En las frías
regiones polares, habitan los Inuit. Estos habitantes del Ártico practican un
canto tradicional de garganta que a diferencia de otros estilos ya que se
realiza como un juego o una competición. El Katajjaq o canto de
garganta inuit es una práctica cultural típica de los pueblos inuit. Se
caracteriza por ser un canto difónico y lúdico practicado generalmente por
mujeres. Es además un juego ejecutado por dos mujeres en competición que se
enfrentan cara a cara y tiene similitud con el Rekuhkara de los Ainu en
Japón. Los primeros europeos que escucharon a los Inuit practicar el Katajjaq
identificaron a estos ruidos como cantos de garganta, cantos de jadeos o cantos
guturales. Por su parte, los etnomusicologos Beverley Diamond y Nicole Beaudry
han preferido utilizar los términos «juegos vocales» o «juegos de garganta» en
sus publicaciones. Los inuits no tienen una palabra equivalente a «música» y es
la óptica cultural occidental la que ha generado confusión en cuanto al lugar
real que ocupan los juegos de garganta dentro de la cultura Inuit. En realidad,
la música inuit, tal como la entendemos, se basa esencialmente en las
percusiones, mientras que los juegos de garganta son practicados en dúos y
comportan una noción de competición con ganadores y perdedores. Aunque los
Inuit son un grupo étnico en sí, en el norte de Canadá existen diferentes
subgrupos etnolingüísticos y, por lo tanto, varias formas de llamar al canto de
garganta inuit: *Iirngaaq o Nipaquhiit – en algunas comunidades de Nunavut. *Piqqusiraarniq
o Pirkusirtuk – en Igloolik y la Isla de Baffin. * Qiarvaaqtuq – en Arviat.
*Katajjaq
o Katadjak – en Nunavik y al sur de Baffin. Los fonemas utilizados
carecen de significado, sin embargo simulan sonidos cotidianos y de la
naturaleza, como por ejemplo el sonido de una sierra o el piar de los pájaros.
A pesar de que el Katakkaq es un estilo muy conocido, poco a poco está llegando a
ser más popular gracias a cantantes como Tanya Tagaq, Heidi Langille o Lynda
Brown quienes ofrecen la oportunidad de aprender más sobre la cultura y
tradiciones Inuit.
Tanya Tagaq Gillis
El Katajjaq
se ha transmitido culturalmente de las viejas generaciones a las más nuevas sin
dejar rastros escritos que ayuden a determinar el origen exacto de esta
expresión. Sin embargo a principios del siglo XIX, a la llegada de los
europeos a las zonas de caza de los por entonces nómadas inuit, la práctica ya
hacía parte de la tradición nativa. La documentación del Katajjaq comienza a
realizarse con las descripciones hechas por exploradores como William Edward
Parry en 1824. En principio el canto fue asociado a prácticas religiosas,
principalmente por misioneros cristianos, que veían en él una forma de
chamanismo o de animismo. A principios del siglo XX y hasta los años 70, por
influencia de la Iglesia, la práctica del Katajjaq fue prohibida. El fin de la
prohibición dio paso a la creación de Festivales, al desarrollo de estudios
antropológicos y a la aparición de mitos que ayudaron a dar un nuevo auge a
esta tradición. El Katajjaq es generalmente un juego competitivo que se practica
por dos mujeres que se enfrentan cara a cara y se sujetan por los hombros. El
juego termina cuando una de las dos queda sin aliento o ríe. Las jugadoras son
evaluadas según la calidad de los sonidos producidos y según su resistencia. En
ocasiones, se aumenta el nivel de dificultad del juego haciendo que las
competidoras se acuclillen y se levanten mientras ejecutan el canto con el fin
de que las participantes pierdan más rápido el aliento. En la tradición inuit
las mujeres practican el canto de garganta a lo largo de sus vidas, mientras
que los jóvenes varones se unen rápidamente a los hombres adultos en las
actividades de caza. En consecuencia, los varones que practican el Katajjaq
no logran alcanzar la prestación ni la experiencia que logran las mujeres. En
enero de 2014, el Ministro de la Cultura y las Comunicaciones de Quebec,
designó al Katajjaq, como el primer bien cultural al que se distingue como
Patrimonio
Cultural e Inmaterial de Quebec.
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