Tufo (Mozambique)
Tufo es una danza tradicional del norte de Mozambique. Es realizado por grupos de mujeres en Maputo, en las provincias de Cabo Delgado y Nampula, así como en otras partes isla de Mozambique.
De origen árabe, el Tufo se realiza para celebrar
fiestas y días festivos islámicos. La danza es tradicionalmente realizada por
mujeres, que mueven sólo la mitad superior de su cuerpo y van acompañadas de
música y panderetas que parecen tambores. Los orígenes del Tufo no están claros,
aunque en la isla de Mozambique una leyenda dice que la danza comenzó en la
época en que el profeta Mahoma emigró a Medina. Fue recibido por sus seguidores
con cantos y danzas alabando a Alá, acompañados de panderetas. Una vez
aprobadas por Mahoma, las danzas continuaron realizándose en festivales
religiosos. El Tufo probablemente llegó a Mozambique en los años 1932-1933, llevado
por un comerciante quiloa llamado Iúçufe. El nombre probablemente deriva de una
palabra árabe para las panderetas utilizadas en la danza, ad-duff. En portugués
esta palabra pasó a ser adufe o adufo y luego tufo. La danza también estuvo
fuertemente influenciada por la cultura matrilineal del pueblo Makua. A pesar
de sus orígenes musulmanes, el Tufo se ha extendido más allá de las
comunidades y el contexto del islam. Aunque todavía se interpretan en
festivales religiosos, las canciones del Tufo también pueden contener temas
sociales o políticos. Históricamente, el Tufo era interpretado por bailarines
de ambos sexos, pero ahora los hombres sólo bailan en raras ocasiones. Los
grupos de danza Tufo están formados por entre quince y veinte mujeres,
acompañadas por cuatro hombres o mujeres que tocan panderetas planas en forma
de tambores. Todos los bailarines cantan, aunque suele haber un bailarín
principal. Tradicionalmente, los bailarines de penacho bailaban arrodillados,
moviendo rítmicamente la mitad superior de su cuerpo. Más recientemente, la
coreografía ha evolucionado: los bailarines ahora pueden ponerse de pie y mover
su cuerpo por completo.
Las mujeres se reúnen para realizar el Tufo
vistiendo capulanas y camisas de colores llamativos. Sus rostros están
cubiertos de mussiro, un tipo de crema facial utilizada por las mujeres Makua. El
mussiro no forma parte del baile, pero las mujeres lo aplican para
identificarse más con su tierra. Se atan pañuelos en la cabeza y utilizan
joyas, collares y pulseras para darle un toque final extravagante. Las
canciones Tufo se transmiten de forma oral y pueden ser compuestas por
uno de los bailarines o el poeta del grupo. Generalmente están en lengua makua,
pero también pueden estar compuestos en árabe o portugués. Inicialmente el Tufo
estuvo asociado a cofradías religiosas hasta mediados de la década de 1960, desarrollándose
sólo en mezquitas y las letras de las canciones eran esencialmente religiosas,
inspiradas en extractos del Corán que elogian pasajes de la vida de Alá y del
profeta Mahoma. Las canciones transmitían preceptos religiosos y guiaba a las
familias sobre cómo debían organizar sus vidas, interactuar en sociedad y
educar a sus hijas. Después de este período, el Tufo pasó de las cofradías a las
asociaciones y la ampliación de su ámbito de actividad. Asociaciones con los
más diversos fines, recreativos, humanitarios, religiosos, estudiantiles y
partidistas, en forma de ligas juveniles, que ya existían en el territorio
desde los últimos años de la colonia, aparecieron en gran número en todo
Mozambique a finales de los años 1990.
Los grupos de Tufo se organizan en
asociaciones, más o menos formales, en las que el apoyo entre miembros, como la
dinámica de aconsejar, invitar y recibir, y ganar y recolectar dinero a través
de prácticas como el xitique y el ahorro, desempeñan papeles centrales. El
xitique está formado por un grupo de personas, compuesto por amigos, compañeros
de trabajo o familiares, quienes estipulan un monto de aporte así como el frecuencia
de reuniones de rendición de cuentas, distribución rotativa de lo ahorrado por
cada una de los personas involucradas en el grupo. El grupo de Tufo
puede tener una formación efímera, organizándose sólo para participar en un
determinado evento. Sin embargo, los grupos más reconocidos son que se
formalizan en asociaciones. Los consejos, entrelazados en letras y gestos,
guían la sociabilidad de una asociación. El dinamismo ideal del Tufo,
a menudo representado por la expresión “la danza que anima” corresponde a la
buena interacción de las partes que componen el todo: las habilidades de los
bailarines, las letras elaboradas según la ocasión que fueron invitados, la
interacción entre la Reina (el nombre que se le da a la líder del grupo), los
bailarines y músicos, las capulanas elegidas para el evento, los tambores bien afinados,
e interactuar con el público presente.
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