La Chacallada (Perú)
El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la danza La Chacallada de Chucuito, del distrito de Chucuito, provincia y departamento de Puno, por ser una expresión cultural muy arraigada y emblemática de la identidad de la población local.
Según una Resolución del
Viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, esta danza forma
parte de un sistema ritualizado de uso del espacio agrícola que mantiene su
vigencia como representación de la cosmovisión de una comunidad compleja,
influenciada por varias culturas durante siglos. En los considerandos de la
norma se indica que la Chacallada del distrito de Chucuito
es una danza agrícola de celebración ritualizada de la vida y la fertilidad de
los campos, en la que participan grupos de danzantes campesinos en una compleja
e intensa coreografía que cumple la función de agradecer a las divinidades por
la producción reciente y atraer sus favores para la próxima temporada
productiva. Es una danza que tiene como objetivo agradecer a la tierra, con
ritmo y vigor, por sus primeros frutos. Esta danza tiene su origen en los ritos
arcaicos, pre tiawanaku, en honor a la Pachamama y las divinidades asociadas al
agua, así como en los rituales con fines propiciatorios que marcaron el devenir
de esas sociedades. La palabra Chacallada podría provenir de la
palabra aimara “chacallo” que significa “haba verde”, entendida como primer
brote o primer fruto y que, según algunos autores, adquiere una valoración
simbólica relacionada a la fertilidad dentro de los rituales de propiciación en
el altiplano. En la actualidad la danza Chacallada del distrito de Chucuito
se baila durante la época de carnavales, es decir, entre enero y febrero, por
lo que no solo se le asocia a la celebración de la tierra sino, en general, a
la fecundidad y a los ritos de enamoramiento entre las parejas jóvenes.
En esta
danza, se representa el trabajo agrícola realizado en la zona y la celebración
ritual de la vida y la fertilidad de los campos. En ella participan grupos de
danzantes campesinos en una compleja e intensa coreografía que cumple la
función de agradecer a las divinidades por la producción reciente y atraer sus
favores para la próxima temporada productiva. La Chacallada ha servido
para fomentar el proceso de la identidad de la población donde se práctica,
pues suele suceder que los niños y niñas, una vez llegados a la edad juvenil,
participan como danzantes adultos, reforzando el proceso de transmisión de
valores y tradiciones colectivas. Esta danza se practica en diversos
escenarios, tanto en la zona rural como en la zona urbana. En el caso de la
zona rural, se realiza en los alrededores de las chacras y en los espacios
sagrados, como parte de las challas o ceremonias de culto y ofrendas a la
tierra. En la zona urbana, debido al reconocimiento y notoriedad alcanzados,
suele representarse en recintos como estadios o auditorios en el marco de
espectáculos, concursos o celebraciones diversas. Uno de estos suele ser el
Concurso de Danzas Autóctonas que se realiza como parte de las celebraciones
por la Festividad de la Virgen de la Candelaria de Puno, en febrero. Si bien la
ejecución de la danza en la zona urbana o en auditorios y estadios, ha sido
siempre bien vista, es su representación rural, en las chacras, la que mantiene
sus características originarias y su contexto ritual. El carnaval de Chucuito
es el contexto festivo pertinente para esta danza y con el que la misma está
intrínsecamente relacionada. Durante el carnaval de Chucuito, también denominado
Marapacheta, la danza La Chacallada tiene un rol
protagónico. En Chucuito, el carnaval coincide con la primera semana de la
Cuaresma, tiempo litúrgico de cuarenta días de reflexión espiritual previo a la
fiesta de la Pascua o Semana Santa, dentro del calendario católico. La Cuaresma
se inicia con el Miércoles de Ceniza y termina con el Jueves Santo. El carnaval
de Chucuito se inicia el lunes de la primera semana de Cuaresma y presenta
varias actividades para la danza La Chacallada.
Fuentes:
0 comentarios: