Un Piyyut, en plural Piyyutim, es un poema litúrgico
creado para ser recitado o cantado durante los oficios litúrgicos judaicos.
Según algunas fuentes, surgieron en el siglo VII del calendario gregoriano,
mientras que para otras, habría que remontarse más atrás en el tiempo, al siglo
III más concretamente, época en la que se fijó por escrito en la Mishná (cuerpo
de leyes judías escritas por el rabino Yehudah haNasí a principios del siglo
III).
La mayoría de los Piyyutim están escritos en hebreo,
aunque también los hay en arameo y, por lo general, narran los sufrimientos del
pueblo judío. Tienen la peculiaridad de incluir acrósticos con el nombre del
autor en algunos casos, el alfabeto hebreo o algún otro mensaje. En la llamada Edad
de Oro de la cultura judía en España, el período que media entre la conquista
omeya y la almorávide, los poetas hispano-hebreos produjeron toda una serie de
hermosos Piyyutim, algunos de los cuales quedaron fijados en la liturgia judía
hasta el día de hoy. Dunash ben Labrat, por ejemplo,
compuso el “D'ror Yikra”, al malagueño Salomón ibn Gabirol se le atribuye
el "l'Adon' ôlam" ("Señor del mundo"), pero casi con
toda seguridad, erróneamente. Su forma poética consiste en un patrón rítmico
repetido de corto-largo-largo-largo, y es tan querido que se canta a menudo
luego del ritual de Shema. Otro Piyyutim muy amado es el ”Yigdal”
("Que Dios sea santificado"), está basado en los Trece Principios de
la Fe del cordobés Maimónides. Estos dos últimos Piyyutim abren y cierran
los servicios de la mañana y de la noche en las sinagogas de todo el mundo. Los
eruditos importantes del Piyyut incluyen a Shulamit
Elizur y Joseph Yahalom, ambos en la universidad hebrea. El autor de un Piyyut
se conoce como paytan o payyetam (en plural, ”paytanim”). Los Piyyutim
primitivos provenían de Israel o su vecina Siria, ya que sólo allí el hebreo
podía ser manejado con corrección estilística.
Piyyut
Adon Imnani
Los primeros manuscritos de oración de Eretz Israel (la tierra de
Israel), se encuentra en la Guenizá de El Cairo. La guenizá es un deposito que
tienen las sinagogas y yeshivot (centros de estudio de la Torá y el Tamud)
dedicado a almacenar los manuscritos y material sagrado que queda en desuso. Los
manuscritos allí guardados consisten a menudo en Piyyutim, ya que estas
eran la parte de la liturgia que debían anotarse: la oración básica era
generalmente conocida de memoria y se suponía que había una prohibición de
anotarlas. No siempre queda claro en los manuscritos si estos Piyyutim,
que a menudo contenían los mismos temas de las oraciones básicas, tenían la
intención de complementarlas o reemplazarlas, o incuso si se originaron en un
tiempo antes de que las oraciones básicas se hubieran fijado. Los Piyyutim,
en particular los de Eleazar Kalir, estaban a menudo en
un lenguaje muy críptico y alusivo, con una copiosa referencia a la Midrash
(parte de la Torá oral que consiste en enseñanzas contadas en forma de
historias, que explican pasajes y leyes toraicas). Originalmente, la palabra Piyyut
designaba todo tipo de poesía sagrada, pero a medida que su uso se desarrolló,
el término comenzó a designar sólo a poemas de carácter de himnos. Los Piyyutim
fueron compuestos generalmente por un poeta rabínico talentoso, y dependiendo
de la recepción del Piyyut por la comunidad, se determinaba si pasaría a prueba del
tiempo. Dado que los libros de oración eran limitados en el tiempo, muchos Piyyutim
tienen estrofas repetitivas a las que la congregación respondía, seguidas por
las recitaciones del cantor. La adición de los Piyyutim a los servicios,
se usaron sobre todo, para hacerlos más agradable a la congregación. En cuanto
a cómo se originó la implementación del Piyyut en los servicios existe la
teoría de que esto tenía que ver con el hecho de que había restricciones de
oración a los judíos.
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