Robam Kenorei (Camboya)

 

 

La Robam Kenorei, también conocida como Robam Kenor, es una de las danzas tradicionales más cautivadoras y simbólicas del repertorio del Ballet Real de Camboya. Esta danza representa a las Kinnaris (o Kenorei en jemer), criaturas míticas, benevolentes, mitad humanas y mitad aves, que se cree habitan en los Himalayas y simbolizan la belleza, la gracia y la pureza. Más allá de su estética visual, la Robam Kenorei encarna una profunda riqueza cultural y espiritual que se ha transmitido a lo largo de los siglos en el Reino de Camboya.

La danza en Camboya tiene una historia milenaria, con los primeros registros que datan del siglo VII, donde las representaciones se utilizaban en ritos funerarios para los reyes. Durante el vasto y poderoso Imperio Jemer (siglos IX al XV), centrado en Angkor, la danza se convirtió en una parte integral de la vida en la corte y en los templos. Los bajorrelieves de templos como Angkor Wat y Bayon están adornados con innumerables representaciones de Apsaras (ninfas celestiales) y Devatas (diosas), que atestiguan la importancia de la danza clásica jemer en la espiritualidad y la realeza.

La danza Clásica Jemer, de la cual Robam Kenorei es un subgénero, es una forma de arte altamente estilizada y codificada, que se desarrolló y perfeccionó a lo largo de los siglos bajo el patrocinio de la monarquía jemer. Se distingue por sus gestos gráciles, posturas elaboradas y vestuarios suntuosos. Era considerada un vínculo sagrado entre los reyes y los dioses, un medio para asegurar la prosperidad del reino y una manifestación de la sofisticación cultural de la corte.

Las Kinnaris, como seres míticos, tienen sus raíces en la mitología hindú y budista, que influyó profundamente en la cultura jemer desde los primeros siglos de su historia. En estas mitologías, las Kinnaris son figuras celestiales asociadas con la música, la danza y la gracia, a menudo representadas en templos y obras de arte antiguas. Su presencia en la danza jemer refleja la absorción y adaptación de estos elementos mitológicos en el panteón cultural camboyano.

Aunque gran parte de la música, los gestos y los vestuarios de la danza clásica jemer en su forma actual no datan directamente del período de Angkor, la figura de la Kenorei como arquetipo ha permanecido constante. La danza Robam Kenorei se consolidó como parte del repertorio del Ballet Real de Camboya, la compañía de danza clásica más prestigiosa del país, que ha sido fundamental en la preservación y promoción de esta forma de arte.

La danza clásica jemer, y con ella la Robam Kenorei, estuvo a punto de ser aniquilada durante el brutal régimen de los Jemeres Rojos (1975-1979), que exterminó a casi todos los maestros de danza y músicos. Inmediatamente después de la caída de Pol Pot, los artistas supervivientes, con el apoyo de la realeza, se esforzaron por revivir y reconstruir este patrimonio invaluable, enseñando a las nuevas generaciones los intrincados movimientos y la rica simbología. La UNESCO la proclamó Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en 2003, un reconocimiento vital a su importancia global.

La Robam Kenorei es una danza que exige una flexibilidad y un control corporal excepcionales por parte de las bailarinas, quienes encarnan la esencia de estas criaturas mitad humanas, mitad aves. La coreografía es un despliegue de movimientos fluidos, elegantes y a menudo acrobáticos, que imitan la gracia de las aves y la delicadeza de las figuras celestiales.

Las bailarinas de Kenorei se distinguen por sus movimientos de manos y dedos altamente estilizados, que son una marca distintiva de la danza clásica jemer. Los dedos están a menudo hiperextendidos hacia atrás, con las palmas curvadas, creando formas que recuerdan a las alas o las plumas de las aves. Las muñecas y los codos se utilizan para crear líneas suaves y ondulantes, evocando la ligereza y el vuelo.

Son comunes las posturas de una sola pierna, con la otra elevada y curvada hacia atrás, imitando la silueta de un ave. Estas posturas requieren una gran fuerza y equilibrio.

Los brazos se mueven en amplios arcos y círculos, simulando el aleteo de las alas. A menudo, las bailarinas utilizan accesorios que se asemejan a alas, amplificando este efecto.

La danza implica una notable flexibilidad en todas las articulaciones, con torsiones del tronco, extensiones de piernas y flexiones hacia atrás que contribuyen a la estética etérea y casi “sin huesos” de las Kinnaris.

Los movimientos de los pies son delicados y controlados, con pasos que a menudo parecen deslizarse sobre el escenario, reforzando la naturaleza celestial y ligera de las criaturas.

La Robam Kenorei generalmente es interpretada por un grupo de bailarinas que se mueven en formaciones sincronizadas, creando patrones visuales complejos que realzan la narrativa de un grupo de Kinnaris danzando en un estanque de lotos.

