Canzone Napoletana (Italia)
La Canción Napolitana (en italiano, Canzone Napoletana) es una clase de composición vocal generalmente en idioma napolitano para voz masculina solista y acompañamiento instrumental. Es característica de la ciudad de Nápoles y su región. Sus letras son variadas, pero suelen hacer referencia a asuntos amorosos o al paisaje del Sur de Italia. Es imposible definir con exactitud cómo nació la canzone napoletana. Algunas fechas pueden ayudar a recordar su historia, pero no podrán explicar por qué los temas escritos y compuestos en este rincón del Mediterráneo tuvieron un éxito universal y un destino tal que hasta Elvis Presley grabó algunos de ellos. Algunas de las canciones más famosas son 'O sole mio, Torna a Surriento, Funiculì, funiculà o Santa Lucia. Hay que remontarse hasta 1825 para ver aparecer el concepto de canciones napolitanas, cuando un editor local publica I Passatempi musicali, una compilación de canciones populares de la ciudad y su región. Años más tarde, Te voglio bene assaie tiene tanto éxito que su texto vende más de 180.000 copias. Con este tema, se inauguraba el certamen de Piedigrotta canora, una especie de concurso de poesía que se convirtió con el tiempo en certamen de canciones, e hizo mucho por la creación de una corriente musical propia en Nápoles. La Festa de Piedigrotta estaba dedicada a la Virgen de Piedigrotta, una imagen muy popular en el barrio napolitano de Mergellina. Este festival perduró hasta 1950, cuando se creó el Festival de Nápoles, que tuvo gran éxito durante toda la década hasta que, finalmente, también desapareció en 1971. La popularidad internacional de las canciones napolitanas se debió, en parte, a la emigración italiana al resto de Europa y a América entre 1880 y 1920. También contribuyó el interés de intérpretes de ópera como Enrico Caruso, quien recurría a estas canciones de su ciudad natal para interpretarlas.
Los orígenes remotos de la canción napolitana se pueden fechar hacia el siglo XIII, en los cantos populares. En ellos se alababa la belleza de la naturaleza pero también se aludía a las dificultades de la vida cotidiana. Estos cantos se desarrollaron en el siglo XV, cuando el napolitano se convirtió en la lengua oficial del reino y numerosos músicos, inspirándose en los coros populares, comenzaron a componer frottolas, ballatas y otras obras de carácter festivo que popularizaron los aires napolitanos, especialmente a partir de finales del siglo XVI, cuando la villanella alla napoletana se extendió por toda Europa y se cantó hasta finales del siglo XVIII. En el siglo XVII aparecen los primeros ritmos de tarantela. El nacimiento de editoriales musicales a principios del siglo XIX fue determinante para la difusión de la música napolitana. Otro foco de difusión importante fueron los llamados posteggiatori, músicos ambulantes que cantaban canciones y vendían los textos (a veces, modificados por ellos). Los primeros decenios del Siglo XIX se consideran un momento dorado en la historia de la canción napolitana. La segunda época de esplendor fue tras la Segunda Guerra Mundial. La guerra y sus consecuencias dieron lugar a canciones amargas, desesperanzadas y de tono existencialista aunque en otras canciones se mantuvo el humor y el optimismo. En la década del 60 el Festival de Nápoles alcanzó una gran popularidad y difundió este género en toda Italia. Llegando el final de esa década la Canzone entró en crisis, debido principalmente a la falta de artistas serios que quieran abordar el idioma napolitano y también la música en Nápoles acogió generosamente todo lo que nacía en Estados Unidos: Jazz, Blues y Rock. Pasados los 70 renace nuevamente la clásica Canzone Napolitana con el nacimiento del café concert con Roberto Murolo como abanderado.
Si stu sciore torna a maggio, pure a maggio io stóngo ccá
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