otros. Todos vistiendo sus trajes típicos,
saludando y danzando alegremente. Encabezado por “El Monje Negro” personaje
emblemático de la Oktoberfest y seguido por la pareja de “Salchichardos” mascotas
de la fiesta. El Bosque de los Pioneros es escenario de los espectáculos
característicos de esta festividad: orquestas de música centroeuropea y grupos
de danzas en representación de las más diversas colectividades, que despliegan
toda su pasión y sus colores para recibir a cambio el caluroso aplauso del
público.
El "Espiche" es la primera ceremonia que se efectúa sobre el
escenario en manos de todas las colectividades presentes en el desfile. El
término significa “golpe en el vientre” y se trata de la apertura del primer
barril de cerveza de la jornada. Los encargados de la tarea son los “espichadores”,
quienes le colocan al barril, previamente agitado para darle presión, una
canilla con la intención de que al abrirlo salga la mayor cantidad posible de
espuma. Dentro de este predio tienen su espacio los stands que ofrecen la más
variada propuesta de gastronomía alemana, sin faltar, por supuesto, la oferta
de repostería tradicional europea, para deleitar a todos los amantes del buen
comer. La cerveza, principal protagonista de la fiesta, se encuentra en todas
sus variedades, colores, marcas y tamaños, a disposición en las múltiples
cervecerías, artesanales e industriales, presentes en un sector del predio. Los
años pasaron y la industria cervecera se desarrolló notablemente. Con ello la
fiesta creció y comenzó a convocar a una gran cantidad de turistas. Esos
turistas que aún hoy se acercan a Villa General Belgrano a vivir algo diferente
y que en cada oportunidad, se sorprenderán más que nunca con un Oktoberfest
totalmente renovado.
Fuentes:
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