Jarabe Tapatío (México)
El Jarabe
Tapatío es una danza mexicana que nació durante la Revolución de 1910,
como estandarte de la unidad nacional, ya que incluye los estilos dancísticos
más famosos de diversas regiones en una mezcla denominada “Jarabe”. Al comenzar
el Siglo XIX la alta sociedad mexicana bailaba danzas europeas, como Fandango,
Contradanza, o bien los aires de las cortes, como las Pavanas, Gavotas y
Minués, mientras que el pueblo bailaba el zapateado español, acompañando al
baile con Seguidillas y Tonadillas mal intencionadas, que generalmente se
burlaban, con picantes letras muchas veces licenciosas, de los bailes
aristocráticos y sus reverencias.
Luego de la Independencia de México se incorporaron sones patrióticos y canciones populares, convirtiéndose el zapateo español en el Jarabe Tapatío, con elementos propios. El Jarabe siguió siendo un baile popular que nunca entró en los salones, en donde se siguieron bailando las danzas extranjeras (Polka, Mazurca, Chotis, Vals, etc.), que llevaron a México los soldados franceses durante la invasión hacia mediados del Siglo XIX. El Jarabe era considerado como una danza corriente y licenciosa que empezó a bailarse en las fiestas públicas hasta imponerse. El virrey Berenguer de Marquina, el 15 de diciembre de 1802, en un bando condenó a esta danza. El Jarabe Tapatío se afianzó durante la Revolución de 1910 como estandarte de unidad nacional. El nombre se debe a la mezcolanza de estilos, como sucede con las hierbas de los jarabes.
Luego de la Independencia de México se incorporaron sones patrióticos y canciones populares, convirtiéndose el zapateo español en el Jarabe Tapatío, con elementos propios. El Jarabe siguió siendo un baile popular que nunca entró en los salones, en donde se siguieron bailando las danzas extranjeras (Polka, Mazurca, Chotis, Vals, etc.), que llevaron a México los soldados franceses durante la invasión hacia mediados del Siglo XIX. El Jarabe era considerado como una danza corriente y licenciosa que empezó a bailarse en las fiestas públicas hasta imponerse. El virrey Berenguer de Marquina, el 15 de diciembre de 1802, en un bando condenó a esta danza. El Jarabe Tapatío se afianzó durante la Revolución de 1910 como estandarte de unidad nacional. El nombre se debe a la mezcolanza de estilos, como sucede con las hierbas de los jarabes.
Al parecer, el
Jarabe es de origen tapatío (nacido en la ciudad de Guadalajara), pues todavía
en los pueblos de Jalisco es donde se lo baila con mayor devoción, a veces
sobre tarimas de gruesas maderas, que tapan grandes hoyos hechos en la tierra
como caja de resonancia para el vivo taconeo de los bailadores. Originalmente
el Jarabe tenía letra y se mantuvo en boga en todo México hasta 1910,
primordialmente en México DF. Los Jarabes de por sí son la mayor expresión de
los Estados del centro y Sur del país. Algunos tienen una complicada estructura
musical que envuelven los temas regionales más populares. El estilo evolucionó
de la interpretación que los locales le dieron a los “Sonecillos de mi Tierra”,
una exitosa compañía teatral española que visitaba los teatros citadinos
mexicanos hacia finales de la colonia y luego de la misma. Los atuendos
masculinos y femeninos que se han popularizado para el baile tienen una
diferencia de más de cien años entre sí. Los bailarines usan de charro y de China
poblana. La China Poblana fue el atuendo de las sirvientas de principios a mediados
del Siglo XIX. El traje de Charro decorado con botonadura de plata, nació hacia
1930, después de numerosas evoluciones, desde los caporales de las haciendas
hasta los músicos urbanos de hoy. La danza se acompaña con música de Mariachis,
tapatío también, que originalmente era una orquesta compuesta por gente de
arpón, guitarrón y violín, a la que a veces acompañaba un clarinete y un
tamborcillo.
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