Hiplet (EEUU)

 


En una televisión, aún en blanco y negro, Fred Astaire movía los pies a un ritmo vertiginoso. Con cada golpe se ganaba el título de mejor bailarín de la historia, aunque hay quien se lo otorgue a Gene Kelly, cuestión de gustos. Pero Homer Hans Bryant los admiraba a ambos.

Ellos fueron los que, desde una pequeña pantalla de un televisor, lo hipnotizaron y lo convencieron de que él también podía ser bailarín. Bryant, luego de ser miembro de la compañía del Dance Theatre of Harlem (una de las más prestigiosas de EEUU), tiene su propia escuela, la Chicago Multicultural Dance Center, espacio en el que se gestó un nuevo baile. Con zapatillas de punta y malla de Ballet, pero lo que suena de fondo no es “El lago de los cisnes”. El ritmo es mucho más movido, fresco y actual. Suena Hip-Hop, Soul, R&B y Funky, mientras las bailarinas danzan con movimientos que mezclan el Ballet clásico con pasos de baile más urbanos. El nombre que recibe este novedoso y revolucionario baile es Hiplet (de HIP-Hop y BalLET). Tuvo sus orígenes en los años 90, cuando la compañía de ballet de Bryant creó “The Rap Ballet”. A partir de ese momento, este director artístico decidió “jugar” con los distintos movimientos del Hip-Hop hasta desarrollar la técnica del nuevo baile. En la cuenta de Instagram de Bryant se pueden ver la dinámica de las clases, en las que las bailarinas no sólo danzan al ritmo de Ed Sheeran o Jason Derulo, sino también de piezas clásicas, ya que es fundamental que las bailarinas conozcan los movimientos clásicos del Ballet para poder perfeccionar la técnica. El Hiplet se popularizó gracias a las redes sociales y a la viralidad en la que sumergen algunos de sus contenidos. Uno de los primeros vídeos colgados por la escuela en Instagram cosechó tanto éxito que se convirtió en su pasaporte para asistir a “Good Morning America”, el programa matutino de entrevistas de la cadena estadounidense ABC. Después llegaría una invitación para la TED Talk de San Francisco, con actuación incluida, entrevistas en los medios locales y una colaboración con la firma de ropa Desigual que fichó a varias bailarinas de Hiplet para su última campaña. Aunque se convirtió en un éxito internacional, las clases de esta danza sólo se imparten en el Chicago Multicultural Dance Center, un lugar en el que aceptan a cualquier estudiante que tenga talento, independientemente de su capacidad económica, ya que se trata de un movimiento que busca incluir a minorías.
El Hiplet fusiona las técnicas de punta clásica con el Hip-Hop y otros estilos de danza urbana. Fue diseñado específicamente para hacer el Ballet accesible a todos, mezclándolo con canciones populares actuales que son conocidas por el público que normalmente no asiste a actuaciones de Ballet. En distintas entrevistas, las bailarinas de Hiplet han asegurado que, además de acercar el Ballet a la población afroamericana, se trata de una danza para empoderar a la mujer y muestra su fuerza. No es de extrañar entonces que por la academia de Bryant hayan pasado personalidades como Lady Gaga o las hijas de Barack Obama. Los orígenes del Hiplet se remontan a principios de los 90, “Breaking, Ballet and the representation of race and gender”, de Hip-Hop on Film, proporciona un fondo de múltiples estilos de baile en un contexto cultural y en el mundo del espectáculo. Esta obra proporciona tempranos ejemplos de artistas que intentaban nuevos estilos de movimientos creando la base para el nacimiento del Hiplet. Para entender la verdadera esencia de este baile, no basta con consumir sus videos ni con conocer de memoria términos como pliés, relevés o sissonne. Son necesarias unas nociones de historia y algunos datos que Bryant muestra con cuidado. Cuando inició su carrera como bailarín no tuvo problemas, aunque los bailarines negros eran discriminados de las compañías de danzas clásicas. Los esfuerzos de Bryant lo llevaron al Harlem Ballet, una escuela fundada en 1962 por Arthur Mitchell, uno de los integrantes del New York City Ballet.
Él también era negro y había decidido crear una compañía que reivindicaba el papel de los bailarines de color y mestizos, en la que solo había dos o tres bailarines blancos. Un símbolo que, en aquella época, no fue entendido como una crítica ingeniosa hacia la discriminación racial. No hace falta googlear demasiado para descubrir que, en más de ocho décadas de trayectoria del American Ballet, la primera vez que una bailarina negra, Misty Copeland, ocupaba un papel principal, fue en el verano del 2015. Por eso Bryant creó el “Rap Ballet” en los años 90 y luego el Hiplet. El estudio y el Ballet clásico siempre ha sido eurocéntrico y principalmente blanco, pero el Hip-Hop está inspirado en la danza africana y muy arraigado en la cultura urbana de las comunidades de color. La discriminación racial no reside sólo en el número de bailarines afroamericanos de las compañías, muy reducido a nivel mundial. Hay otra parte de las escuelas que molesta especialmente a Bryant y es que, en la mayoría de las escuelas de Ballet, los bailarines negros siguen usando medias rosadas. Sus chicas, las Hiplet ballerinas, llevan medias de color, cada una de un tono que se adapta a su piel. Bryant está intentando ayudar a los bailarines negros a expresar de manera más contemporánea y cultural, el arte, reflejando de este modo quiénes son y de dónde provienen. Esto proporciona a las jóvenes bailarinas de color la posibilidad de entrenar en un arte que todavía los excluye, debido al canon establecido de bailarines de piel blanca. Hay quienes han criticado sus pasos sobre sus punteras ya que pueden ser perjudiciales para sus pies. Bryant ha salido en su defensa: son bailarinas profesionales, están entrenadas y su anatomía, fortalecida. Mientras tanto, el grupo improvisa y ensaya los shows que los hizo recorrer casi todo EEUU y las Islas Vírgenes, la región que vio nacer al creador de este baile, mitad arte, mitad reivindicación.

 


 



























 
 


















0 comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...