Desfile de Llamadas (Uruguay)
Las Llamadas son la fiesta mayor del tambor, de los candomberos, de la danza, del colorido, del ritmo afro-uruguayo y de la emoción. Cada febrero, Montevideo se adorna para que el Candombe y las comparsas se apoderen de los barrios Sur y Palermo, que se visten de gala para recibir las agrupaciones que representan a diferentes barrios de Montevideo.
El Candombe
fue el ritmo que además de unirlos les hacía recordar su pasado africano y los
acercaba a su origen, a su historia. “Tocar el tambor” (que se desprende de la
palabra africana “tangó”) era para ellos algo más que hacer ruido o música,
significaba acercarse a los suyos. Además de usarlo para llamarse entre sí (de
ahí el nombre de “Llamadas”), les servía para agruparse y recordar cultos
religiosos y guerreros, algo que hoy continúa cuando alrededor del fuego
calientan sus parches. En el Río de la Plata estas tradiciones africanas
únicamente fueron “aceptadas” en Montevideo. En cambio, en Buenos Aires, el
Virrey que estaba a cargo en los últimos años del siglo XVIII prohibió el uso
de los tambores. Como todos los años, los primeros días del mes de febrero dan
inicio al carnaval uruguayo, la fiesta más popular que tiene el país. Pero
antes de que comience el carnaval, en los barrios más pobres de Montevideo se
realiza el Desfile de Llamadas. Una historia que comenzó hace cientos de
años en África, llegó hasta estas tierras uruguayas y hoy se exporta al mundo
totalmente reciclada. Cuenta la historia que durante la época de la colonia
española muchos africanos eran traídos a América como esclavos para desempeñar
tareas en las casas de las familias más notables de Montevideo. Cuando
finalmente quedó abolida la esclavitud, estos ciudadanos uruguayos comenzaron a
reagruparse y así se formaron los barrios llamados popularmente “negros”, entre
los que se destacan los barrios Sur y Palermo.
El concurso de Llamadas
se realizó por primera vez en el año 1956 y desde ese momento se ha constituido
en la atracción principal para el visitante extranjero. Desde la época de la
Colonia y en los albores de la República se formalizó como una actividad
espontánea, constituyéndose en una práctica ancestral desde las primeras
comparsas en el siglo pasado. El hecho folclórico está presente en la batería
de tambores y en el juego mímico de los distintos personajes que componen la
comparsa. Las Llamadas eran una forma de convocatoria. Los candomberos salían
a la calle “llamando” con sus tambores a otros candomberos, ya sea para
actividades festivas como para tratar determinados temas sociales, y de esta
manera eran cada vez más los que se sumaban para tocar, bailar y acompañar el
festejo al ritmo de esta manifestación cultural que es el Candombe. Actualmente la
fiesta es distinta. Las agrupaciones se preparan durante todo el año y llegan
de distintas partes del país. El día de “Las Llamadas” la celebración se vive
intensamente. A la hora del inicio comienza la marcha con el calor del tambor.
El “chico”, el “piano” y el "repique" dialogan el ritmo, mientras que
cada integrante de la comparsa hace lo suyo, con fervor y alegría, mientras la
multitud en las veredas se mueven, sienten y bailan al compás de los que van
desfilando. En cuanto al Candombe, tiene el significado de
festejo y baile con tambor, incluyendo ceremonias rituales entre las que se
destacó la coronación de los reyes Congo. Hacia 1870 el término Candombe
significa también la representación que una comparsa hacía del baile de la
sala.
