Hunguhungu (Belice - Guatemala - Honduras - Guatemala)
La danza Hunguhungü es un baile-ritual de la etnia Garífuna, con esta danza los vivos tienen comunicación con sus difuntos, debido a que mediante este baile se origina una cercanía con el ser del más allá a través de un ritual, denominado “Chugü” o “Dugü” en el idioma garífuna.
Lo interesante de
este ritmo es que lo encontramos dentro de las celebraciones populares como
ejemplo una presentación cultural en algún evento especial, se influencia
grandemente por el Ugulendu ceremonial y lo más importante, dentro de los
ritmos del Salve que se ejecutan en República Dominicana encontramos estas
expresiones rítmicas. En una de mis visitas al pueblo Morenos en esta misma
ciudad, pude sentir los sonidos de los atabales vibrar con un ritmo Garífuna en
medio de movimientos al ritmo del tambor primera con el nombre de Barcie,
atabal es un tambú o tambor que de alto que llega a medir un metro y medio
hasta más, que también utilizan los músicos en Haití y República Dominicana y
otros países como Brasil. Este ritmo igual enseña a reconstruir una diáspora
vivida por los ancestros desde África, la Isla de San Vicente, Honduras,
conmemorando así su arribo a las Costas Caribeñas Guatemaltecas en este caso.
Su ejecución con dos tambores o más acompañados con sisiras o sonajas, revive
el tiempo pasado visiblemente por medio del vestuario de campo, de casa, festivo,
disfraces representativos de la cotidianidad cultural, especialmente en el mes
de mayo y noviembre celebrando la fe y el arribo a su nuevo hogar
Centroamericano. Algo que también se ve en esta expresión, los tambores
primera, segunda y tercera, pueden ser del mismo tamaño, su afinación es por
medio de trozos de madera o llaves que regulan el sonido cambiándoles el tono,
la segunda asemeja al latido de vida que se siente en el corazón, es decir,
maneja la base del ritmo, mientras que la primera repica y dialoga con la
persona que danza. Sin duda alguna este latir y sentir del tambor segunda,
transmite el deseo de moverse libremente con respeto a sí mismo y a los demás,
en sentido contrario a la del reloj entrando a un viaje astral en el cual se
vive la experiencia fundamental en la ley del amor y solidaridad en una
ceremonia, cuando se vuelve a bailar en círculo dentro del templo a retomar el
viaje junto al sol y la dirección de la aguja del reloj.
En festividades
populares con este ritmo se hace presente la vida social del individuo y de
toda la comunidad, donde nace a veces una nueva estrategia para afrontar las
necesidades básicas de una hermandad, sociedad, asociación, población y todo lo
demás, visión que llega a personas pensantes que disfrutan de estas actividades
son inspirados a punto de crear resultados que pueden venir desde un corto,
mediano y largo plazo, trayendo nueva esperanza para la comunidad. Esto es solo
una rama de tantas cosas que el dinamismo de la cultura y su música crea un
nuevo mundo y sentido de vida. El caminar con
atención en dirección a la puesta del sol, dándole gracias por la luz que
nos ha dado guiándonos sobre el trayecto que seguimos en el día, es el
ejercicio del respeto a la propia naturaleza de la tierra, baile en círculo
dentro del templo, las cuatro vueltas con incienso, mirra y agua bendita que se
le dan a un templo durante y después de una ceremonia, tambores con cuero de
venado o cabro en forma circular, la luna, el sol en forma circular, que nos
dice que la naturaleza no encierra dentro de si todo el amor con la que ha sido
creada y como parte de ella tenemos los mismos destinos que son: nacer, crecer,
reproducir y morir. El Hunguhungu es a veces tocado durante
el ritual adugurahani, o dugu, utilizado por los garífunas para comunicarse con
sus antepasados difuntos. El baile también se lleva a cabo por mujeres adultas
garífuna en Semana Santa para indicar lamentaciones, y a menudo contiene
elementos tópicos expresivos de sentimientos femeninos hacia situaciones
actuales en sus comunidades, con mensajes serios como “Un hombre quién comete
un delito, sólo acabará muerto”, o “Un hombre quién comete un delito, algún día
por los buitres en círculos elevados, encontraremos su cuerpo”.
Los movimientos
que se realizan en esta danza son semejantes a los que hacen las embarcaciones,
los pies se mueven en forma circular sobre el suelo. Además, la interpretación
de los cantos es importante para quienes participan en el baile, los cuales son
de variados contextos, entre ellos se mencionan los que se refieren a la
expulsión de los Garínagu en la Isla de San Vicente y su llegada a Centro América.
Esta danza también es utilizada en las celebraciones del día de San Isidro
Labrador, que en las costumbres garífunas se celebra en las calles y se va
danzando con este ritmo. En años pasados, hacia 1982 por ejemplo, se lograba
ver a los abuelos y abuelas movidos por este ritmo en las principales calles de
Livingston con una gran alegría en una firme unión de celebración de vida
cultural e igual en Belice, Honduras y Nicaragua. El tambor segunda y tercera y
en medio la primera, comunicándose entre sí con un lenguaje de amor y
prosperidad logrando como resultado un sensible toque que penetra los
sentimientos acomodándose en el más tierno rincón de la conciencia de los
actores, provocando movimientos corporales que llevan al entendimiento de un
solo idioma. Hablar un mismo idioma de amor festivo y fortaleciendo al mismo
tiempo cuerpo y espíritu, la comunidad para un futuro mejor reacciona
positivamente, no es solamente bailar es conocer y sentir su propia cultura,
sus tradiciones que vienen de generación en generación en la misma forma de
expresión, con el lenguaje corporal decimos presente en medio de la danza
gritando en voz altísima soy Garífuna y amo mi cultura.
Fuentes:
• Dinamismogarifuna.blogspot.com
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