Fuga
La Fuga es un género musical en el cual se superponen ideas musicales llamadas sujetos. Su composición consiste en el uso de la polifonía vertebrada por el contrapunto entre varias voces o líneas instrumentales (de igual importancia) basado en la imitación o reiteración de melodías en diferentes tonalidades y en el desarrollo estructurado de los temas expuestos.
Cuando esta técnica se usa como parte de una pieza más grande, se dice que es
una sección fugada o un Fugato. Una pequeña Fuga
se llama Fughetta. La palabra proviene del latín fugare que significa
“huir”. Una Fuga en música clásica se refiere a una composición en la que
tres o más voces (muy raramente dos) hacen entradas sucesivas en imitación,
como una especie de “persecución” entre las voces. Hasta el final de la Edad
Media el término Fuga fue ampliamente utilizado para describir las estructuras y
obras canónicas, en el renacimiento servía para designar específicamente los
trabajos basados en la imitación. No sería sino hasta el siglo XVII cuando el
término Fuga cobraría el significado que se mantiene en la actualidad. Los
antecedentes de la Fuga son el Ricercar y la Canzona, formas
desarrolladas en los siglos XVI y XVII. La Fuga, en su sentido actual, aparece
junto a la fantasía en la obra “Nova de tabulature” (1624) de Scheidt.
Otra clase de fuga emergió de las Toccatas de Johann Jakob Froberger y
de Dietrich
Buxtehude. Así, la idea de incluir partes fugadas en la Toccata
ha conducido a la combinación del Preludio y Fuga. La “Ariadne
música” de Johann Fischer (1702) es una colección de Preludios y Fugas
en las diferentes tonalidades y fueron precursoras de “El clave bien temperado”
de Johann
Sebastian Bach. Bach es el más destacado cultor de
la Fuga,
y fue quien la llevó a su máximo esplendor en su obra “El arte de la fuga”
(1749-1750). También destaca Georg Friedrich Händel, con
elaboradas Fugas corales en sus oratorios. Durante los siguientes siglos
se “redescubrió” la Fuga; casos famosos son la gran Fuga para cuarteto, opus
133 (1825) de Beethoven, las Fugas de las Sonatas para piano op.
106 y op. 110, así como la del cuarteto op. 131 del mismo compositor, y en
tiempos más recientes, los 24 Preludios y Fugas para piano opus 87
de Shostakovich.
La época barroca musical se destaca por su definición y se caracteriza por la
unidad y coherencia armónicas en la polifonía y el contrapunto. Existen además
otras formas de música contrapuntística, aparte de la gran variedad que ofrece Bach
y Händel.
En la Edad Media no se valoraba la armonía de igual forma que la melodía. En la
época de Giovanni Pierluigi da Palestrina, el problema de la armonía se
miraba desde un punto de vista distinto del de Bach. Pero la
característica más importante de todas las formas de música contrapuntística es
el interés independiente de las diferentes líneas melódicas en combinación unas
con otras.
Esto ocasionó que muchos compositores encontrasen en la Fuga
el máximo exponente del razonamiento musical barroco. La Fuga, como forma musical
completa e independiente, dejó de cultivarse plenamente tras el Barroco. Sin
embargo, desde entonces se ha practicado la técnica fugada en obras de épocas
posteriores como una parte o sección de obras mayores, por lo que ha sido
practicada en diversos estilos y en diferentes etapas de la historia de la música,
inclusive en la actualidad. Todas las Fugas tienen aspectos en común y
existe una terminología universal para describir la intervención de las voces
individuales, las partes y los recursos técnicos específicos de la Fuga.
El tema principal se denomina “sujeto” y es expuesto por la voz que entra
primero. Una vez presentado el tema completo, la segunda voz entra con el
sujeto transpuesto a la dominante; esta entrada en la dominante se denomina “respuesta”.
La tercera voz entra con el sujeto original, pero en una octava distinta, y así
sucesivamente. Esta sección inicial de la Fuga se denomina “exposición” y
concluye una vez que todas las voces han presentado el sujeto y la respuesta. Un
recurso común es la alternancia de la misma versión del tema entre las voces,
de manera que, en una típica Fuga a cuatro voces, cuando la
soprano y el tenor llevan el sujeto, la contralto y el bajo llevan la respuesta
o viceversa. Asimismo, es frecuente que las entradas alternen la secuencia de
sujeto y respuesta. En ocasiones, la exposición finaliza con una presentación
adicional del tema denominada “entrada recurrente”. A la entrada de la segunda
voz (con la respuesta), la primera voz desarrolla un contrapunto; de la misma
manera, la segunda voz presenta un contrapunto a la entrada de la tercera voz
(sujeto) y así sucesivamente. Cuando el contrapunto de la exposición es
idéntico en cada voz, se le denomina “contrasujeto” regular; cuando el sujeto
(o respuesta) o el contrasujeto hacen las veces de bajo sin incurrir en errores
gramaticales, se dice que el contrapunto es invertible. Existen distintos tipos
de Fugas.
Se trata de formas más complejas de Fugas que se componen a partir de
dos o más sujetos.
La Fuga Doble cuenta con tres partes
diferenciadas y completas: la primera es una Fuga sobre el primer
sujeto, la segunda parte es una Fuga sobre el segundo sujeto y la
tercera parte es una Fuga compuesta sobre ambos sujetos
combinados contrapuntísticamente. Ejemplos célebres de Bach son la “Gran
fuga para clave en la menor”, la Fuga n.º 18 en sol sostenido menor
del vol. II del “Clave bien temperado” y la Fuga de la Toccata para órgano en fa
mayor. En el siglo XX destacan las Fugas dobles n.º 4 (mi menor) y n.º
24 (re menor) de Shostakovich, en su serie de 24 Preludios y Fugas.
El término de “Fuga Doble” suele aplicarse a modalidades más sencillas de Fuga,
en las cuales el contrasujeto cobra suficiente importancia en la pieza como
para ser empleado con frecuencia como un sujeto alternativo, frecuentemente
relacionado con el sujeto principal. En este sentido, y comparando esta
modalidad con la austera y compleja forma de la Fuga Doble en estricto
sentido de la palabra, equivaldría a la tercera sección de aquella. En la Contrafuga,
el comes o respuesta es el mismo dux o sujeto expuesto en forma invertida.
Ejemplos son las Fugas n.º 5, 6 y 7 del “Arte de la fuga” de Bach.
El procedimiento puede usarse como recurso para crear divertimentti, después de
que sujeto y contrasujetos, como temas diferenciados, se han presentado en
debida forma en la exposición.
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