Zonaradikos (Grecia)
El Zonaradikos no es solo una danza, es un vibrante testimonio de la historia y la identidad cultural de Tracia, la región más oriental de Grecia. Era bailado originalmente por hombres de avanzada edad, pero hoy es bailado también por jóvenes y mujeres. El mismo baile se realiza en Bulgaria bajo el nombre Pravo.
Esta conexión física, que forma una cadena humana, va más allá de la mecánica de la danza; es un símbolo poderoso de cohesión, apoyo mutuo y lazos comunitarios que han perdurado a través de generaciones.
El Zonaradikos es fundamentalmente una danza de línea, que comúnmente se organiza en un círculo o semicírculo. La belleza de esta danza reside en su aparente simplicidad, que esconde una riqueza de variaciones y matices. Aunque existen numerosas versiones, con patrones de 6, 8 o incluso 12 pasos básicos, la esencia rítmica y la estructura fundamental permanecen constantes y se realizan a veces en círculo y a veces 6 pasos al interior y 6 al exterior del círculo y un poco diagonal.
Los movimientos pueden ir desde un ritmo más pausado y ceremonial hasta explosiones de energía, especialmente en su variante más rápida conocida como “Tsestos” en el norte de Tracia.
La ejecución del Zonaradikos a menudo comienza con un tempo moderado, permitiendo a los bailarines establecer el ritmo y la sincronización. A medida que la música avanza, el tempo se acelera gradualmente, invitando a movimientos más vigorosos y a una expresión más exuberante. Los pasos combinan movimientos hacia los lados, hacia adelante y hacia atrás, a menudo con ligeros rebotes y giros del cuerpo, que reflejan la vitalidad del espíritu tracio.
La música que acompaña al Zonaradikos es crucial para su carácter. Al tener sus raíces en la histórica Rumelia Oriental (una región con influencias griegas y búlgaras), las melodías poseen un inconfundible sabor balcánico. Los instrumentos tradicionales desempeñan un papel central, siendo la gaita tracia (conocida localmente como gaida o askomandoura) el alma de muchas interpretaciones. La gaita tracia es una especie de flauta con funda de cuero. Su sonido penetrante y melancólico, a menudo acompañado por el clarinete, el violín y la percusión, evoca paisajes y sentimientos profundamente arraigados en la tierra de Tracia.
La historia del Zonaradikos está intrínsecamente ligada a los movimientos de población y a la rica pero compleja historia de Rumelia Oriental. Esta región, que formó parte del vasto Imperio Otomano, fue hogar de una significativa población griega. De 1878 a 1885 fue una región autónoma del Imperio Otomano, y posteriormente pasó a formar parte de Bulgaria.
El punto de inflexión llegó con las guerras balcánicas y el fin de la Primera Guerra Mundial. Los intercambios de población y las redefiniciones de fronteras resultaron en la migración forzada de miles de griegos de Rumelia Oriental hacia el territorio actual de Grecia, muchos de los cuales se asentaron precisamente en Tracia. Muchos griegos, con un poder económico considerable, vivían en esta zona. Sin embargo, se vieron obligados a abandonarla tras el fin de la Primera Guerra Mundial.
No llegaron solos; trajeron consigo sus costumbres, sus cantos y, por supuesto, sus danzas. El Zonaradikos se convirtió así en un puente cultural, una forma de preservar la memoria y las raíces de una patria perdida, y de integrarse en una nueva.
Existen muchas variantes de la danza. En el norte de Tracia, el Zonaradikos se transforma en un Tsestos rápido. En el oeste de Tracia, los hombres lideran la danza, seguidos por las mujeres hasta el final. Al acercarse el final, el primer bailarín se desplaza al centro y los demás giran a su alrededor, para luego desenrollarse y volver a sus posiciones habituales.
Se forman filas mixtas de hombres y mujeres, sujetando sus cinturones. El líder está a la derecha. Al comenzar la parte del tsestos, toda la fila realiza los pasos del tsestos, o quienes los realizan forman una nueva fila sujetando sus cinturones dentro (hacia el centro) de la fila original. Tradicionalmente, algunos o todos los hombres abandonaban la fila y las mujeres se detenían a observar o continuaban el baile alrededor de la fila de hombres. Toda la danza se realiza con las rodillas flexionadas. Esta posición es especialmente evidente en el tsestos.
Hoy, el Zonaradikos no es una reliquia del pasado, sino una tradición viva y coleando. Es una pieza central en bodas, festivales locales, celebraciones religiosas y reuniones comunitarias en toda Tracia y más allá. Es una danza que celebra la alegría de la vida, la fuerza de la comunidad y la resiliencia del espíritu griego, uniendo a generaciones de bailarines en un círculo ininterrumpido de historia y cultura.
Fuentes:
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