Contratenor

 


Existen seis rangos vocales principales: Bajo, Barítono y Tenor para hombres, y Alto, Mezzosoprano y Soprano para mujeres, ordenados de menor a mayor. Las voces más comunes en la música Pop suelen ser las de Tenor y Alto. En la Ópera se utilizan todos los rangos vocales, con distinciones más precisas para cada registro. Entre los rangos masculino y femenino se encuentra una voz poco común: el Contratenor.

Cautivadora para muchos, para otros, extraña y polémica; sin embargo, para quienes la han escuchado, nunca ha pasado inadvertida la voz de un Contratenor. La historia le ha brindado momentos de esplendor y de silencio, y es a veces increíble que haya sido desconocida por estudiosos e interesados en la materia musical. Las enciclopedias definen al Contratenor como un hombre que canta con timbre femenino, y aunque la explicación no está del todo desacertada, este vocablo, musicalmente hablando, es mucho más abarcador.

Desde finales del siglo XIII en adelante, este término designaba una voz, en la música polifónica, que complementaba la parte de Tenor, que hasta ese momento abarcaba el registro más grave dentro de la tesitura masculina. Esto fue motivo de discusiones entre los estudiosos, pues el prefijo contra dividió la acepción en Contratenor Basus y Contratenor Altus provocando confusiones.

Ya en la época de Guillaume Dufay el primer término describió a la voz que se conoce actualmente como bajo y la segunda se designó para la tesitura de alto. En Inglaterra, en los escritos de principio del siglo XVI, esta forma aparece definida tal y como se la conoce actualmente.

El término Contratenor se empleó entonces para denotar la línea que iba una tercera por encima de la del Tenor. El repertorio, sacro y secular, era escrito para contraltos masculinos que utilizaban normalmente la técnica del falsete o la voz de cabeza, mezclándola con la voz de pecho para lograr amplitud en el registro grave. En países y períodos diferentes, a esta voz la llamaron de formas diversas: “Contratenor”, “Alto”, “Contraltista o Altista”, “Falsetista”, “Contralto Masculino” o “Haute-Contre".

Se ha creído que esta voz de alto masculino fue un fenómeno exclusivamente inglés; sin embargo, se cultivó de forma diversa en distintos lugares del mundo, y fue parte importante en el desarrollo de la música occidental. Famosa fue la escuela española de falsetistas, quienes con un método muy particular invadieron los coros europeos por la increíble facilidad que tenían para abordar las agudas voces de Soprano, encargadas normalmente a los niños, ya que a las mujeres se les tenía prohibido cantar en los templos.

El uso de esta voz en forma solista preponderó en Bretaña a finales del siglo XVII, coincidiendo con la llegada de los primeros castrados empleados para la música sacra, y alrededor de 20 años antes del arribo de los de castrados operísticos, cerca de 1707.

Durante el período en el que brillaron los castrati en el continente europeo, el Contratenor se vio confinado a los coros casi hasta su extinción. En Inglaterra, sin embargo, llegaron a alternar entre estos y las Prima Donnas, que se dedicaban al Oratorio y la música sacra. Georg Frideric Handel, por ejemplo, los utilizó en varios de sus Oratorios y escribió para ellos algunos de sus solos más importantes.

Bach y Telemann consideraban la voz de Contratenor masculina mucho más esbelta y transparente que la de contralto femenina, precisamente porque es una voz aguda y no grave. Por eso corresponde también idealmente con la de niño soprano. Hacia el siglo XIX, casi desaparecidos por completo de Europa, sobrevivían en algunos coros como el de la Capilla Sixtina conviviendo con los castrati, ya también en vía de extinción. Las féminas inundaban los teatros de Ópera y su presencia se imponía ante repertorios cada vez más veristas en la escena, ya alejada de asuntos mitológicos e inmersa en pasiones románticas que necesitaban la credibilidad visual y auditiva de un público musicalmente cambiante.

No fue hasta la llegada de Alfred Deller (1912-1979), Contratenor inglés, que resurgió esta forma de canto como solista.

Alfred Deller nació en 1912 y cantó como clérigo laico en la Catedral de Canterbury de 1940 a 1947 y posteriormente en la Catedral de San Pablo de Londres de 1947 a 1962. Le fascinaba la música del período preclásico y en 1948 fundó el Deller Consort para explorar la música desde la época medieval. En este sentido, fue un pionero en lo que se convertiría en una oleada de interés por la música antigua, y su lugar en el panteón de la música británica está asegurado. Era, sin duda, un gran publicista, y el Deller Consort se escuchaba con frecuencia en el Tercer Programa de la BBC. Su voz llamó la atención tanto de Michael Tippett como de Benjamin Britten, los compositores británicos más destacados de los años 40 y 50, y cuando Britten decidió utilizar a Deller en su ópera “El sueño de una noche de verano” en 1960, adaptando una versión especialmente abreviada de la obra de Shakespeare, el papel de Oberón, el Rey de las Hadas, fue escrito para él.

Esto resultó ser una obra maestra de Britten, ya que la voz de contratenor de Alfred Deller era perfecta para interpretar la música y la letra sobrenaturales de Oberón. Contrastarlo con la Soprano coloratura de Tytania, la Reina de las Hadas, fue una decisión brillante, y en un abrir y cerrar de ojos, una nueva voz se había añadido al registro operístico. El compositor se indignó cuando la Royal Opera House no eligió a Deller para la primera función allí, alegando su voz de pequeño formato y sus limitaciones interpretativas. Durante algunos años, varios cantantes, incluyendo, curiosamente, Josephine Veasey, interpretaron el papel de Oberón. Britten insistió en que Deller fuera el elegido para su grabación de la Ópera de 1967, que, afortunadamente, ha preservado un poco de historia, y ese mismo año surgió el contratenor más grande de todos, James Bowman. 

A partir de este momento, el Contratenor fue ganando su espacio dentro del mundo musical a tal punto que, autores contemporáneos de renombre como Britten, Orff, Berstein, Glass, Otvos o Preistner, crearon obras inspirados en su sonoridad. Ya en la segunda mitad del siglo XX surgieron nuevas voces, escuelas estilísticas y, sobre todo, se recuperó el repertorio escrito originalmente para esta cuerda, aunque también fueron apoderándose de aquel concebido para los castrati.

Como todos los tipos de voces, el estilo vocal del Contratenor, su timbre y carácter se han ido ajustando para satisfacer los cambios en la moda musical. No han sido pocas las controversias que desde finales del siglo XX se han creado al intentar particularizar este tipo vocal dentro un género específico o período, tratando de limitarlo. Sin embargo, se ha desarrollado abarcando obras desde el medioevo hasta la actualidad, diversificándose dentro de la música folklórica y popular, y creando íconos dentro del Pop y el Rock, aunque técnicamente no sepamos que muchas estrellas como Michael Jackson, The Bee Gees, Justin Timberlake o Freddie Mercury han cantado en el registro de Contratenor.

 

 

Fuentes:

 

• Lajiribilla.cu

• Edinburghmusicreview.com

 


 















































 

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