Era tímido, anarquista y en su
pueblo, Ranchos, provincia de Buenos Aires, lo conocían como “el loco
Argüelles”. Néstor Julio Argüelles Bruzzo es el nombre real de Higinio
Mena: una especie de rumor, una contraseña, alguien que estuvo a una
uña de ser condenado al olvido total, autor de una obra poética y cancionística
breve y extraordinaria. “Es un misterio la vida de Alcasotro”, dice una de sus
más perfectas composiciones: la frase le calza a él, que se dejó atravesar no
solo por el misterio, también por la belleza, la utopía y la fuga.
“Yo no te pido nada, yo no te
acepto nada. Alcanza con que estés en el mundo, con que sepas que estoy en el
mundo, con que seas, me seas testigo, juez y dios. Si no, para qué todo”. ¿Hay modo
de permanecer indiferente a versos como ése? El poema se llama “Testigo”,
y es uno de los más emblemáticos de Poemas de amor, el libro que la poetisa
uruguaya Idea Vilariño (1920-2009) le dedicó al escritor Juan
Carlos Onetti en 1962.
Uruguay es un país pequeño, de
solamente poco más de 3 millones de habitantes, ubicado entre dos gigantes y
perdido a la vista de muchos; sin embargo, esto no impide a sus ciudadanos disfrutar
de sus tradiciones, festejar y, sobre todo, recordar sus hazañas.
Con cerca de 200 versiones, contando solo las musicalizaciones originales, Mario
Benedetti es unos de los poetas en lengua castellana que más veces pisó
el terreno de la canción popular.
Las calles de Buenos Aires todavía conservan sus cafés tradicionales y
sus colectivos decorados con el típico fileteado porteño. Los argentinos siguen
comiendo empanadas y carne. Pero cuando se trata de música, no hay que creer
demasiado a las guías turísticas que cuentan que ésta es la ciudad del Tango.
Si grandes son las controversias respecto a su creación no son menos las
que rodean su llegada al país, al plantearse las preguntas: ¿Cuándo? y ¿Quién
lo trajo? Se estima que pudo haber llegado pasada la mitad del siglo XIX. La
más temprana cita de un bandoneón y su ejecutante en el Río de la Plata es,
hasta ahora, una nota periodística publicada en 1995 por Jorge Labraña, llegada a
manos del autor sin el nombre del medio gráfico que la publicara.
Las Llamadas son la fiesta mayor del tambor, de los candomberos, de
la danza, del colorido, del ritmo afro-uruguayo y de la emoción. Cada febrero,
Montevideo se adorna para que el Candombe y las comparsas se apoderen
de los barrios Sur y Palermo, que se visten de gala para recibir las
agrupaciones que representan a diferentes barrios de Montevideo.
Es difícil imaginarse un montevideano amante de la música popular que no
se conmueva en mayor o menor grado cada vez que, en un escenario, o aún desde
alguna lejana radio escondida detrás de los postigones de alguna casa, escucha
un coro de Murga, montado sobre la santísima trinidad de la percusión
murguera: redoblante, bombo y platillos.
En aquella
época, se tocaba la Habanera, de origen cubano que surgió a partir de la Contradanza
europea, también la Guajira, Tango Flamenco, o el Fandango.
Los descendientes de esclavos africanos conservaron sus ritmos de tambor en el Candombe.
El arraigo a este nuevo país, Argentina, dio lugar a una fusión musical
engendrando primeramente la Milonga, de ritmo ágil, luego el Tango.
Estos tambores, flautas y guitarras serían luego reemplazados por el piano, el
violín y el bandoneón: los tres instrumentos básicos del Tango.
El Candombe
es la supervivencia del acervo ancestral africano de raíz bantú traído por los
negros llegados al Río de la
Plata. Desde el punto de vista social, es una pantomima de la
coronación de los Reyes Congos, pero imitando costumbres de los reyes blancos.
