Yumbos (Ecuador)

 

 

La cultura andina, su diversidad y lo grande del territorio que atraviesa se traducen en un Yumbo. Este género musical tiene origen prehispánico y significa: “danzante disfrazado que baila en las fiestas”. Este mismo personaje es el mensajero de la musicalidad de los páramos y la Amazonía ecuatoriana. Como género fue consolidado apenas en la segunda mitad del siglo XX, con la participación de varios maestros músicos como Gerardo Guevara con “Apamuy Shungu” (‘Dame el corazón’).

Esta danza folklórica fue registrada por Paulo Carvalho Neto en el “Diccionario del Folklor ecuatoriano”, en seis provincias interandinas: Imbabura, Pichincha, Bolívar, Cañar, Tungurahua y Chimborazo. Según este autor, la palabra Yumbo se utiliza para designar un disfraz que recuerda a una “tribu oriental” que aparece en algunas fiestas populares como las de San Luis y Corpus Christi. Por la historia registrada, se sabe que la danza de los Yumbos tiene un profundo ancestro en las costumbres y comportamientos de los pueblos originarios ecuatorianos. José Baéz, explica que muchos autores han definido a la danza del Yumbo como un baile nacional, en el que se recuerdan hechos históricos, las vivencias de los antepasados, la vida ceremonial, el conocimiento del Sol o los calendarios se pueden conocer a través de esta música. El Yumbo no utiliza, según Moreno, ningún disfraz, salvo adornos que se añaden al vestido tradicional. Suprimen el poncho, utilizan un cinturón sobre la camisa larga, se atan al cuello un pañuelo de vivos colores y se colocan en el pecho una banda formada por pájaros embalsamados, conchas marinas, colmillos de animales. En la mano derecha llevan una lanza de chonta de dos metros de largo. Estos personajes bailan al son de una música que también es identificada como "El Yumbo". Era muy común la participación de los Yumbos en las fiestas de Corpus Christi. En palabras de Moreno, ésta es su descripción: “También concurren Yumbos, quienes visten pantalones cortos de lienzo listado bien ceñidos, y calzan alpargatas. Van con el busto desnudo, pintarrajeado y adornado con bandas de pájaros embalsamados o de conchitas marinas; cargan a la espalda una ashanga (cesta de bejuco o de otra fibra vegetal) pequeña con frutos, yuyo, etc., imitando a los jíbaros del oriente en sus maneras y aún en el acento del lenguaje. Un llauto (corona) les ciñe la cabeza y lleva a la mano una lanza de chonta de asta larga...”.
De lo investigado por los especialistas se puede colegir que el traje del Yumbo estaba compuesto por elementos de procedencia de varias regiones del país: • Concha marina (región litoral); • Pájaros disecados (selva tropical) • Llauto (región interandina); • Ashanga (selva tropical); • Lanza de Chonta (selva tropical). Esta diversa procedencia de los componentes del traje, está demostrando que su origen está íntimamente ligado a los recursos y costumbres del habitante de selva tropical, sea ésta de la Amazonía o de la Montaña Occidental de la Sierra Norte. Desde sus orígenes, esta manifestación cultural se ha ido adaptando a los distintos momentos históricos de la sociedad. Un primer cambio debió experimentarse cuando el actual territorio del Ecuador recibió la influencia del incario y posteriormente, se incorporaron a esta tradición elementos que son de procedencia colonial hispánica, como el caso de asociar el personaje y rito Yumbo a las fiestas que la Iglesia Católica ha consagrado en el santoral. El grupo de Yumbos en ocasiones llega a reunir a veinte integrantes, que están organizados en cuatro subgrupos denominados: 1) Todo camino andando; 2) Cosechas; 3) Rumiñahui; 4) Pucará, nombres que llevan una carga de reminiscencia histórica asociada a su hábitat y a la trayectoria social de la comunidad. La modalidad para comprometer a estos bailarines en las fiestas consiste en una visita que realizan los priostes a la casa del personaje que bailará de Yumbo. Este pedido, que generalmente está acompañado con el obsequio de aguardiente, será aceptado bajo las normas que la costumbre ha impuesto en estos casos. Entre ellas, los Yumbos deberán ser atendidos en su comida y bebida durante el tiempo que permanezcan en la fiesta, sin cobrar ninguna cantidad de dinero.
Una vez asegurada la participación, el Principal se encargará de reunirles y convocarles para repasar los bailes, hasta que llega el día señalado, que es el de vísperas. En esta ocasión, invitados y participantes enmascarados y disfrazados (vacas locas, payasos, policías, diablo huma, sacha runa, capariches), a más de la banda de músicos, se concentran en la casa del prioste, lugar donde ya se encuentra "velando" el santo motivo de la celebración. Más o menos a media tarde, todos se trasladan a la plaza del barrio para dar inicio a los actos de vísperas. En el trayecto, la gente brinda aguardiente en copas de carrizo, se lanzan voladores y los personajes efectúan sus autos de acuerdo al disfraz que llevan. Los Yumbos, enfilados en dos columnas, avanzan por el carretero bailando al son de la música del guionero o de la banda del pueblo. De rato en rato y siempre a la espera de una voz de orden, los Yumbos avanzan hacia delante, retroceden, se juntan en círculo y soplan sus manos como si fueran pitos. Una vez que llegan a la plaza, se dan inicio a dos tipos de actividades. Al fin de la tarde y antes de que oscurezca se procede a realizar una ceremonia religiosa conocida con el nombre de La Salve. Finalizada La Salve, los invitados de comunas anexas o barrios vecinos, entregan castillos a los priostes y finalmente se recitan loas que tienen un contenido religioso de buenos augurios y protección del santo a la comunidad campesina. Terminada esta parte de la celebración, se enciende la chamiza, se lanzan voladores, y sí se han comprado juegos pirotécnicos, estos serán quemados, mientras la banda pone un ambiente de completa alegría y diversión.




















































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