Piano Blues (EEUU)


 

Parece ser que el término barrelhouse hace honor a los establecimientos que, a manera de local de diversión, instalaban en sus campos de trabajo las compañías que explotaban las industrias de la madera y la trementina a principios del siglo XX y en la zona conocida como Piney Woods, que abarcaba los espacios cubiertos de bosque de los estados de Mississippi, Lousiana, Alabama y Texas; principalmente.

Los barrelhouses, eran cabañas de madera con el suelo de tierra y con el único mobiliario de unas tablas colocadas sobre barriles que ejercían de mostrador. Allí, la compañía vendía licores con el objetivo de proporcionar a los trabajadores un poco de diversión y, de paso, aligerar de sus bolsillos una parte de la escasa paga semanal. Inevitablemente los barrelhouses contaban con un piano instalado por la empresa. En ese escenario y en esas condiciones, ejercieron su labor un gran número de pianistas itinerantes que recorrían las instalaciones utilizando las vías férreas (principalmente la Texas & Pacific, la Southern y la Louisville-Nashville) para moverse de campo en campo, generalmente viajando gratuitamente sobre el techo de los vagones o en el espacio entre estos. La música que interpretaban había nacido no muchos años antes y se desarrolló simultáneamente en los burdeles y casas de juegos de Storyville, en Nueva Orleans. El piano de los barrelhouses sería el germen de un estilo que marcaría formas tan decisivas en la música negra como el Boggie-Woogie, el Ragtime, algunos tipos de Jazz y, por supuesto, el Blues. Básicamente era una mezcla de estilos basados en el Blues rural e interpretados con la intención de divertir y mover al baile de una forma ruda y eficaz. Una de sus principales preocupaciones era hacerse oír por encima del barullo reinante en el local. Técnicamente, el piano es un instrumento que no parece apropiado para el Blues. Un piano, afinado según la escala diatónica europea produce notas fijas con una pureza ajena al Blues.
En otros instrumentos como la guitarra el problema se solucionó desarrollando afinaciones alternativas y recurriendo a técnicas como el slide. El piano ha estado en el corazón de la música de Blues desde sus comienzos, pero a diferencia de los “cantantes errantes” con una guitarra o una armónica en la mano, los pianistas de Blues tenían que confiar en cualquier instrumento que pudieran encontrar para tocar su música. La mayoría de los juke-joint, los burdeles, los bares y las cat-houses, tenían algún tipo de piano, por lo que, en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial, cuando el género del Blues se extendía desde el Delta a lo largo del sur y el sureste, a menudo se escuchaban las primeras formas de Blues con el piano. WC Handy, el “padre del Blues”, fue un pianista que escribió muchas de las primeras canciones de Blues de tempo up, pero en la ciudad Nueva Orleans, especialmente en las “cat-houses” de Storyville, por lo que surgió un lento y suave Piano Blues. El famoso Champion Jack Dupree recordó cómo un viejo llamado ‘Drive Em Down’ le enseñó este estilo, quien enfatizó la calidad deliberada y conmovedora de su música con las notas que no tocaba. Se dice que las manos izquierdas (left-hands) de Blues y Boogie-Woogie, también datan de esta época, supuestamente inventadas por un pianista que frecuentaba los campos de madera del este de Texas, que era tan gordo que no podía alcanzar su estómago con su mano izquierda para aventurarse en el teclado, y en su lugar mantuvieron una figura de bajo ‘walking-Blues’.
Este sonido fue recogido por guitarristas como Blind Lemon Jefferson y Lead Belly, quienes lo hicieron parte del vocabulario del Blues mientras viajaban alrededor de los Estados Unidos, difundiendo este estilo. En el año 1917, Storyville fue clausurada por la Marina de los EEUU, y muchos músicos que emigraron río arriba a Memphis y Saint Louis y, finalmente a Chicago, y hasta subieron por la costa del este a Nueva York, llevaron consigo su estilo de piano. La mayoría de las grabaciones del Piano Blues se dio a principios de los años 20, y estas fueron hechas por mujeres “Blues Divas”, a menudo acompañadas por pianistas como Fletcher Henderson, pero cuando Leroy Carr y Scrapper Blackwell tuvieron un gran éxito en el año 1928 con “How Long, How Long”, con la guitarra y los duetos de piano se hicieron muy famosos. En Chicago, la canción “Tight Like That” del dúo Big Bill Broonzy y Georgia Tom Dorsey, hizo que comenzara una moda para los discos de “Hokum Blues”. Su productor, Lester Melrose, el hombre que introdujo el “sonido de la banda”, a menudo tenía al pianista Big Maceo en la line-up, ya que el Blues adquirió una calidad de Jazz más “urbana” y sofisticada en los años 30. La ciudad Saint Louis fue conocida por los pianistas de Blues como Roosevelt Sykes, Peetie Wheatstraw, Walter Davis, y por supuesto, Speckled Red.
Para el año 1938, John Hammond Sr. promovió su concierto “Spirituals to Swing” en el Carnegie Hall, y en la cartelera estuvieron los pianistas de Chicago Meade Lux Lewis y Albert Ammonds, quienes tocaron el piano Boogie-Woogie al estilo de su amigo Pinetop Smith, y también Pete Johnson, cuyo “Roll ‘Em Pete” contribuyó a la locura del baile Boogie-Woogie antes de la Segunda Guerra Mundial. Cuando la música volvió a despegar después de la Guerra, los grandes éxitos del Chicago Blues que salían de los estudios siempre tenían pianistas como Otis Spann, Pinetop Perkins o Lafayette Leake en la mezcla. En Nueva Orleans, el estilo Rhum-Boogie del profesor Longhair y el saxo salvaje con el piano R&B de Fats Domino y Roy Brown estaban preparando la escena para Little Richard y Jerry Lee Lewis para hacer de su piano una parte central del Rock‘n’Roll, y abrió las puertas para el joven Dr. John y James Booker. Mientras tanto, en la costa oeste, las baladas de Blues basadas en piano de Charles Brown, Amos Milburn y Percy Mayfield abrieron el camino para talentos más jóvenes como Ray Charles. En Europa, Memphis Slim y Champion Jack Dupree llevaron el Piano Blues a audiencias jóvenes entusiastas y se quedaron como residentes. En años posteriores vieron crecer a jóvenes como Ian Stewart, Christine Perfect y Nicky Hopkins tomar su legado, y hoy en día pianistas como Jools Holland, Hugh Laurie y Mike Sánchez mantienen vivo el Piano Blues. Mientras que los pianistas rara vez toman el protagonismo en una banda, como suelen hacer los guitarristas o armoniquistas, las líneas de bajos continuas y los delicados trinos del piano de Blues agregan autenticidad a cualquier banda. Jelly Roll Morton, que en 1938 realizó para la Biblioteca del Congreso unas grabaciones en las que recuerda los temas que escuchó en su infancia y adolescencia, constituye la única fuente de conocimiento de muchas de estas figuras del primitivo estilo de Blues para piano de las que sólo conocemos el nombre y, en el mejor de los casos, una fotografía borrosa.

 

 

Fuentes:

 

• Culturablues.com

• Horadelrecreo.com

 

















































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