Desde el punto de vista religioso constituye un auténtico sincretismo entre la
religión bantú y la católica. Es una expresión cultural que durante casi tres
siglos fue prohibida por ser ofensiva a la moral pública, es decir, a la moral
blanca. Luego fue tolerada, admirada y vuelta a prohibir en la capital
uruguaya, hasta que por fuerza y tenacidad se instaló como la manifestación
musical más elocuente del Uruguay. La palabra "candombe" apareció por
primera vez en una crónica del escritor Isidro de María, que escribió en 1829
"El recontó de los candombes". Posteriormente apareció en una
composición del poeta Acuña de Figueroa del año 1834 en cuyo primer verso dice
"Compañero di Candombes". El término fue utilizado para todos los
bailes de los negros. Esta voz surgió probablemente de la onomatopeya rítmica,
característica en los breves cantos afros tan reminiscentes de la selva. Su
espíritu musical trasunta las añoranzas de los infortunados esclavos que de
súbito se vieron transplantados a América para ser vendidos y sometidos a duras
faenas. Eran almas doloridas, que guardaban incurables nostalgias de la tierra
nativa y que buscaban liberarse con la danza. La primera
llegada de esclavos a la costa uruguaya está registrada en 1742. A partir de entonces
y hasta 1840, en la misma época de la República, se trajeron por la fuerza negros
africanos en un número que documenta 30.000 pero que puede ser el doble y tal
vez más. En la evolución de la música afro cultivada en el Uruguay y en la Argentina existen tres
etapas bien diferenciadas. La inicial, incontaminada de todo elemento foráneo,
es la más auténtica y corresponde a los misteriosos rituales traídos por los africanos:
ceremonias esotéricas con cantos y oraciones mezclados con danzas guerreras. En
la calle Pérez Castellano, de Montevideo, y al compás de su "maca"
(tambor grande), los negros revivían sus costumbres nativas, en jubilosas
danzas, con gritos, cantos y sensuales contorsiones. La segunda etapa es la que
abarca precisamente la formación del candombe. El negro enriqueció su baile
africano con elementos coreográficos asimilados de los blancos. Este fue el
Candombe que a fines del siglo XVIII se gestó en Uruguay y que legó sus
personajes característicos y el tambor, y que languideciera allá por 1870. En
el siglo XIX se sucedieron la "candela", el "tango" o
"tambó", "la chica" (de carácter erótico), la "bámbula"
(de mímica guerrera) y el "candombe" que marcó la tendencia. La
tercera y última etapa comenzó en 1867 cuando apareció la sociedad de negros La
raza africana a la que se le sucedieron otras como Los Negros Lubolos
fundada en 1874.
Las llamadas eran una forma de convocatoria. Los candomberos salían a la calle llamando con sus tambores a otros candomberos, de esta manera eran cada vez más los que se sumaban para tocar, bailar y festejar al ritmo del Candombe. La fiesta mayor del tambor, de los candomberos es cuando los barrios Sur y Palernio se visten de gala para recibir a las agrupaciones que representan a diferentes barrios de Montevideo y así se forma el Desfile de Llamadas. El concurso de llamadas se realizó por primera vez en 1956 y desde ese momento se ha constituido en la atracción principal para los turistas. Desde la época de la Colonia se formalizó como una actividad espontánea. Actualmente, el día de las llamadas la fiesta se vive intensamente. A la hora del inicio comienza la marcha al ritmo del tambor, mientras que los integrantes de la comparsa hacen lo suyo. La cuerda de tambores está integrada como mínimo por un chico, un piano y un repique. El chico marca la forma del Candombe. Tiene un timbre muy agudo y es el que mantiene constante el ritmo. Los personajes y los elementos típicos del candombe son: *El Gramillero: brujo curandero de las tribus africanas que curaba con yuyos y gramillas, de ahí el origen de su nombre. Luce barba de algodón, sombrero de copa, levita negra, anteojos, bastón y maletín en su mano emulando al "doctor" del Montevideo colonial *La Mama vieja: ama de llaves en las residencias coloniales. Imita a su Ama a ritmo de candombe, luciendo ropas obsequiadas por esta. Su infaltable abanico o sombrilla son los elementos con que su amita se cuidaba del cálido sol y el aire marino en sus paseos dominicales. *Los Lubolos: quiere decir blanco de cara pintada o blanco pintado de negro. Existen antecedentes que las primeras comparsas eran de blancos que copiaron a los negros sus pasos, ritmo y coreografía. *El Escobero: antiguo bastonero de la tribu africana que manda la rueda con largo bastón que daba contra el piso, al grito guerrero de "Caíunganuée! Uée! Yumbá!". A través del tiempo cambió su bastón por una escobita que maneja con tal destreza que maravilla al espectador. Viste además delantal de cuero lleno de espejitos y cascabeles. *La Vedette: es un personaje foráneo en las comparsas de las llamadas. Nacido en París, heredado por Cuba en sus comparsas Sonoras. Desde la isla antillana fue transplantada al Uruguay para convertirse a partir de los años 40 en el personaje principal de la comparsa Lubola.
