Caramelles (España)

 

 

En la gran variedad de tradiciones culturales de Cataluña, las Caramelles ocupan un sitio especial. Esta antigua práctica, arraigada en la celebración de la Pascua, simboliza la unión comunitaria a través de la música y el canto.

De acuerdo con el Concilio de Nicea, se determina la Pascua de Resurrección, festividad en la que se celebraban y en algunas partes todavía se celebran les Caramelles. Todas las primaveras retornaba y retorna la Pascua, y, con ella, el sentir interior a través de la música: letras y canciones que se transmiten generación tras generación. Los Pirineos reverdecen levemente después de las blancas nieves de los crudos inviernos; en los valles cobran nueva luz los campos ornamentados con sus flores silvestres, dando nombre a la Pascua de las Flores, también llamada Pascua Florida. Cada año, cuando llega la Semana Santa y Pascua, las calles y plazas de pueblos y ciudades catalanas se llenan de melodías y letras que datan de siglos atrás, aunque también se incorporan nuevas canciones que siguen el estilo tradicional. Grupos de jóvenes, ataviados para la ocasión, cantando a viva voz y, en ocasiones, usando instrumentos muy sencillos, ofrecían y ofrecen sus cantos a la naturaleza, sirviendo como cantos de Aleluya a su Dios que les había dado la vida, al haber muerto y renacido por ellos. Ante la carencia de documento escrito conocido, que atestigüe el origen de “Caramelles”, el poeta Jacinto Verdaguer, dice que “el lugar debió ser el bello paraje de la Garrotxa ampurdanesa donde se venera la imagen de “la Mare de Deu del Mont” donde desde hace cuatrocientos años se inició esta costumbre”.
Quizás desde las montañas de “la Mare de Deu del Mont” las canciones se extenderían a “las masías -casas de campo- y a sus entornos, de ahí, siguiendo los ríos Fluviá y Muga, a los pueblos de Olot, Tortellá, Besalú..., desde los Pirineos hasta el mar; y de esta manera la tradición de festejar la Pascua con la entrada de la primavera se extendería a través de las canciones populares a toda Cataluña. Al atardecer de la víspera de tan señalada jornada, después de un repique general de campanas, eran encendidas grandes hogueras. Luego se celebraba una función religiosa en el Santuario de Nuestra Señora del Mont, durante la cual eran cantadas algunas estrofas de los “Goigs de les Caramelles” y al día siguiente: el día de Pascua, en el ofertorio, durante la celebración del Solemne Oficio, nuevamente eran cantados “Els Goigs” como si fuera una ofrenda de la primavera cantada de “les Colles de Caramellaires” -grupos de cantantes de Caramelles-. De acuerdo a estudios y otros testimonios, parece ser que el canto de Els Goigs en honor a la Virgen eran los primeros cantos que cantaban Els Caramellaires, tradición arraigada profundamente en el pueblo. Parece ser que el uso como instrumento musical de la Caramella (caramillo, instrumento a modo de flauta) con que se acompañaban els Caramellaires para cantar les Caramelles dio nombre a dicha tradición: les Caramelles. El nombre de les Caramelles, al difundirse por otros lugares, tomó otros nombres:
En la Plana de Vic, Camalleres; y, en otros lugares, se transforma en Camilleres y Camarelles. Tradicionalmente, el grupo de cantores paraba a los balcones de las casas de los pueblos para cantar varias canciones acompañadas de instrumentos musicales. Una vez acabados los cantos, se acercaba la cesta adornada al balcón para que el vecino homenajeado hiciera su donativo en forma de alimentos (donde normalmente se daban huevos como símbolo de fertilidad) o dinero. Es curioso observar que en muchos lugares se ha utilizado la expresión de cantar Els Goigs (“cantar los Gozos”), acompañada de otras palabras que aportan otros aspectos de esta tradición popular: • Els Goigs de Pasqua: “Los Gozos de Pascua”, por celebrarse en esta festividad; • Els Goigs déls ous: “Los gozos de los huevos”, por obsequiar a Els Caramellaires con huevos, en les masíes, por sus canciones; • Els Goigs de les butifarres: Por recibir Els Caramellaires butifarras, por cantar les Caramelles; • Els Goigs de les Caramelles: Llamados así, por acompañarse de la caramella (caramillo) para cantar. Las Caramelles de Pascua están dedicadas a contar con detalle la muerte y resurrección de Cristo y antiguamente se interpretaban durante la celebración de la misa del Domingo de Resurrección. Fieles a su tradición oral, estas composiciones presentan una organización parecida a la de las Caramelles de Navidad, es decir, distribuyen la narración de la muerte y resurrección de Cristo en ‘cobles’ (estrofas), 14 en total. La tradición popular de cantar les Caramelles, según datos autorizados, se establece en 1590.
La melodía que acompañaba a las letras de Els Goigs es sencilla, usada desde sus principios por gente del campo, sin preparación musical, pero con mucha ilusión para cantar. En los valles pirenaicos, al principio sólo se cantaron a viva voz, pero muy pronto se acompañaron por el caramillo y, más tarde, el flabiol (flautín usado por la Cobla), con los años se fueron introduciendo nuevos instrumentos: flautas, guitarras... La vestimenta usada dependía del lugar, y también de la época; en algunos pueblos, durante el siglo XIX, y principios del XX, salían con capas negras y sombreros de copa; lo más habitual era y es salir con el traje típico de la comarca. La forma de cantar las Caramelles es distinta en las grandes ciudades como Barcelona, ya que, dichas Caramellas están cantadas por coros. Una melodía sencilla, junto con una letra sonora y bien estructurada, acompañados con la llegada de la primavera y la Resurrección del Señor, hacen renacer armonías hermosas, contagiando a través de la música popular a todo tipo de gentes, tanto del campo como de la ciudad. La persistencia de la tradición de las Caramelles en el tiempo demuestra su capacidad de adaptación y su importancia en la comunidad. Aunque los años pasan y la sociedad cambia, las Caramelles siguen siendo un elemento vital en la celebración de la Pascua en Cataluña, manteniendo viva una parte inestimable de su patrimonio cultural. En este sentido, las Caramelles no son sólo canciones, sino también un vehículo de cohesión social, un vínculo entre el pasado y el presente, y un testimonio de la identidad catalana.

 

 

Fuentes:

 

• Cervantesvirtual.com

• Ibiza.travel

• Femturisme.cat

 


 





































 


 

 






















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