Cocoyé (Cuba)



El Cocoyé es un género musical folklórico representativo de la música bailable de Santiago de Cuba, siendo una variante de la Conga. Pero la historia va más allá de la Conga: a finales del siglo XVIII empezaron a arribar a Santiago, franceses que llegaban huyendo de Haití, por la revolución en la isla vecina. Muchos de ellos fueron con sus esclavos domésticos, quienes vinculados a otros negros y mulatos libres de la ciudad que los acogió, transfirieron e introdujeron cantos, ritmos y percusiones en las parrandas, que por aquel entonces recorrían las calles, desde el día de San Juan hasta el de Santa Ana. Esta canción nostálgica de los esclavos domésticos que acompañaban a los fugitivos de la revolución haitiana, se fue imponiendo con variaciones en la melodía. Así, este canto escuchado a franco-haitianos corrió entre los barrios pobres y fue integrado a diferentes comparsas. De sus letras salió el Cocoyé, descubierto en 1836 por el músico catalán Juan Casamitjana, de cuyas anotaciones se hicieron al transcurrir al transcurrir el tiempo, variados arreglos por otros creadores notables. Casamitjana, entonces director de la Banda del Regimiento de Cataluña, vio pasar desde el balcón del hotel Venus, una comparsa dirigida por las célebres María la O y María la Luz, que llevaba como estribillo las coplas del Cocoyé. Luego, el pianista y compositor Louis Gottschalk, lo incluyó en una danza, y dos afamados músicos cubanos, Amadeo Roldán y Gonzalo Roig, incluyeron sus arreglos en el repertorio. En resumen, nueve compositores tuvieron que ver con el Cocoyé, cifra jamás superada en una pieza popular. La Conga insigne de Santiago de Cuba es conocida mundialmente por el sello de “Abre que ahí viene el Cocoyé”. Con este estribillo, han arrollado por las calles de la isla, varias generaciones de cubanos.

Diversos investigadores destacan que el Cocoyé representa una de las expresiones más puras del folklore musical cubano y sus orígenes datan del siglo XIX y rememora al grupo de esclavos que se reunía por las noches en un solar, en cuyo patio los africanos coreaban con nostalgia estribillos de la tierra lejana y cantaban con tambores el nacido Cocoyé. Entre los iniciadores de la Tumba se encontraba Pa’ Francisco, un congo que vivió hasta la edad de 106 años. La coreografía se representa en distintas fiestas. Al final de la ceremonia se ejecutaba la danza solemne llamada Mesón, de compases lentos y tristes, en forma de un círculo muy amplio. El Cocoyé surgió desde esas historias, casi leyendas, y fue acogido en los salones de abolengo del Santiago colonial, gracias a Casamitjana, pero continuó con sus aires populares, protagonizados actualmente por la conga madre santiaguera. El 3 de septiembre de 1847 se ejecutó por primera vez en la Sociedad Filarmónica de Santiago de Cuba la obra de Laureano Fuentes Matons, "Popourrí cubano", que era una colección de aires cubanos con el tema “María la O”. A este popurrí arreglado para banda militar por Manuel Úbeda, se le añadieron otros estribillos y lo titularon “Cocoyé” o "Ajiaco cubano", y fue ejecutado en 1849 por la banda de música del Regimiento de Isabel II, dirigida por Julián Reinó. Posteriormente, el pianista cubano Pablo Desvernine hizo una versión de esta pieza folklórica, pero fue el compositor santiaguero Prudencio Barthelemy, el único que realizó una transcripción para piano de todos los temas del Cocoyé, presumiblemente partiendo de la versión de Casamitjana. En 1925 se estrenó a “Obertura sobre temas cubanos”, de Amadeo Roldán, quien utilizó temas del Cocoyé. Celia Cruz y Tito Puente, entre varios músicos populares, grabaron versiones del Cocoyé.
 










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