Hoy, en determinadas fechas como el Día de la Madre, el 1° de enero, San Baltasar, en algunos barrios como Palermo, todos los domingos cuando cae el sol, las fogatas marcan la reunión de tambores - que con el calor ablandan sus parches - para comenzar las llamadas espontáneas.
El Milongón
es un género musical nacido y desarrollado en la ciudad de Montevideo. Tiene su
origen en el Candombe. Sus compositores fueron músicos de raza negra de esa
ciudad, cuya identidad se ha perdido en el tiempo. Es música compuesta para
baile, no para cantar. El ambiente donde se cultivó el Milongón fue en los
extramuros de la ciudad de Montevideo colonial. Posteriormente, en la segunda
mitad del Siglo XIX y hasta principios del XX, el Milongón se tocaba en los
bodegones de la Ciudad Vieja y de la Aguada y los salones de baile orilleros,
como el de Luciano Fonseca, en el barrio de la Unión; o en la Amarilla y la
Rosada, del barrio Paso del Molino.
La Murga uruguaya es un género teatral-musical que consiste en un coro de unas 13 a 15 personas acompañados por una batería integrada por bombo, platillos y redoblante. Todo surgió en 1906 por casualidad cuando una compañía de zarzuela española quiso hacerse la América. Cuentan que la obra que interpretaban era tan mala que no tenían público y el director no sabía como salvar la ropa. Hasta que se iluminó, sacó de la galera un par de disfraces y armó una murga - ritmo típico de Cádiz - los actores cantaron por la calle, pasaron la gorra y les fue bien. Se apodaron La Gaditana y se fueron sin suponer que habían dejado en Montevideo la semilla del carnaval. Al año siguiente una agrupación del carnaval se denominó Murga la Gaditana que se va para parodiar lo acontecido con los artistas españoles. A partir de ese momento la palabra "murga" se empezó a usar para denominar a esos conjuntos hasta ese momento llamados "mascaradas". Siguiendo aproximadamente el modelo gaditano, la murga uruguaya consta de tres partes esenciales: una presentación o saludo, el cuplé (acompañando muchas veces de un popurrí) y la despedida o retirada. En cuanto al aspecto teatral la murga es influenciada por el carnaval de Venecia y la Comedia del Arte, adoptando para si los personajes de Momo, Pierrot y Colombina como símbolos distintivos. El repertorio de una murga incluye partes habladas que pueden considerarse corno actuación teatral, y partes cantadas. Entre las primeras son frecuentes los monólogos y más aún los diálogos. La mayoría de los temas cantados se estructura como "contra factum", recurso que consiste en cantar con las músicas copiadas de canciones populares. Las Murgas se clasifican de acuerdo al papel que jugaron durante el período de la dictadura militar en Uruguay, Surgieron entonces las clasificaciones de Murgas-mensajes o Murga-compañera generalmente asociados a grupos de mayor movimiento contestatario, en especial del barrio La Teja. Por contraposición se llamó Murga-murga a la que conservaba un enfoque tradicional de menor compromiso político pero conservando los aspectos estéticos tradicionales. Este tipo de murgas se asoció principalmente al barrio Unión. Con el tiempo estas categorías que llegaron a ser tajantes en ciertos momentos políticos se fueron desdibujando. Desde el punto de vista musical los rasgos característicos de la Murga son: la expresión coral polifónica integrada por hombres ya que solo excepcionalmente la mujer integra la murga. Las voces están organizadas en tres grupos o "cuerdas": los segundos, los primos y los sobreprimos. Cada una de estas tiene subdivisiones. Los segundos (voces graves) se dividen en bajos y segundos propiamente dichos. Los primos, en primos lisos y primos altos y por último los sobreprimos admiten una especialización: la tercia, que suele "escaparse" del coro y contrapuntear con él. La otra característica de