Tundiquis (Bolivia)

 


El Tundiqui o Tundique, es una danza boliviana originaria de la localidad de Mururata. En sus inicios esta danza la bailaba la comunidad afroboliviana, principalmente en épocas de Pascua, en la “Fiesta de San Benito” que se desarrollaba en la Capilla de Mururata de la Provincia de Nor Yungas.

El Tundiqui fue descrito por el arqueólogo Max Uhle en su manuscrito “Tänze Boliviens, los bailes de los Aimaras”, en el año 1895, describiéndola como una danza afroboliviana. El historiador y etnógrafo boliviano Manuel Rigoberto Paredes Iturri en su libro “Arte en la altiplanicie”, escrito en 1913, que trata del folklore en el altiplano boliviano, en el espacio geográfico de La Paz, describe la danza como un baile afroboliviano que era imitado por los mestizos: “el de los Tundiques, que ha llegado a popularizarse tanto que aún lo imitan los mestizos con aplauso y embeleso de vulgo. El vestido está compuesto de un pantalón y saco de genero blanco, y lleva en las manos dos pedazos de madera tallados y con dentaduras apropiadas para producir un sonido áspero con el roce o frote de ambas partes y cascabeles en los pies. Entonan cánticos que acompasan con el movimiento de los cascabeles y sonido de maderas. Cantan y bailan con mucha cadencia y mímica rítmica, sin perder un momento el compás. El negro muestra siempre aptitudes especiales para el baile por eso cuando los mestizos, los que hacen de Tundiques, no entienden la gracia de aquél”.  Una referencia más antigua de la danza la realiza el mismo autor en su libro “Monografía de la Provincia de Muñecas”, del año 1898. La danza Tundiqui se originó en Mururata, en la Provincia de Nor Yungas, de la cultura afroboliviana. Posteriormente esta danza la imitaría la población mestiza e indígena boliviana pintándose el rostro de color negro y usando máscaras negras. El poeta y escritor coroiqueño Arturo Pizarroso Cuenca en su libro “La cultura negra en Bolivia”, entre otros temas, destaca la transculturación que crea el folklore afroboliviano: “Su música (el Tundiqui y la Saya), interpretada en tambores de todo tamaño, gusta en sobremanera al pueblo.
Los mismos indios y mestizos los imitan en sus bailes y en su música, embadurnándose la cara con betún o corcho quemado o en su defecto emplean máscaras de estuco de color ébano, improvisando cantos alusivos a la ceremonia. Es frecuente ver en la Ciudad de La Paz, más que todo en las fiestas religiosas el baile del Tundiqui". Así mismo, Pizarroso Cuenca describe la práctica del Tundiqui en las comunidades afrobolivianas de los Yungas, apuntando: “En Yungas los negros, al son de tambores del Tundiqui y la Saya, improvisan canciones breves que repiten más de cien veces, bailando y cantando sin demostrar cansancio alguno; las mujeres son verdaderas tiples o sopranos cuyas voces se escuchan hasta la distancia”. Según el investigador peruano Javier Salas Ávila, el Tundique o Tundiqui es una danza boliviana, un tipo de villancicos de la comunidad afroboliviana, que serían de base, para la construcción de la danza Caporales. El Tundiqui, conjuntamente con la Saya y la Semba, formaba parte de una ceremonia, acompañada de festejos dedicados al Rey Afroboliviano denominada la “Fiesta de San Benito”, que se desarrollaban en la región de Mururata en Los Yungas de Bolivia. Pizarroso Cuenca describe: “Cada año en la fiesta de Pascua en la hacienda de Mururata, los negros, le rinden homenaje a su Rey de color con todos los honores del caso. El día de Pascua el cura Párroco de Coroico, celebra misa en la Capilla de Mururata, en cuyo recinto se venera la imagen de San Benito. Después de celebrada la misa, sale el Rey Negro llevado en andas, a un sitio apropiado y vistoso cerca de la Capilla, acompañado de su guardia de honor bien escoltado, de hombres armados y de mujeres escogidas, generalmente jóvenes quienes cantan e improvisan canciones alusivas a la ceremonia con voces de tiple y soprano. Luego bailan sin descanso alguno, horas enteras, con música de tambores de toda dimensión el Tundiqui y la Saya, pero, antes de comenzar el baile, debe hacerlo primero el Rey Negro, con el baile de linaje y tradición africana: la Zemba, exclusivamente baila el Rey, sin que nadie lo acompañe, solo, munido de un mortero, aparato de moler arroz, dando varias vueltas al redor, gesticulando palabras alusivas al acto y a su raza, ceremonia muy típica muy propia del folklore negro”.
La danza Tundiquis tiene su origen en la admiración mutua de los Aimaras y Negros, y en el encuentro de las culturas y la historia a lo largo de la colonia. Se realiza durante el Carnaval de Oruro y otros festivales importantes. Esta danza es originaria de los valles altos subtropicales de Bolivia, particularmente de la región de los Yungas, con una fuerte influencia de elementos nativos populares. La fusión de la cultura andina y la africana dio origen a esta danza, que es una reinterpretación de los hombres que llegaron a tierras bolivianas desde África, para el trabajo en las minas argentíferas en Potosí, durante la época de la colonia. Esta es una de las danzas que, al igual que la Morenada y los Caporales, evocan el sufrimiento al que, en época de la colonia española, estaban sometidas las personas de color, traídas desde África como esclavos. La historia narra que, en Oruro, al poseer grandes riquezas mineras, en cierta época también existían africanos que en su condición de esclavos estaban sometidos a trabajos forzados en el interior de la mina. Los orígenes de la danza se remontan a este tipo de historias y a esporádicas representaciones de los nativos que satirizaban el abuso de poder de los españoles y capataces. Entre los personajes de la danza Tundiquis se pueden destacar a los siguientes: El caporal: que era el criado mulato (mestizo, unión de un blanco con una negra), quien lleva un sombrero grande de ala ancha, además de un chicote y botas con cascabeles. El negro esclavo: es el que va delante del caporal siendo azotado y flagelado, incluso ahora tienen cadenas que arrastran en todo el recorrido de la Entrada de Carnaval. La negra: en esta danza, representa la compañera del esclavo negro. Mujer que ofrece su mano de obra, acompaña al negro en sus faenas diarias y domésticas. El negro bombero: es un personaje que, junto a otros de su mismo origen, interpretan canciones acompañados de timbales o bombos, requintos, wanchas, sonajeras, y maracas. La Sibarita: mujer sensual elegida por el Caporal, por ser la más atractiva de todas. Por lo general las sibaritas en la danza, se pintan las mejillas de color rojo. La española: de creación reciente en la danza, es la representación satírica de la mujer llegada de Europa, esposa del patrón español. La música de la danza Tundiquis, es ante todo “rítmica”, como también se utilizan adaptaciones de pequeñas tonadas altiplánicas. Para la interpretación se utilizan ideofónos como cascabeles, sonajas, bongós, recos o guanchas, membraófonos como timbales, tambores y aerófonos de un sólo sonido que son los pitos. Al igual que otros grupos, los interpretantes de la danza Tundiquis se preparan con anticipación para participar en el Carnaval de Oruro, preparando nuevas innovaciones y demostrar que esta danza, no tiene nada que envidiar a otras como la Diablada, los Caporales y la Morenada. La danza Tundiquis es parte de la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, los bailarines en su mayoría son jóvenes que al ritmo de la alegre música rinden pleitesía a la Virgen del Socavón. 

 

 


 




























 


















 


 

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