Cumbia Pop (Argentina)
Las calles de Buenos Aires todavía conservan sus cafés tradicionales y sus colectivos decorados con el típico fileteado porteño. Los argentinos siguen comiendo empanadas y carne. Pero cuando se trata de música, no hay que creer demasiado a las guías turísticas que cuentan que ésta es la ciudad del Tango.
Porque más allá de los tópicos, en Buenos Aires, y en Argentina, la reina del
siglo XXI es la Cumbia. La Cumbia es un ritmo tropical que,
como en otras partes de América Latina, se instaló hace décadas en el sur, casi
siempre asociada a sectores populares y a veces desdeñada por otra parte de la
población, que la consideraba una música marginal. Pero en los últimos años
explotó en inesperadas pistas de baile nacionales gracias a nuevas bandas
juveniles, de clase media y alta, que la adaptaron a su propio estilo: nació
así la llamada Cumbia Cheta, Cumbia Pop o Cumbia Canchera. Estos
grupos agotan las entradas de sus recitales, se bailan en fiestas privadas y
clubes, y logran que los sectores más acomodados le pierdan el miedo a moverse,
sobre todo gracias a versiones de temas ya conocidos. Para que la clase media y
media alta pudieran terminar de adoptar la Cumbia, la tenían que hacer a su
manera o sentir como propia. A mediados de los 90 ya existía una Cumbia
que era romántica, generada por sectores populares, con canciones que se
empezaron a bailar en boliches de clase media y alta, como “La
Ventanita”, del Grupo Sombras. La diferencia 25 años
después, es que ahora hay gente de la clase media y alta que además empezó a
tocar Cumbia. Las canciones de la nueva Cumbia de grupos como Agapornis,
Rombai
o Marama
(los dos últimos, uruguayos) hablan del amor y romances de verano, siempre
exultantes de alegría y optimismo. Y en los videoclips, sus protagonistas
navegan sonrientes a bordo de una lancha, celebran fiestas en una casa con
piscina y montan a caballo en una quinta. Muchos de los músicos que hoy
entretienen a los jóvenes del Río de la Plata salieron de los colegios más
prestigiosos de Buenos Aires y Montevideo.
Otros, de clubes de rugby, como es
el caso de Agapornis, un grupo de ocho jóvenes de la ciudad argentina de
La Plata que comenzó actuando en el “tercer tiempo” de los partidos de su club
para entretener al equipo y los aficionados. Sorprendieron en el mercado
discográfico en 2012 con sus versiones cumbieras de temas de éxito de los 80 y
la actualidad, adaptando canciones de Adele, Soda Stereo y
composiciones propias. Con las redes sociales funcionando a toda máquina y
nuevas grabaciones de otros hits, el nombre de los Agapornis comenzó a rodar
por todos lados. Así fue como llamaron la atención de Sony Music y en poco
tiempo se convirtieron en la primera banda de Cumbia que produciría el
gigante discográfico. Sony los llevó a grabar su primer álbum, “Volando
con ritmo” que llegó a ser disco de oro con más de 20.000 copias
vendidas. Y se volvieron tan populares que ya ganaron en dos ocasiones el
Premio Gardel –el más prestigioso de la música argentina– al mejor álbum de
grupo tropical, y han llenado grandes auditorios como el Luna Park de Buenos
Aires. Uno de los integrantes de Agapornis, Juan Pérsico, que toca el
octapad, prefiere que se denomine a su estilo como “Cumbia Pop” y rechaza que
su música sea hecha por o para “chetos”. Otros grupos siguieron la misma
receta, como Los Bonnitos. Y muchos empezaron a lanzar sus temas propios,
como #TocoParaVos
y Los
Totora. Sus letras no tienen la carga sexual ni el lenguaje rudo de
otros ritmos tropicales hechos en Argentina, como las canciones de Nene
Malo, que también triunfan en algunas fiestas de la clase media-alta. Ni
hablan de la vida en los barrios más humildes, como la cumbia villera que
creció a principios de siglo, cuando el país vivió una de sus peores crisis
económicas.
El éxito fue constante y volvió a lanzar a los músicos uruguayos al
exterior como no sucedía en años. Pero a fines de 2017, el cantante Fer
Vázquez demandó a Quinteros, su mánager, por estafa; los Márama
hicieron lo mismo contra Fer Vázquez, con una demanda laboral millonaria. Este
último dejó claro que él era “el titular exclusivo y excluyente de las marcas Márama,
Rombai
y Dame
5. Agustín Casanova, líder de Márama, prefirió quedarse con
Quinteros. El choque dinamitó a Rombai y Márama, y con esos dos
pilares, a todo el género. Márama volvió a reunirse en 2021
tras cuatro años de inactividad; Fer Vázquez comenzó una etapa solista aún
bajo el sello de Rombai; Olvidate! y Pijama Party nunca
interrumpieron su actividad. Meri Deal, de #TocoParaVos, comenzó una
etapa solista. Melina Lezcano abandonó Agapornis en 2022. En noviembre de
2023, tanto Agustin Casanova de Márama como Fer Vázquez de Rombai
comenzaron, en sus redes sociales, a anunciar el “regreso de la Cumbia
Cheta” para “salvar al verano”. El primero en lanzar una canción fue Márama
junto a Rusher King, con Besos con Fernet. En el caso de Rombai, se dio la vuelta de Camila Raj, cantante de la banda
entre 2015 y 2016. El tema se llamó, justamente, “Cumbia Cheta”.
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