Taqsim (Turquia-Grecia)

 

 

Taqsim (también escrito Taksim, Taxim, Taksimi), es una expresión musical melódica que suele preceder a la interpretación de algunas composiciones tradicionales árabes, griegas, turcas o de Oriente Medio, habitualmente con tempo lento. Su origen es muy antiguo, perdiéndose en momentos anteriores a la aparición de las religiones actuales.

El Taqsim (Taqasim en plural) es la expresión instrumental de modos musicales Maqāmat (género literario árabe). Sigue una cierta progresión melódica, partiendo de la tónica de un Maqam. Los compases iniciales de la improvisación siguen los ajnas (conjunto de tres, cuatro o cinco tonos escalonados) bajos del mismo, presentándolo de esta forma al oyente. Literalmente, Taqsim significa “solo”, no con respecto a las personas, sino en referencia a la interpretación de un solo instrumento musical. Pero especialmente se refiere al hablar del Taqsim, a esa parte armónica conocida en occidente como “adaggio”. Se trata de una improvisación musical y/o interpretativa. Musicalmente, en un Taqsim el músico ejecuta sonidos y melodías única e irrepetibles a través de su inspiración, emotividad y capacidad artística. El Taqsim puede ser de un solo instrumento melódico, es decir, de cuerdas o de viento, al que se llama “Taqsim simple”. También puede ser de dos o más instrumentos igualmente melódicos, el cual se conoce como “Taqsim compuesto” o Takasim. También existe un tercer estilo de Taqsim: el Taqsim o Takasim con base rítmica, que se compone de uno o más instrumentos melódicos (según sea el caso) y alguno percusivo que marca la base. También está el Mawal, que es un tipo de Taqsim en el que el instrumento es la voz. Específicamente, no se trata de un ritmo por sí mismo, sino que puede tener una base rítmica, siendo los estilos más utilizados el Chiftetelli (de Grecia), el Tawil (ritmo árabe), así como el Mosalas (de Irak) y el Masmoudi (ritmo de origen egipcio). Los instrumentos utilizados tradicionalmente eran el laúd, el ney (flauta), kanoon (instrumento de cuerdas similar a la cítara), mizmar (instrumento de viento), kawala (parecido al ney pero de sonido más grave), rebab (instrumento de cuerda frotada).
El Taqsim es una práctica musical que depende de la transmisión oral, lo que puede dejar espacio para la novedad, pero puede hacerlo vulnerable a cambios significativos en un mundo globalizado. Actualmente, por la influencia occidental se han ido incorporando al repertorio instrumentos tales como piano, teclados, saxofón, violín o acordeón. Dancísticamente, en un Taqsim, la bailarina improvisa una serie de movimientos que dibujan las figuras y sonidos que dicta la música y, al igual que la música, se guía por su inspiración, capacidad y sensibilidad artística. La danza es una de las primeras expresiones humanas y, en su origen, estuvo muy ligada con la religión y sistemas de creencias. En tiempos antiguos, cuando se bailaban las distintas danzas, era para atraer la buena cosecha, la fertilidad, la buena fortuna, para ahuyentas malos espíritus y atraer los buenos. Metafóricamente hablando, el Taqsim es el baile de la cobra que se convierte en mujer, y de la diosa de la danza que, con su hechizante mirada, capta e hipnotiza al espectador. El Taqsim, fruto de la sensibilidad oriental, consta de movimientos serpenteantes y ondulantes, los cuales representan la eternidad, lo infinito, la renovación de la vida. A través de la danza se realizan rotaciones con distintas partes del cuerpo, el círculo es el símbolo universal de lo eterno, de lo infinito; el ocho acostado es el símbolo matemático del infinito, inventado por los árabes para usarlo en álgebra, pero utilizado primero por las bailarinas, que lo dibujaban con sus cuerpos para atraer la atención del infinito. Gran parte de los movimientos del Taqsim se realizan con el vientre y las caderas, que es la parte del cuerpo de una mujer donde inicia la vida de todo ser humano.
No es casualidad. Existen tres tipos de danza Taqsim: • Tradicional, que es el que realiza la bailarina en un metro cuadrado, sin desplazarse, sin apertura de piernas ni elementos. Se trata de dibujar la música con el cuerpo, interpretando y expresando lo que se siente. Se utilizan movimientos ondulatorios y vibraciones, pero manejando las intensidades, dependiendo de si sube o baja la nota para acentuar. • Místico: es el más escénico, fusiona otros elementos como el Jazz. Su danza fusiona y la bailarina utiliza más las piernas y giros con los brazos. • New Age: es un Taqsim tradicional fusionado con la expresión hindú. Aquí se utilizan elementos como velas, sables, velos, etc. Juega lo emocional, la destreza y concentración. La bailarina improvisa una serie de movimientos que dibujan las figuras y el sonido que dicta la música y, al igual que el músico, se guía por su inspiración, capacidad y sensibilidad artística. Cuando existe una buena comunicación músico-bailarina, ambos se dejan llevar, permitiendo que tanto el músico guíe a la bailarina como la bailarina dicte al músico qué debe tocar. En un Taqsim se pueden encontrar figuras ondulantes cuando se emiten notas largas y suaves como con los instrumentos de viento, figuras vibratorias cuando se emiten notas cortas y fluyentes como con los instrumentos de cuerda, se puede marcar también la base rítmica, dando énfasis a lo que marca el tambor. También están los movimientos combinados, con desplazamientos y giros. 

 

 

 




























 
 
 

















 


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