Gagá (República Dominicana)

 

 

A partir del mes de febrero de cada año, un sonido contagioso y alegre se apodera de los sábados por la noche de varios bateyes (comunidades rurales que surgieron alrededor de la industria azucarera) de República Dominicana.

Picadores de caña, trabajadores, amas de casa, niños, etc., practican ceremonias y bailes que culminan la noche del Jueves Santo, el día entero del viernes el sábado y el Domingo Santo. Son las festividades del Gagá, que para muchos no es más que un “baile carnavalesco de origen haitiano”. Cuando el culto socio-religioso del Gagá llegó a la República Dominicana procedente de Haití, seguramente pocos pensaron que llegó para quedarse y formar parte de las tradiciones culturales quisqueyanas. El Gagá llegó a República Dominicana a través de la migración haitiana, relacionada, en principio, con el corte de caña, por lo que se posicionó en los bateyes. Por su propia naturaleza es dominico-haitiano; ya que lo practicaron en Dominicana, adquirieron los mismos compromisos que los haitianos. El verdadero nombre del Gagá es Rará, ya que por el francés de los haitianos guturalizan la R, por lo que a oídos de los dominicanos sonaba como Gagá. El Gagá incluye una serie de ceremonias y actividades que son más conocidas y vistosas en tiempos de cuaresma y Semana Santa. También tiene presencia en los carnavales. Mayores, reinas, músicos, presidente, padrinos y bailadores, son los personajes propios de este ritual que van ataviados con prendas coloridas. La música procede de instrumentos artesanales de percusión y viento, marca la pauta en todos los rituales y recorridos donde ellos participan. Según estudiosos del tema, todas las ceremonias se hacen Biblia en mano, rezando oraciones como el Ave María o el Padre Nuestro, y se le rinde especial devoción a la Virgen de la Altagracia, madre espiritual de los dominicanos. En los rituales, algunos de los participantes llegan al trance, gracias en parte a la ingesta de ron, cuestión esta que anima a los asistentes a caminar por el fuego o a jugar y golpearse con afilados machetes entre baile y baile. Este culto es una combinación de santería, creencias de vudú, luases y cristianismo. La Semana Santa marca el colofón de sus celebraciones.
El ritual del Gagá comienza su ceremonia con el rompimiento de un huevo, el Jueves Santo a las 12 de la noche, además del bautismo de la vestimenta que usarán los mayores y las reinas, y concluye el Domingo de Resurrección Esto se da porque en la época de la esclavitud, solo se les permitía salir en Semana Santa a hacer sus fiestas, por lo que centraban todas sus actividades en ese momento. Diversas fuentes consultadas señalan que el Gagá es organizado por una cofradía o un Rey individual, y su esencia es básicamente dual: carnavalesca y religiosa. Cuando los grupos salen a las calles van comandados por un jefe espiritual, el Rey o dueño y la Reina, quien baila permanentemente, razón por la cual debe ser una jovencita, y son secundados por los músicos y treinta acompañantes, que son miembros comunes. El Rey o Jefe del Gagá, es por lo general una personalidad y no puede bailar mucho por su avanzada edad, eso hace que el acompañante de la reina sea un hombre joven. El jefe espiritual marcha, escoba en mano, limpiando los caminos y alejando los malos espíritus y es él quien se encuentra con el jefe del grupo que viene en dirección contraria. Los jefes espirituales conversan e intercambian oraciones, resguardos y maldiciones para finalmente terminar de amigos o pelearse, aunque generalmente ocurre lo primero y las peleas no son frecuentes. Una vez juntos, marchan hacia el rumbo decidido entre ambos y luego regresan a sus puntos de salidas donde terminan la fiesta. El Gagá también es conocido por sus manifestaciones musicales, ya que sus ceremonias van acompañadas de canto y música. En los bateyes utilizan un yom o maraca de metal, además de un tipo de trompetas de un solo tono hechas de bambú (fututos) de un metro veinte y que producen un sonido de contrabajo de un solo tono, y al complementarse con otras, producen un sonido de sinfónica. El único instrumento cordófono es la gaymba. también usan trompetas (tuatuá), además de pitos, congas y tambores. El culto del Gagá no ha perdido vigencia a pesar del declive de la industria azucarera ya que, donde hay un batey, hay Gagá.
























































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