La música en el Cine Mudo


Dado que el cine mudo no podía servirse del audio sincronizado por la imagen para presentar los diálogos, se añadían cuadros de texto para aclarar la situación a la audiencia o para mostrar conversaciones importantes donde se le daba una narrativa real del diálogo.

El cine silente se valió de música instrumental propia del romanticismo para procurar que este nuevo arte fuera desde sus comienzos bien aceptado por las clases altas y aristocráticas que escuchaban aquella música, aunque después de 1910 se alternaban música clásica y ligera. 

Para rastrear los inicios de la música en el cine hay que remontarse a comienzos del siglo XX, incluso los últimos años de la década de 1890. Pocas composiciones han sobrevivido de este período, pero no por ello desconocemos el uso que se le daba por aquel entonces a la música, recurso imprescindible en las salas donde se proyectaban las películas que precedieron al cine sonoro. Pese a la ausencia de sonido en las películas, la música cumplía una curiosa función más allá de la de ambientar al espectador: era una herramienta muy útil a la hora de ocultar el sonido producido por el proyector, que distraía la atención del público. Otra teoría dice que la música sirvió para hacer más agradable la experiencia de ver imágenes en blanco y negro sin ningún tipo de sonido. También se pensó en música de formaba que hiciera creer al espectador que forma parte de un colectivo, evitando su aislamiento y facilitando su implicación en la escena. Era habitual escuchar a músicos tocando en vivo. Normalmente los pueblos más pequeños contaban con un piano para acompañar las proyecciones. Las salas más modestas contaban con un fonógrafo, y en algunos casos incluso disponían de una orquesta sinfónica o un coro, situados tras la pantalla, pero en las grandes ciudades tenían un órgano de teatro, que tenían una amplia gama de efectos especiales. El órgano de estaba especialmente diseñado para llenar un espacio entre un pianista y una orquesta. El órgano Rudolph Wurlitzer Company podía simular sonidos de orquesta, entre otros. Las salas más elegantes contaban con una orquesta sinfónica o un coro, situados detrás de la pantalla. Esta música era improvisada, aunque los intérpretes también recurrían a partituras de música clásica o propias del repertorio teatral. Dado el éxito del cine como nueva forma de entretenimiento estas distintas melodías fueron almacenándose en catálogos, conformado la llamada música de photoplay; eran los propios músicos quienes enviaban las partituras que debían acompañar a cada film. 

Estas canciones eran realizadas por pianistas, organistas, directores de orquesta, o el mismo estudio, quienes enviaban una partitura de la música que debía acompañar la película. A partir de las composiciones de Joseph Carl Breil para el film de David GriffithEl nacimiento de una nación”, surgieron composiciones originales y era normal que la música se interpretara con partituras creadas especialmente. Esto supuso una importante fuente de empleo para los músicos (sobre todo en EEUU) hasta la llegada del cine sonoro. La música en el cine mudo se utilizaba para crear un tema asociado a los personajes principales o a situaciones argumentales, y el público podía identificar las distintas melodías cada vez que se repetían o variaban. Además, se empleaban diversas secuencias armónicas para representar los diferentes estados de ánimo presentes en las cintas. Todos tenemos en mente algún fragmento de Chaplin o Keaton, e incluso la Disney primigenia, en los que algún alegre personaje camina con aire grácil hasta que su felicidad se ve truncada por algún hecho, el cual es acompañado por una música muy distinta. Se solían utilizar ritmos rápidos para persecuciones, sonidos graves en momentos misteriosos, y melodías románticas para escenas de amor. Quien decidía los cambios de ritmo era el pianista o el director y, en el mejor de los casos, el pianista podía ver la película para tener mejor idea de dónde y cómo realizar los cambios. Otras maneras de ofrecer música al cine mudo se llevaron a cabo, por ejemplo en Brasil, donde se ofrecieron cantatas de fitas: operetas con los cantantes interpretando detrás de la pantalla.​ En Japón la música en vivo contaba con benshi: narrador en vivo que proporcionaba las voces del narrador y los personajes. El benshi se convirtió en un pilar fundamental en las películas japonesas, además servía como traducción para las películas extranjeras norteamericanas. Por desgracia, se ha perdido gran parte de la música que acompañaba al cine en su primera etapa. No obstante, cabe destacar la labor de algunos músicos como Carl Davis, Robert Israel, Timothy Brock o Steven Ball, que han arreglado algunas de estas composiciones pero que también han creado nuevas piezas para acompañar a las películas de la era del mudo.



Órgano Rudolph Wurlitzer Company

Órgano Rudolph Wurlitzer Company











Benshi

Benshi























0 comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...