Io Patati (Perú)
La danza Io Patati nació en la región amazónica del Perú oriental, que abarca una gran cantidad o variedad de costumbres, creencias y tradiciones. Todas estas mencionadas dan lugar no solo a la danza Io Patati, sino a un gran número de exóticas danzas de la selva y cada una de estas cuenta con una historia detrás que la diferencia de las demás.
Estas historias pueden ser
heroicas, de maldiciones, de divinidades, de la vida cotidiana o de antiguos
conflictos entre las tribus. La danza de la selva conocida como Io
Patati es una de las muchas que se pueden encontrar en esta región. Es
una danza que funciona como un ritual, una escena recreada de la guerra en el
Amazonas, dándole la forma de esa manera a una danza ritual guerrera. Los
conflictos en la región amazónica antes de la colonización eran bastante
sangrientos y el que existía entre los conibos y shetebos no era la excepción. En
la mayoría de veces los conflictos se producían por los recursos que ciertas
partes de la densa región amazónica podrían brindar. En este caso, ambas tribus
solían buscar alimento a orillas del río, ya sea con la caza o la pesca, era
entonces que entraban en contacto una comunidad con la otra. Se dice que al
comienzo no existía un conflicto como tal, pero como bien sabemos los recursos
no son infinitos y durante ciertos periodos tienden a agotarse. Es en ese
momento de escasez cuando la comida era poca que ambos bandos entraban en
conflicto. Las batallas se producían para impedir que el otro bando acapare la
mayor cantidad de comida, los guerreros se encargaban del conflicto mientras
que los demás recogían todo lo que podían. Muchas veces estos encuentros
resultaban en considerables bajas o muertes y era entonces que decidían invocar
al Dios Patati. Este era para los habitantes de la selva un ente mediador de
paz. Solían realizar rituales en los que generalmente invocaban a las almas de
las personas que habían luchado y muerto en los enfrentamientos, pidiendo de
esta manera al dios Patati que brinde la tranquilidad en su comunidad, así como
también que traiga buenas vibras para todo el año.
Estos rituales eran
realizados tomando una bebida tradicional llamado “masato” que hasta el día de
hoy puede encontrarse preparado en los festivales de la selva, esta bebida
estaba preparada específicamente por las mujeres, y no era sólo una bebida para
ritual, el masato servía además como signo y muestra de poder, un poder que les
permitía limpiarse de todos sus malos encuentros con la naturaleza. Luego de
todo el conflicto y los rituales, ambas tribus pasaban a continuar con sus
vidas rutinarias, siguiendo rumbos diferentes hacia sus poblados hasta que sea
momento de recolectar recursos nuevamente. Con el paso de los años y tras
muchas escenas de guerra, los habitantes de ambas comunidades decidieron llegar
a una tregua, expandiéndose en otras áreas y explorando nuevos territorios para
el abastecimiento de su alimento, fue entonces que para conmemorar y no repetir
estos malos tiempos deciden bailar, al ritmo del sonido de instrumentos
tradicionales de la selva, que más adelante cambiarían por unos más modernos
como el bombo, los tambores y maracas, creando así la danza de Io
Patati, nombre puesto en honor a la divinidad selvática. La vestimenta
de la danza Io Patati es de carácter autóctono y es usada también para la
vida diaria, esto se debe a que los shipibos contaban con un arte de bordado y
pintado muy único y original, siendo entonces esta la razón por la cual la
vestimenta femenina mantiene sus características étnicas, por lo que en la
danza Patati se muestra uniformidad en algunos de los implementos.
La
vestimenta de los varones se caracteriza por cuatro puntos muy importantes: Kushmas
y coronas bordadas, ambas eran elaboradas a base de telas y con muchos detalles
de figuras geométricas. Los collares cortos, los cuales eran elaborados con
semillas de diversas plantas, así como también con escamas de peces como el
paiche, achira, etc. Arco con flechas, arma que era la que más se utilizaba en
los conflictos. Macanas, lanzas o bisquiati, las cuales eran elaboradas para
las peleas cuerpo a cuerpo y que solían ser arrojadas si no se llegaba a un
enfrentamiento a corta distancia. Por su parte, la vestimenta de mujeres
consistía en los siguientes detalles: Corona de plumas, las cuales estaban
elaboradas de plumas de aves como el guacamayo y también de algunas semillas
que eran colocadas a manera de adornos en la corona. El shishonte, que era el
nombre que se le daba a una falda envolvente de color oscuro o blanco, esta
falda estaba bordada con los diseños característicos de los shipibos. Los tipos
de combinaciones que tenían eran el tocuyo queneya que se trataba de tela
blanca pintada con tinta negra en forma de figuras geométricas, la chopa
quehueya que era una tela blanca bordada con hilos de colores y la Yoman chopa
quehueya que era una tela blanca con bordados en negro y colores. Una blusa
confeccionada con tela ligera que posee adornos en la parte de abajo y en el
pecho, las blusas pueden ser de colores muy diversos y vivos. Collares cortos
elaborados con las escamas del paiche o la cocana. Cinturones hechos con
semillas, en la actualidad se usa la mostacilla para la elaboración de esta
prenda. Mocahuas o pathe, estas eran hechas con coco y se les tallaba figuras
geométricas, patrón que era muy propio de los shipibos.
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