Manifiesto Canción del Sur (España)
El Manifiesto Canción del Sur fue un movimiento cultural y musical, nacido en Granada (Andalucía, España) en el año 1968, dentro de la corriente más amplia de Canción Protesta que, en esos años, se desarrolló de forma generalizada en toda España y en Latinoamérica.
El
movimiento se disolvió a comienzos de 1976. Junto con el Manifiesto de lo borde
(1968), del grupo sevillano de Rock Progresivo Smash, fueron las
elaboraciones teóricas más importantes de la música andaluza durante el
franquismo. Respecto del primero de ellos, supuso el primer documento escrito
en que un grupo de Rock se plantea el hacer música como algo indisolublemente
unido a una visión del mundo y a una forma de vida. El Manifiesto, por su parte,
fue un intento de reivindicar la poesía como defensa contra la resignación y el
aburrimiento, contra la moral establecida, contra la dictadura franquista y, de
alguna manera también, contra el discurso clandestino, teórico e ideologizado,
de una izquierda sin duda coherente y luchadora pero, dadas las circunstancias,
muy dividida y mal organizada. Se trata, por tanto, de un movimiento de fuerte
trasfondo político. Su desarrollo coincidió temporalmente, aunque de forma parcial,
con movimientos similares en otras zonas de España, como es el caso de Els
Setze Jutges, en Cataluña, o Ez Dok Amairu, en Euskadi. El
impulsor de la creación del Manifiesto fue el poeta granadino Juan
de Loxa que, desde 1967, dirigía un programa en Radio Popular de
Granada, “Poesía 70”, primero de ámbito local y más tarde con repercusión
en toda Andalucía. Este programa había nacido para recoger, expresar y
difundir el trabajo de jóvenes poetas inconformistas que, por entonces,
iniciaban su actividad literaria en Granada. Entre ellos se encontraban Justo
Navarro, Fanny Rubio, Antonio Carvajal, José
Carlos Rosales, Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute, Carlos
Cano y el propio Juan de Loxa. Paralelamente se
editaba una revista literaria de igual título, que dejó de editarse en 1971,
aunque el programa permaneció en antena hasta 1993.
El programa radiofónico se
nutría, además de poesía, de música relacionada con ella; de la Chanson
francesa; de los autores hispanoamericanos como Atahualpa Yupanqui, Víctor
Jara o Violeta Parra, que comenzaban a oírse en España; y de la Canción
Protesta española, especialmente Paco Ibáñez, Raimon o Chicho
Sánchez Ferlosio. Juan de Loxa desarrolló una
verdadera obsesión por crear un movimiento de Canción Protesta con
raíces puramente andaluzas, tal como se estaba haciendo en Cataluña o en el
País Vasco. Fue Loxa quien convenció a Carlos Cano para que cantara sus
propios poemas, y de que lo hiciera con sonidos andaluces, y le animó a
realizar su primer recital en la Casa de las Américas de Granada, ya en 1968.
En el mismo lugar y época, actuaba también el jiennense Antonio Mata. Ellos tres
decidieron redactar el Manifiesto Canción del Sur, en el
que declaraban que marchaban a la búsqueda de su propia realización, y
solicitaban la incorporación al proyecto de todo el que se sintiera
identificado y tuviera algo que aportar. Rápidamente se sumaron al Manifiesto
jóvenes estudiantes, como el dúo “Clavos” (integrado por Justo
Navarro y Carlos Rosales), Juan Titos, el grupo “Principio
y Fin” o Pascual Pérez de Chaparro. Entre 1969 y 1970, el programa de Loxa
dio a conocer los objetivos del Manifiesto y las canciones de sus
miembros. Gracias a ello se incorporaron nuevos cantautores, algunos de ellos
claves para el desarrollo del movimiento, como Esteban Valdivieso o Nande
Ferrer (mayo de 1971), que habían estado juntos en un grupo de Pop,
“Los
Querubines”, émulos de Los Ángeles. Su presencia en el Manifiesto
dotó a este de una mayor capacidad para musicalizar poesía contemporánea. Nande
abandonó el Manifiesto en 1972, trasladándose a Irlanda, pero Valdivieso
continuó hasta el final del movimiento. En ese período también se incorporaron
los cantantes José María Agüí, Francisco del Pino, Ignacio
Tinaud, Miguel Ángel González y Raúl Alcover. De ellos, los dos
últimos serían los más significativos. González, con su tratamiento de la
obra de Miguel Hernández, “Elegía a Ramón Sijé” (compuesta
antes de que Serrat hiciera su versión) y del Poema del Cante Jondo de Federico
García Lorca.