Cada movimiento en la Robam Kenorei está imbuido de simbolismo. Las Kinnaris son vistas como:

• Símbolos de Belleza y Gracia: Su danza es la personificación de la elegancia y la sofisticación.

• Danzarinas Hábiles: En la cultura camboyana, una mujer hermosa a menudo es comparada con una Kenorei, lo que subraya la asociación de estas figuras con la destreza artística.

• Criaturas Benevolentes: Son vistas como seres de buen augurio, que traen fortuna y prosperidad.

• Conexión con la Naturaleza: La danza a menudo se sitúa en un estanque de lotos, y los movimientos pueden imitar la flora y fauna acuática, conectando lo mítico con el mundo natural.

• Atracción y Juguetonería: A veces, las Kenorei aparecen como grupos traviesos y seductores, como en el drama “Preah Anoruth-Neang Usa”, donde atraen a Anoruth y sus compañeros.

La Robam Kenorei, por lo tanto, no es solo una exhibición de habilidad técnica, sino una profunda inmersión en la mitología y los valores estéticos jemeres.

El impacto visual de la Robam Kenorei es tan importante como su coreografía, y el vestuario y el maquillaje desempeñan un papel crucial en la transformación de las bailarinas en estas criaturas míticas. La música, por su parte, es el alma de la danza, guiando cada movimiento y creando la atmósfera adecuada.

El vestuario de la Kenorei es una de las indumentarias más coloridas y distintivas del ballet real camboyano, diseñada para ilustrar la naturaleza híbrida de las criaturas.

• Coronas (Mokot Ksatrei): Las bailarinas llevan una corona puntiaguda de una sola espira, ricamente decorada con gemas y filigranas, que puede tener una prolongación transparente o translúcida en la parte superior.

• Prendas Superiores: Un corpiño ajustado y adornado, a menudo con mangas que se extienden en formas que sugieren alas. Los colores son vibrantes y varían según el drama específico o la interpretación.

• Faldas (Sampot): Una falda larga y elegante, a menudo de seda ricamente bordada, que permite el movimiento fluido de las piernas.

• Decoración de Alas y Cola: El elemento más distintivo son las decoraciones que simulan alas y una cola de ave. Estas piezas son elaboradas, a menudo con plumas estilizadas o tejidos rígidos que se extienden desde la espalda y la cintura de la bailarina. Una hebilla de cinturón especial, llamada robang muk, conecta las piezas con forma de ala, con la decoración de ave mirando hacia abajo.

• Joyas: Abundantes joyas adornan los tobillos, las muñecas, los brazos, el cuello y las orejas. Brazaletes, pulseras y collares de múltiples estilos son comunes, añadiendo brillo y realzando los movimientos.

• Maquillaje: El maquillaje es muy estilizado y tradicional, con una base clara para la piel, cejas fuertemente marcadas y ojos alargados con delineador para dar una expresión serena y etérea. Los labios suelen pintarse de rojo vibrante.

La danza es acompañada por la Orquesta Pin Peat, el conjunto musical tradicional de la danza clásica jemer y del teatro de sombras (Sbek Thom). Es una orquesta predominantemente percusiva y melódica, que crea una atmósfera rica y compleja para la danza.

Los tambores son el corazón rítmico. Incluyen los Sampho (tambor en forma de barril), Skor Thom (tambores grandes de doble cabeza) y Thon & Roneat (tambores de copa y xilófonos de madera/metal). Estos instrumentos marcan el tempo y las complejas polirritmias que guían a los bailarines.

Los instrumentos melódicos son: Roneat Ek / Roneat Dek: Son xilófonos de madera o metal con barras afinadas que tocan las líneas melódicas principales y contrapuntos.

Kong Thom / Kong Touch: Gongos circulares con botes resonantes que proporcionan un sonido metálico y resonante.

Sralai: Un oboe cuádruple de viento que toca la melodía principal, con un sonido penetrante y nasal que es característico de la música jemer.

Ching: Pequeños platillos que marcan el tempo y acentúan frases musicales.

Coro Femenino: Un coro de mujeres acompaña la danza, comentando la intriga, narrando la historia y poniendo de relieve las emociones que los bailarines expresan a través de sus movimientos. Sus voces añaden una capa lírica y narrativa esencial.

A pesar de las numerosas dificultades, como la falta de recursos y la necesidad de continuar la formación de maestros y bailarines, la Robam Kenorei ha logrado recobrar gran parte de su esplendor. Permanece como un testimonio conmovedor de la resistencia de la cultura camboyana y su continua dedicación a un arte que es la encarnación de su alma nacional.

 

 

Fuentes:

 

• En.wikipedia.org

• Mykhmerheritage.quora.com

• Khmernote.com.kh

 


 





































 











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