Carnaval Ayacuchano (Perú)

 

 

El Carnaval Ayacuchano es una festividad tradicional celebrada por tres días consecutivos durante el mes de febrero en el departamento de Ayacucho, ubicado en la sierra sur del Perú.

La historia del Carnaval Ayacuchano, por su origen esta asociado a la fecundidad de la tierra por cuanto florecen los sembrados y esta, por su parte, con la fecundidad humana. Los españoles, como estrategia e ideología y política tenían la costumbren a agregar sobre una festividad andina otra de índole religiosa occidental, es lo que se llama el sincretismo cultural. Con el tiempo esta estrategia fue asimilada y por su parte utilizada en sentido opuesto por la resistencia cultural indígena para simultáneamente, proseguir con la práctica de sus creencias y ritos. En el caso de los carnavales este método no es muy conocido. El Carnaval Ayacuchano, si bien se trata de una festividad asimilada de la cultura europea occidental, ha sido enriquecida por elementos autóctonos, logrado conformar una identidad propia, donde confluye la dulzura y picardía del pueblo quechua, con la elegancia e ingenio del mestizo. El festejo da comienzo cuando ingresan las carrozas o carros alegóricos, entre los que llega “Ño Carnavalón” (Niño Carnavalón), adaptación local del “Rey Momo”, personaje ficticio que preside el carnaval. Barrios, asociaciones, instituciones y familias enteras, pasean orgullosas por calles y plazas, actuando, bailando o entonando alegres melodías compuestas para la ocasión. Durante su paso se oyen creativas canciones en quechua, acompañadas con música de quenas, charangos, mandolinas, cencerros, pitos y tinyas. El público se divierte entre bailes y talco. En medio de comidas y bailes se pueden ver diferentes prácticas andinas y concursos típicos de carnaval como el “Huaracanacuy” (danza tradicional), “Tumbamonte” (derribar un árbol cargado de regalos, a manera de piñata), “Seqollo” (prueba de resistencia al dolor, en la que dos contendientes se golpean con un látigo o bien warakas en la pierna desnuda de forma alternativa), “Warakanakuy” (se lanzan violentamente frutos como tuna utilizando la waraka de la cintura para abajo, uno en frente de otro),
Lucheo y pulseo” (combate cuerpo a cuerpo, en la que dos jóvenes se sostienen uno a otro de la cintura agarrándose solo del cinturón o bien chumpi procurando derribarlo por la fuerza), irrumpiendo al final de la noche los temidos “Manteros”, que no es más que un cortejo amoroso que simula la antigua práctica del rapto de mujeres. La fiesta continúa hasta el martes anterior al miércoles de ceniza, fecha en que el “Ño Carnavalón” escucha la lectura de su testamento y “muere” con la tácita promesa de resucitar el próximo año. Terminada la fiesta, comienza inmediatamente el período de recogimiento, hasta la Pascua, respetando las pautas de la religión católica. Más de 100 comparsas institucionales participan en el carnaval de Ayacucho. Los miembros de las comparsas visten trajes de distintos colores y en ciertos casos sus delegaciones exceden las 200 personas, entre mujeres y hombres, quienes se desplazan por las principales calles de la urbe de Huamanga. Las mujeres bailan, cantan al tiempo que los hombres tocan los instrumentos tradicionales. El punto de inicio es en el parque Augusto B. Leguía, distrito de Jesús Nazareno. Después de desfilar múltiples cuadras llegan a la Plaza Mayor de Huamanga. El público entre turistas y locales aplauden, disfrutan y bailan, algunos lo hacen desde los balcones de las casas y perímetro de las plazas al momento en que van pasando las comparsas. En el primero de los días del Carnaval en Ayacucho comienza con la entrada del “Ño Carnavalón” a la plaza de la urbe. Tras ello, de forma inmediata hacen su entrada a la plaza las comparsas urbanas, bailando y cantando con mucha alegría frente a la mirada de miles y miles de pobladores reunidos para esta celebración de carnaval; conforme van saliendo las comparsas, las cuáles cantan y bailan hasta altas horas de la madrugada, escuchándose por toda la ciudad la alegría que llevan en su caminar.
Durante el segundo día del Carnaval Ayacuchano, se concentran la mayor cantidad de comparsas en las calles de toda la ciudad, estas cantan y bailan entre talco y serpentinas entre canciones en quechua y castellano. El “Ño Carnavalón” este día no se aparece por la urbe, este día solo es de las comparsas. En el último gran día, las incansables comparsas todavía prosiguen bailando y los “cortamontes” por las noches prosiguen, mas este día está marcado por la quema del “Ño Carnavalón”. Él es quemado en la plaza frente a la vista de turistas y locales, rodeado de comparsas. Este día tanto niños, jóvenes y adultos procuran despedir el Carnaval Ayacuchano en grande, no faltan en las calles las familias que juegan con sus globos llenos de agua, o bien sus baldes de pintura y su imprescindible talco; las comparsas cantan y bailan a viva voz por última vez en el año; y los “cortamontes” como todo, llegan a su fin. Los conjuntos de comparsas, de esta festividad, salen en forma organizada por un jefe que va hasta adelante de la comparsa, bailando y cantando por las calles con instrumentos habituales. Su indumentaria o bien vestimenta está compuesta por disfraces de varios géneros de vestidos y colores, resaltando entre ellos, el traje propio de Huamanga. En los grupos o comparas que bailan en carnavales por plazas y calles, en las que los bailarines representan clubes sociales, distritos o comunidades de igual manera que en los bailes alrededor del árbol cargado de regalos, llamados yunza, umisha, sachakuchuy o bien cortamonte, se encuentra una fenomenal capacidad de organización de los pueblos para aseverar su derecho a realizar arte, continuando con viejos tradiciones y celebraciones en honor a la vida.

 

 

Fuentes:

 

• Vocesdeayacucho.com

• Carnaval-de.com

 


 


























































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