La internacionalización del Movimiento llegó de la
mano de Carlos Cano, el 14 de diciembre de 1972 cuando, junto con Enrique
Morente, participó en un politizado homenaje a Federico García Lorca en
París, defendiendo expresamente el papel del Manifiesto como
movimiento andaluz, social y cultural. La estancia parisiense de Carlos
Cano, en la que desarrolló una estrecha relación con Lluís
Llach, consolidó su vocación de músico y fue decisiva para su
profesionalización. En esos meses se produjo la incorporación al Manifiesto
de Ángel
Luis Luque y Enrique Moratalla, que supusieron un
revulsivo ideológico. El primero de ellos definía al Manifiesto como un
posicionamiento ideológico revolucionario al servicio de la causa andaluza. y
su música y actitud en el escenario fueron siempre congruentes con esta
posición reivindicativa. Entre sus temas destaca especialmente “A
vosotros”, basado en un poema de Pessoa y que se convirtió en un
verdadero himno a la solidaridad y la lucha por la libertad. Luque
nunca llegó a grabar este tema, pero sí lo hizo Enrique Moratalla años
más tarde. Por su parte, Moratalla se incorporó al movimiento
con solo 17 años y con un cantar profundo y sincero, que llevó a algunos
críticos a considerarlo la voz con más posibilidades dentro del Manifiesto.
De sus temas, quizás el más popular fuera “Andaluz en agonía”,
reproducido por la revista Ozono a nivel nacional. Entre 1974 y finales de
1975, el Manifiesto obtuvo una proyección importante en toda Andalucía,
especialmente con los conciertos de su colectivo más activo en esa época: Antonio
Mata, Loxa, Carlos Cano, Luque, Moratalla,
Miguel
Ángel González y Valdivieso.
Impulsado por los
planteamientos ideológicos, sobre todo de Luque y Moratalla, se convirtió
en un factor decisivo en la defensa del andalucismo democrático como expresión
del ideal andaluz, la banda sonora de la transición democrática en Andalucía,
la música de los años oscuros. En la medida en que se incrementaban los
conciertos, la popularidad y, por tanto, la influencia de los componentes del Manifiesto,
comenzaron a surgir los primeros problemas entre ellos. La causa del primer
problema del grupo fue la profesionalización de Carlos Cano quien se
quejó de que sus compañeros de movimiento lo “llamaran asqueroso y burgués” por
haber cobrado 7000 pesetas por un concierto en la Universidad. Sin embargo,
tanto Antonio Mata como Enrique Moratalla, por entonces, ya
estaban preparando su primer álbum comercial y se planteaban una cierta
profesionalización, al igual que Carlos. La discrepancia real parecía
estar, más bien, en el reparto de los ingresos, que se pretendían siempre
colectivos, no individuales, y no tanto en el carácter profesional de la
actividad. La segunda causa de desarticulación fue política. Luque
y Moratalla
pertenecían al ala más izquierdista de la Alianza Socialista de Andalucía
(ASA), Loxa y González al PCE, Antonio
Mata era anarquista y Carlos Cano, aunque también se
encontraba en la órbita de ASA, estaba muy vinculado a Antonio Burgos y Alejandro
Rojas Marcos. El debate interno entre todas estas tendencias sobre
regionalismo, nacionalismo o internacionalismo en Andalucía, contribuyó al
distanciamiento, especialmente entre Carlos Cano y el resto. Como
consecuencia de todo ello, Carlos Cano abandonó el Manifiesto.
Previamente, tuvo un duro enfrentamiento con Antonio Mata, que llevó a
este a suspender sus actuaciones con el colectivo, aunque regresó tras la
salida de Cano. El grupo se mantuvo durante unos meses, incorporándose
incluso algún nuevo miembro, como es el caso de Aurora Moreno. En los
primeros meses de 1976, Manifiesto Canción del Sur se
disolvió definitivamente y, poco después, falleció Ángel Luis Luque en un accidente
de moto. La música del Manifiesto solo logró recogerse en
grabaciones después de su disolución. Como indicaba el periodista José Tito
Rojo, el “Manifiesto desaparece virgen: nunca grabó un disco porque sus
recitales eran actos puros y únicos, ajenos al comercio”. Hasta finales de 1976
no aparecieron los dos primeros elepés de miembros del colectivo: “Entre
la lumbre y el frío” de Antonio Mata y “A duras penas” de Carlos
Cano. Cano desarrolló después una larga y exitosa carrera musical,
hasta su fallecimiento en diciembre de 2000. Mata por su parte
colaboró con Miguel Ríos, en su disco “Al-Ándalus”, y con Triana
en “Hijos
del agobio”, iconos ambos del Rock andaluz, pero después se vio
sometido al olvido, en parte como consecuencia de sus problemas depresivos y
con el alcohol. En junio de 1994, la Asociación de la Prensa de Granada
organizó un homenaje al Manifiesto, con la presencia de la
mayor parte de sus componentes.
Fuentes:
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