La música durante la Segunda Guerra Mundial


 

Durante la Segunda Guerra Mundial, no sólo se oyó el sonido de los aviones, el estrépito de las bombas y los disparos, sino también la música. Varias canciones se convirtieron en un fenómeno global, como "Lili Marleen", por la parte alemana, un poema de amor de un soldado alemán escrito en la Primera Guerra Mundial pero convertido en canción en 1938.

O por la parte soviética, donde fue popular una canción sobre una muchacha llamada "Katyusha" que añora a su amado que está combatiendo lejos de Rusia, y que también fue creada en 1938. Así, en todos los países involucrados en esta guerra, surgió la música como un elemento para expresar los sentimientos de la gente, y muchas de ellas eran interpretadas en los diferentes frentes de batalla. A fines de los años 30, las orquestas y bandas alemanas, interpretaban música bailable estadounidense y británica e incluso música alemana con algo de "Swing". En los hoteles más lujosos, siempre programaban orquestas para complacer a sus huéspedes. Algunos éxitos de esas bandas eran interpretados por Rosita Serrano, o la banda de Adalbert Luczkowski. En 1941, la disquera Deutsche Grammophon, convocó a músicos alemanes para grabar Swing y Jazz alemán. 

El famoso y muy recordado Guy Lombardo con sus hermanos Carmen (compositor y cantante) y Lebert (trompetista y cantante) y su magnífica orquesta tocaban "Penny Serenade" también con letra traducida del inglés. Mientras, la orquesta del maestro italiano John Abriani interpretaba "Musik für Mizzi" en el "Blumengarten Oberschöneweide" y otro conocido músico italiano, Tullio Mobiglia y su orquesta, era muy popular en los bares de la capital alemana. A finales de la guerra, orquestas invitadas hicieron grandes temporadas en el Wilmersdorf y en el "Café León" de Lehniner Platz de Berlín, hasta agosto de 1944. Las autoridades advertían del peligro que representaba asistir a las salas de baile debido a los bombardeos, pero los berlineses no parecían dispuestos a dejar el baile. Cuando llegó el momento en las grandes ciudades, la orden "Swing Dancing Verbotten", emitida por el Ministerio de Propaganda, no era un slogan anti-swing o anti-Aliado, sino una medida de seguridad para la población ante el peligro que representaban los bombardeos a fines de 1943. Por eso pronto quedaron prohibidos los espectáculos públicos y clausuradas las salas de baile. Mientras que en Alemania predominaba la música bailable, a través del Jazz, el Fox-Trot, quizás porque su pueblo estaba confiado en su situación ante el avance arrollador en la guerra, en Francia ocurrió todo lo contrario. Pero en el país galo, que se opuso firmemente a la ocupación nazi, nació un movimiento de resistencia al que llamó el General De Gaulle, en un célebre discurso que emitió al pueblo francés desde la radio de la BBC de Londres, el 18 de junio de 1940. Una de las herramientas importantes de la resistencia francesa fue la composición de miles de canciones de resistencia; sin embargo, esto históricamente fue ignorado, en parte por la humildad con la que se llevó a cabo. Las cartas que sobrevivieron de muchos de esos compositores explican que su motivación estaba relacionada con expresar fidelidad hacia Francia, canalizar el odio y la burla hacia el enemigo, unir a los opositores de la Alemania nazi y mantener viva la fe en la liberación. La mayor cantidad de canciones que sobrevivieron las recopiló Paul Arma y su esposa Edmée en 1945. Querían rescatar del olvido a muchos compositores, poetas y canciones que fueron escritas como actos de resistencia durante la Segunda Guerra Mundial y reconocer los esfuerzos realizados y los peligros que enfrentaron sus creadores, donde había desde enfermeras, profesores y maestros, hasta espías y prisioneros. Un tercio de los poemas que se encontraban en la colección estaban escritos para melodías originales. El resto utilizaba melodías ya existentes, lo cual tenía dos ventajas: en primer lugar, era más fácil para la gente recordar las melodías de las canciones; y en segundo lugar, la gente podía cantarlas sin llamar demasiado la atención. Muchas canciones simplemente resurgían de canciones populares de la Segunda Guerra Mundial, como ”Quand la Madelon” de Louis Bousquet y Camille Robert. Otras canciones fueron adaptadas del repertorio del cabaret y del café-concert, como la melodía de Dino OlivieriJ’attendrai”, de 1937. Gisele Boutrie se apropió de ella en la zona costera prohibida en junio de 1941 y fue interpretada por Tino Rossi y Jean Sablon. La letra describe la situación en la guerra: interferencia de radio, racionamiento, colaboración y la espera por el desembarco de los aliados. Esta canción también la cantaban las esposas, las novias y las madres de los soldados en Francia, y se convirtió en la canción de la suerte durante el retorno del millón y medio de prisioneros de Alemania.

 

 



























 

 

 

























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