Ciranda (Brasil)
La Ciranda es un tipo de danza y música de Pernambuco. Es
originaria de la región nordeste de Brasil, más precisamente de Itamaracá. Es
una danza típica de la playa que comenzó a aparecer en el litoral norte de
Pernambuco. Se cree que fue creada por las mujeres de los pescadores que
cantaban y bailaban esperando que volviesen del mar. Se caracteriza por la
formación de una gran ronda, generalmente en las playas y en las plazas, donde
los integrantes bailan al son de un ritmo lento y repetitivo. En Brasil es muy
común definir Ciranda como un juego de ronda infantil, sin embargo, en la
región nordeste, y principalmente en Pernambuco, ella sea conocida como una
danza de rueda de adultos. Los participantes pueden ser de varias edades, no
habiendo impedimentos para que también participen los niños. Hay varias
interpretaciones para el origen de la palabra “ciranda”, pero según el padre
Jaime Diniz, uno de los pioneros en estudiar el asunto, viene del vocablo
español “zaranda”, que significa instrumento para cernir harina y que sería una
evolución de la palabra árabe çarand. La Ciranda era más danzada en las
calles y los terrenos de las casas de los trabajadores rurales, partiendo
después para plazas, avenidas, calles, residencias, clubes sociales, bares,
restaurantes, etc. En algunos de estos lugares pasó a ser un producto de
consumo para turistas. Es una danza comunitaria que no tiene preconcepto en
cuanto al sexo, color, edad, condición social o económica de los participantes,
así como no hay límites para el número de personas que en ella pueden
intervenir. Comienza con una ronda pequeña que va aumentando a medida que las
personas llegan para danzar, abriendo el círculo y asegurando las manos de los
que ya están danzando. Tanto a la hora de entrar como a la hora de salir, la
persona puede hacerlo sin el menor problema.
Cuando la ronda de la Ciranda alcanza un tamaño que
dificulta el movimiento, se forma otra menor en el interior de la rueda mayor.
Los participantes son denominados ciranderos, habiendo también un maestro, el
contra maestro y los músicos, que están en el centro de la rueda. Los
bailarines pueden usar cualquier tipo de ropa. La Ciranda es danzada
durante todo el año. La coreografía es bastante sencilla: al compás de la
música se dan cuatro pasos a la derecha, comenzando con el pié izquierdo con el
tono fuerte del bombo, balanceando suavemente los hombros en sentido de la
dirección de la ronda. Se pueden destacar tres pasos más conocidos de los
ciranderos: la onda, el sacudidinho y el machucadinho. Algunos bailarines crean
pasos y movimientos de cuerpo, pero siempre obedeciendo la marcación que les
impone el bombo. Se utilizan básicamente instrumentos de percusión, como bombo
o zabumba, mineiro o ganzá, maracá, caracaxá (especie de sonajero), la caja o
tarol, pudiendo ser utilizados también cuica, pandero, acordeón o algún
instrumento de viento. El maestro cirandero es el integrante más importante de
la Ciranda,
cabiendo a él “entonar los cánticos”, improvisar versos, tocar el ganzá y
presidir el juego utilizando un silbato para ayudarlos en sus funciones. El
contra maestro puede tocar el bombo o la caja y sustituye al maestro cuando es
necesario. Las músicas pueden ser las ya memorizadas, improvisadas o hasta
canciones comerciales de dominio público, transformadas al ritmo de la Ciranda.
A partir de la década del 70 las Cirandas comenzaron a ser danzadas
en lugares turísticos de Recife, como el Pátio de São Pedro y la Casa de la
Cultura, modificando un poco la danza que se volvió más espectáculo. El
maestro, contra maestro y músicos salieron del centro de la ronda para
adaptarse mejor a los micrófonos y aparatos de sonido, pasando también a haber
límite de tiempo para el juego. Compositores pernambucanos como Chico
Science y Lenine enriquecieron sus repertorios, utilizando la Ciranda
en sus trabajos.
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