Este último significado se continúa en el siglo XX en las comparsas de
las Sociedades de Negros y Lubolos en sus Cuadros de Candombe y se extiende al
presente a los temas cantados que se hacen con base de los tambores, pero más
suavemente, acompañando la parte vocal con otros instrumentos. El Candombe
es supervivencia del acervo ancestral africano de raíz bantú traído por los
negros llegados al Río de la Plata. Desde el punto de vista social, es una
pantomima de la coronación de los Reyes Congos, pero imitando costumbres de los
Reyes Blancos. Desde el punto de vista religioso, constituye un auténtico
sincretismo entre la religión bantú y la católica. Los negros tenían como
santos predilectos a San Benito y, en segundo término, a San Baltasar y San
Antonio. En la evolución de la música afro cultivada en el Uruguay existen tres
etapas, bien diferenciadas. La inicial -incontaminada de todo elemento foráneo-
es la auténtica, y corresponde a los misteriosos rituales traídos por los
africanos: ceremonias esotéricas con cantos y oraciones mezclados con danzas
guerreras. En la calle Pérez Castellano, de Montevideo, y al compás de su
“macu” (tambor grande) los negros revivían sus costumbres nativas, en jubilosas
danzas con gritos, cantos, selváticas onomatopeyas y sensuales contorsiones,
que trasuntan su visión animista del mundo. La segunda etapa de las danzas
afro-criollas abarca precisamente la formación del Candombe. El negro
enriquece su baile africano con figuras de contradanza, de cuadrilla y con
elementos coreográficos que ha asimilado hábilmente del blanco. La tercera y
última etapa -a la que corresponden las comparsas carnavalescas- comienza en
1867, fecha en la que aparece la sociedad de negros “La Raza Africana”.
A esta
agrupación fueron sucediéndole otras tal como la de los “Negros Lubolos”, fundada
en 1874. Este fue el Candombe que, a fines del siglo
XVIII, se gestó en el Uruguay, y transfirió su airoso paso, sus personajes
característicos y el tambor con su exuberancia rítmica. El primer Desfile
oficial se realizó en febrero de 1956, con señalado éxito, siguiendo un
recorrido completo por los barrios Sur y Palermo, los típicos reductos del Candombe.
En 1978, poco antes de la demolición del conventillo Medio Mundo, y el barrio
Reus al Sur, el desfile se hizo por la Avenida 18 de Julio, pero en 1984, luego
del advenimiento de la democracia, volvió a su escenario natural. La comparsa,
que desfila en cada Llamada, está compuesta por un interminable número de
integrantes que dan rienda suelta a la alegría del carnaval, que comienza en
las primeras horas de la noche y termina con los primeros rayos del sol. Dos
son los días en que se realizan estos desfiles. Antes, todas las comparsas
desfilaban el mismo día, pero debido a la gran cantidad de agrupaciones que
quieren participar, la organización decidió hacerlo en dos noches, frente a un
público que no para de crecer. Durante un desfile, lo primero que se siente es
el sonido abrumador de los tambores que se escuchan desde varias cuadras antes
de que el estandarte o emblema que distingue a la agrupación se pueda ver. Detrás
del estandarte aparecen las grandes banderas que van mostrando a su paso los
colores de cada agrupación. Luego aparecen bailarines que sostienen figuras,
banderas y muñecos que remiten a estrellas y medias lunas, recordando parte de
la religión africana que los nativos tenían antes de llegar a tierras
rioplantenses (religión islámica). Por fin, aparece el Gramillero, una de las
figuras más llamativas de estas comparsas. Se trata del integrante más viejo, generalmente
portador de una importante barba blanca, que denota sus años que baila aún con
sus años a cuestas y pretende seducir con su baile a la “Mama Vieja o Abuela”,
generalmente una mujer de color que a pesar de sus años menea sus caderas de
forma sensual y femenina. Detrás aparecen personajes típicos como El Escobero, que
es el personaje de la comparsa que se encarga de barrer las ondas negativas y
la yerba mala que puede tener la calle mientras la recorre, la Vedette, el
Bailarín o Bailarina, a los que se suman con mayor número de integrantes el
Cuerpo de Baile y la mejor Cuerda de Tambores, llamados también tamborileros. Desde
hace años, el primer fin de semana del mes de febrero es la fecha elegida para
disfrutar de esta fiesta popular que logra paralizar al Uruguay y que cuenta
cada vez con más fanáticos de todas las razas y religiones. Si bien el Desfile
de Llamadas se realiza en el mes de febrero, es posible seguir
comparsas de tamboriles durante todo el año en los diferentes barrios de
Montevideo y el interior del país. Los domingos se encuentran en las barriadas
de Montevideo grupos de amigos que se reúnen para tocar los tambores y
compartir el día libre.
Fuentes:
• Sonidosclandestinos.blogspot.com
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