Vals Criollo (Argentina)
Vals Criollo, Valsesito, dos nombres para el mismo estilo de baile, incluso en algunas zonas también se lo llama Vals Cruzado. Los Valsesitos son la alegría de la milonga, tres minutos donde florecen los cuerpos y los pies. Cuando suenan en los altavoces de las milongas, las pistas se pueblan de sonrientes parejas dispuestas a disfrutar de toda esa alegría, el candor, la sensación de fiesta que traen esos compases tan familiares al oído.
El Valsesito se puede definir como un Tango que se baila con música de Vals. Las figuras suelen ser las mismas que las del Tango, pero adaptadas al ritmo del Vals. La mayoría de las figuras del Tango pueden realizarse en el Valsesito, aunque unas se adaptan más que otras. Por ejemplo, un gancho es posible que encaje, pero una combinación de ganchos es difícil de imaginar en el Valsesito. En cualquier caso, los gustos y sensaciones son distintos en cada bailarín. Hay dos formas distintas de bailar el Valsesito, una con desplazamiento alrededor de la pista, como en el Tango, y otra a base de molinetes y giros sin desplazamientos, bailado en un poco más de un metro cuadrado. Al Valsesito también se lo llama Vals Cruzado, debido a que el paso cruzado (cuando los bailarines mueven sus izquierdas, o sus derechas, a la vez), se usa mucho en molinetes, giros y en las caminatas. Los músicos de Tango incluyeron al Valsesito en sus repertorios, regalándonos bellísimas obras como las del mítico José Betinotti, quien compuso el Vals “Tu diagnóstico”, registrado por Carlos Gardel en 1922 y recreado por Aníbal Troilo en 1941, Gerardo Metallo; “Recordándote”, grabado por la Rondalla del Gaucho Relámpago en 1915; Pascual de Gullo: “Lágrimas y sonrisas”, llevado al disco por Eduardo Arolas en 1914; Pedro Datta: “El aeroplano”, una de las primeras grabaciones de Francisco Canaro con su trío; Roberto Firpo: “Noche de frío”; Rosita Melo: “Desde el alma”, posiblemente uno de los más conocidos y bailados; Anselmo Aieta; “Palomita blanca”, el más popular del género; Francisco Canaro, con incontables éxitos dentro de este género, entre los que se destacan “Corazón de oro” y “Yo no sé qué me han hecho tus ojos”; Carlos Vicente Geroni Flores: “La virgen del perdón”, que grabaron Caros Gardel, Ignacio Corsini y Ada Farlcón; Enrique Maciel: “La pulpera de Santa Lucía”, que tuvo muchísimas grabaciones; Víctor Troysi: “El día que me quieras”, cuya partitura menciona a su autor el “Rey del Vals Boston”. Gardel compuso algunos Valses: “Ausencia”, con José Razzano y “Amores de estudiante”, entre otros. También sus guitarristas: “Añoranzas” (José María Aguilar), “Rosa de otoño”, “Al pie de tu reja”, “Tu vieja ventana” (Guillermo Barbieri), “Noche de Atenas” (Horacio Pettorossi), “Quejas del alma” (Domingo Julio Vivas).
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