Morna (Cabo Verde)
La Morna es un género musical de Cabo Verde relacionado con el
Fado portugués, la Modinha brasilera, el Tango argentino y el Lamento angoleño.
Este género, que con el tiempo se ha ido convirtiendo en un símbolo de la
identidad de este pequeño país del Atlántico, nació en la isla de Boa Vista a
finales del Siglo XIX, como resultado de la fusión del Fado portugués y las
influencias aportadas por los marinos de paso.
Posteriormente se extendió a otras islas, como las islas de Brava, lugar en que el poeta y escritor Eugénio Tavares halló su inspiración para crear composiciones que han pasado a formar parte del patrimonio musical contemporáneo de Cabo Verde. Una de ellas es su conocida “Hora di Bai” (Hora de la Despedida), melodía que se ha popularizado su uso como la última canción de las fiestas, aquella que marca la despedida. La Morna se inspiró en la esclavitud y en la revolución permanente de aquellos que sólo podían expresarse contra la opresión del colono blanco con el canto, en forma de lamento. Las condiciones socioeconómicas y culturales de Boa Vista contribuyeron a desarrollar y a dar forma a este género musical, que expresaba en sus orígenes el dolor de ser esclavos, el sentimiento del amor, la cretchéu o añoranza por la ausencia del ser amado, el deseo de abandonar el país y el anhelo de regresar a él. Tavares, hijo de colonos portugueses, fue el primer intelectual en sostener en plena época de la colonia, que existía una identidad creole; lo que le costó su precipitado exilio a EEUU, país del que regresó tras diez años.
Posteriormente se extendió a otras islas, como las islas de Brava, lugar en que el poeta y escritor Eugénio Tavares halló su inspiración para crear composiciones que han pasado a formar parte del patrimonio musical contemporáneo de Cabo Verde. Una de ellas es su conocida “Hora di Bai” (Hora de la Despedida), melodía que se ha popularizado su uso como la última canción de las fiestas, aquella que marca la despedida. La Morna se inspiró en la esclavitud y en la revolución permanente de aquellos que sólo podían expresarse contra la opresión del colono blanco con el canto, en forma de lamento. Las condiciones socioeconómicas y culturales de Boa Vista contribuyeron a desarrollar y a dar forma a este género musical, que expresaba en sus orígenes el dolor de ser esclavos, el sentimiento del amor, la cretchéu o añoranza por la ausencia del ser amado, el deseo de abandonar el país y el anhelo de regresar a él. Tavares, hijo de colonos portugueses, fue el primer intelectual en sostener en plena época de la colonia, que existía una identidad creole; lo que le costó su precipitado exilio a EEUU, país del que regresó tras diez años.
En la tercera década del Siglo XX, el compositor Francisco Xavier da Cruz,
apodado B. Léza, descubrió su pasión por la Morna y le dio su toque
personal, más alegre y más vivo. Unos años después, en los 50, apareció la
Coladeira, un estilo de Morna más acelerado y con claras influencias brasileñas
(Samba), del Caribe colombiano (Cumbia), y de las Antillas francesas (Zouk).
Las Mornas de B. Léza, de un carácter más alegre que las anteriores, han sido
interpretadas en lengua creole, por Cesária Évora, sobrina del
compositor. Évora es considerada como la más grande embajadora de este estilo
en todo el mundo, lo que le ha valido el sobrenombre de “Reina de la Morna”.
También se la conoce como la “Diva de los Pies Descalzos”, porque
actuaba con los pies desnudos como una forma simbólica de acercarse al pueblo
humilde caboverdiano que ella evoca en sus canciones. Tradicionalmente la Morna
se toca con instrumentos acústicos como el violín, dos o tres guitarras
(actualmente se usa la semiacústica), y el cavaquinho, guitarra pequeña de
cuatro cuerdas, a los que en ocasiones se les suma el acordeón, clarinete y
piano. Además de Eugénio Tavares y B. Léza, otros renombrados compositores de
Morna en sus orígenes fueron Luiz Rendall (maestro de B. Léza), Leila
de Marinha y Jorge de Monteiro. Posteriormente
músicos como Bulimundo, Tubaroes, o el guitarrista Rufino
Almeida siguieron dándole vía libre a este género musical que un día
franqueó las estrechas fronteras del archipiélago de la mano de la Diva de los
Pies Descalzos.
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