Sambalanço (Brasil)
Hubo un momento en la historia de la samba en que un ritmo de baile se apoderó de las discotecas de Río de Janeiro con onomatopeyas como “telecoteco”, “esquindô” y “ziriguidum” (para referirse al swing del ritmo) y literalmente puso a bailar a los habituales.
Los compositores comenzaron a introducir más
swing en el género y se llevaron consigo, a los clubes nocturnos, el órgano y
los instrumentos eléctricos que ayudaron a darle a la Samba un sonido más
emocionante. Fue prácticamente un movimiento musical, pero nunca fue
estandarizado ni visto como tal. El Sambalanço (Samba de equilibrio) es
un género musical derivado de la Samba que se desarrolló desde
principios de los años 1950 hasta mediados de los años 60 en Brasil,
especialmente en sus dos centros más grandes, São Paulo y Río de Janeiro,
reflejando los cambios que experimentó este género después de la Segunda Guerra
Mundial para responder a las nuevas demandas culturales que trajo la
urbanización del país. Con raíces en la Samba, especialmente en la Samba-Exaltação,
modificada mediante la infusión de nuevos elementos provenientes del Jazz
norteamericano y de ritmos caribeños (especialmente en el papel desempeñado por
los instrumentos de viento), los artistas del Sambalanço desarrollaron
una actitud extremadamente rítmica y bailable, con estilos extrovertidos y temas
humorísticos. La palabra Sambalanço es una unión de la
palabra “Samba” (el ritmo original), con la palabra “balanço”, que
representa el swing adicional que tiene este género, ya que está destinado a
ser bailado en salones de baile, en pistas de baile o discotecas.
El Sambalanço
es un género musical difuso, en el sentido de que varios artistas lanzaron
canciones utilizando su lenguaje y temática, pero su teorización por parte de
estudiosos e incluso críticos musicales de la época no fue muy densa, dejando
el estilo a la sombra de otras manifestaciones musicales del tiempo,
especialmente la Bossa Nova, que se apoderó de los hogares de los jóvenes de la
Zona Sur con letras más contemplativas e intelectualizadas. Así, el Sambalanço
presenta algunas características muy claras: el uso de órganos y teclados
eléctricos precursores (como el Sonovox) para impulsar el ritmo; e instrumentos
de viento con marcas rítmicas acentuadas, con inclinación percusiva y, en
ocasiones, mostrando influencias de ritmos caribeños. La temática del Sambalanço
es variada: contiene temas urbanos, con letras extrovertidas y casi siempre
humorísticas, además de algunas incursiones en temas cercanos a la Samba
Exaltação. Este género musical forma parte de las innovaciones que
experimentó la Samba después de la Segunda Guerra Mundial, debido a la
creciente urbanización del país que cambió el eje de producción. consumo, y el
tema mismo de la música popular. Así, surgió a principios de la década de 1950
en las discotecas de São Paulo y Río de Janeiro empezaron a concentrar gente
que bailaba, que pasó de las gafieiras a las discotecas. El Sambalanço
surgió al mismo tiempo que la Bossa Nova y los dos continuaron en
paralelo hasta finales de los años 1960, cuando comenzaron a marchitarse. Había
cierta rivalidad entre ambos, aunque algunos artistas de un lado bebían de los
ritmos del otro. Fueron dos movimientos casi como si fueran interfaces, la Bossa
Nova era más intelectualizada, con más cuidado con la armonía, mientras
que el Sambalanço tenía más énfasis en el ritmo.
Para Tárik,
este swing trajo nuevas posibilidades a la Samba. El Sambalanço fue un
movimiento, un estilo que surgió dentro de la Samba y que se remonta a
la época en que la Samba comenzó a gestarse, con orquestaciones, en la época del
teatro de revista, y continuó hasta que la Samba se compactó en las discotecas
de Copacabana y luego en el órgano sonovox. La Samba se electrificó y
adquirió este tipo de equilibrio completamente diferente, con instrumentos que
no tienen nada que ver con la Samba original. La primera grabación
del género fue un compacto con “Samba que eu quero ver”, en la cara
A, y “Bicharada”, en la cara B, realizado por Djalma Ferreira e sus Milionários
do Ritmo para el sello discográfico Gravações Elétricas SA, en 1951. El
investigador y crítico Tárik de Souza era un adolescente
cuando el Sambalanço comenzó a difundirse y siempre fue un fan de los
compositores, escribiendo el libro “Sambalanço, a Bossa que dança - Um mosaico”,
que hace justicia al movimiento cuya historia acabó eclipsada por el incesante
interés por la Bossa Nova. Entre los principales compositores figuran nombres
como Orlandivo,
Miltinho,
Djalma
Ferreira, Ed Lincoln y Celso Murilo; y, entre los intérpretes;
una extensa lista que incluye desde Inezita Barroso y Dolores
Duran hasta Elza Soares e Isaurinha García.
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