la murga es el apoyo instrumental: dos membranófonos (bombo y redoblante) y un ideófono (platillos de entrechoque). Estos instrumentos se corresponden a los utilizados por los conjuntos gaditanos. Durante su siglo de vida en Uruguay la murga ha evolucionado en sus aspectos vocales e instrumentales. Se puede hablar de una etapa de formación, otra de asentamiento y una tercera de auge y modificación acelerada. De la etapa de formación solo hay datos dispersos. Al no disponer de grabaciones se desconoce el estilo de ejecución. En cuanto a los instrumentos podían variar de acuerdo a las posibilidades de los integrantes. En la etapa de asentamiento se afirmó el estilo de canto y el apoyo instrumental. El estilo de cantar es el mentado "cantar para el costado" de emisión nasalizada vinculado a los conjuntos de "canillitas" que integraron murgas de la primera época. En cuanto a la etapa de auge y modificación acelerada, ciertas Murgas asumen un fuerte protagonismo político. Las modificaciones van más allá de lo musical e incluyen cambios en el estilo vocal en el que se busca mayor claridad en la vocalización y cambios en cuanto a tos instrumentos, si bien la batería sigue siendo caracterizadora, se han incorporado teclados y en los últimos años, la guitarra. En cuanto a los temas tratados por las murgas, los más frecuentes son la temática contestataria en la que se incluyen temas de justicia social, la sátira política sobre personajes nacionales e internacionales, las noticias del ciclo anual entre carnaval y carnaval, incluyendo noticias nacionales e internacionales, el fútbol, con textos que cantan sobre los triunfos y que hoy satirizan los fracasos, la crítica al gobierno de turno, la sátira a modas o costumbres femeninas., la ciudad y los barrios.
Durante los 40 días del carnaval todo se invierte, las víctimas son los políticos y los verdugos la gente. Es que hasta el último día de febrero Montevideo está tomada por las 20 murgas y 10 comparsas que arrancan mostrando sus creaciones en el desfile inaugural y que terminan compitiendo en el teatro al aire libre Ramón Collazo, conocido como "Teatro de verano", donde está en juego el honor y 10 mil dólares de premio. Entre principio y fin todos los días arden los "tablados", los pequeños escenarios barriales que todavía resisten y convocan a miles de personas por noche. Estos 16 tablados (antes eran 200) ofrecen siete shows por noche a cambio de 4 dólares. Una murga popular llega a hacer 10 tablados diarios, corriendo de uno a otro en un colectivo destartalado al que llaman "bañadera". Por cada actuación de media hora ganan unos 500 dólares que a la hora de repartir se hacen pocos ya que cada murga cuenta con 18 miembros. El tablado es un ensayo en vivo, la oportunidad de ajustar detalles para no pasar papelones en el Teatro de verano. El carnaval de Montevideo es un buen negocio ya que solo por ventas de entradas se recauda más de un millón de dólares, a los que hay que sumar la confección de vestuarios, la contratación de seguridad, utileros y otros servicios y unos 100 mil dólares para contratar a las superestrellas. Las murgas que ganan el concurso anual, además de conseguir prestigiosos spónsors, suelen obtener contratos para grabar discos y hacer presentaciones en el exterior, sobre todo en países con gran cantidad de inmigrantes uruguayos como Argentina, España, EEUU y Australia. Desde hace unos años se llevan a cabo también el "carnaval de las promesas", donde compiten exclusivamente agrupaciones de jóvenes. La Murga ha influenciado también en otros ámbitos artísticos ajenos al carnaval. Varios músicos rioplatenses introducen coros de murga al estilo uruguayo en sus canciones, entre ellos los solistas Jaime Roos y Canario Luna, las bandas de rock La vela puerca y No te va a gustar y la banda argentina Bersuit Vergarabat.