Yangge (China)
Al llegar las fiestas más señaladas del calendario, ciudades y pueblos del Dongbei, como se conoce en China a la región nordeste del país, se llenan con el alegre sonido de la suona y el tambor. Mujeres, hombres, mayores y menores se agrupan en comparsas y desfilan por las calles vestidos con llamativos trajes danzando y cantando al ritmo de la música.
Felices y
sonrientes, los grupos de bailarines agitan cintas y abanicos y contagian así
su entusiasmo al público. Esta actividad lúdica y festiva, muy popular entre
sus habitantes, no es otra que la danza Yangge del Dongbei. La danza Yangge
es una expresión artística del folklore tradicional, muy apreciado en la región
del norte de China, que tiene una larga historia. Entre el pueblo se explica
que su origen se debe a que, para aliviar un poco la dureza y monotonía del
trabajo durante la temporada de siembra, el campesinado de aquella época empezó
a usar tambores para marcar el ritmo con el que sembraban los campos. Guiados
por el sonido del tambor, muchos cantaban al mismo tiempo. Estas melodías eran
conocidas como Yangge o “canciones de plantación”. En sus inicios se empleaban
también para honrar a los dioses y pedir buenas cosechas, pero, con el paso del
tiempo, incluyeron otras formas de arte popular hasta convertirse hoy en una
expresión artística mezcla de danza, teatro y acrobacias, además del canto. La
danza Yangge es representada por comparsas de distintos tamaños. Las
pequeñas están formadas por una docena de personas, pero las grandes pueden
superar la centena. Sus integrantes se disfrazan de personajes famosos de la
mitología o la literatura antigua y, ataviados con cintas de colores, paraguas
y largas pértigas, bailan entusiasmados al ritmo que marcan los tambores y
tradicionales instrumentos de viento como la suona, conocida también como
“corneta china” y elaborada en madera.
Otros lugares del norte de China como
Shanbei, Changli o Jiaozhou también cuentan con su particular versión de esta
tradición, cada una con sus propias características. La aparición del Yangge
en el nordeste de China tiene mucho que ver con las migraciones de la etnia han
hacia esta región del país a partir de la dinastía Qing (1644-1912). Antes, el
Dongbei estaba poblado principalmente por manchúes y mongoles. Sin embargo, la
nueva monarquía estimuló la emigración a estas tierras, impulsando a una buena
parte de la etnia han a desplazarse más allá de la Gran Muralla. De esta forma,
la tradicional danza fue introducida en las nuevas tierras y con el tiempo fue
evolucionando hasta desarrollar sus propias peculiaridades. La del Dongbei se
caracteriza por su tono descarado y humorístico, reflejo del carácter honesto y
apasionado de sus habitantes. De entre todas sus modalidades, la más apreciada
es la que se representa con zancos. Como los inviernos del nordeste son muy
fríos, es habitual que se acumule nieve en las calles y el uso de zancos de
madera es una forma de evitar que los zapatos se mojen y ensucien durante las
representaciones. Además, también permite a quienes bailan contemplar desde lo
alto a su público. Los zancos más cortos son de unos 90 cm, mientras que los
más largos pueden llegar hasta los 240 cm de longitud.
En muchos casos, los
actores tienen que subirse a las cornisas para poder colocárselos. Los vestidos
y accesorios también poseen características típicamente locales. Para potenciar
el tono festivo de las celebraciones, los danzarines suelen elegir para sus
vestidos colores llamativos como rojos, amarillos y verdes muy brillantes.
Igualmente llamativas son las fajas de seda, colgantes de cuentas y flores con
los que se adornan, así como los grandes abanicos y largas cintas de seda de
las que se sirven para ejecutar todo tipo de movimientos durante sus bailes. Muchos
de estos elementos se inspiran en prendas tradicionales de la etnia manchú como
túnicas largas, chalecos y chales. Por ejemplo, los chales que llevan las
bailarinas son casi idénticos a los utilizados por las mujeres manchúes, y
también las peinetas con forma de abanico que se colocan en los moños y sobre las
que fijan grandes flores de tela y borlas en ambos lados. Además de las flores,
otro adorno son los colgantes de cuentas que, a veces, se insertan en las
peinetas formando dibujos de fénix o pavos reales. Todos estos elementos de la
cultura manchú fueron integrándose con el tiempo en la indumentaria de esta
genuina representación artística. Por su parte, los hombres suelen vestir con
chaquetas y pantalones de un mismo color adornados con bordados, chalecos y
sombreros de fieltro. Igual que los zancos, estas prendas también se adecúan a
las características climáticas de la región.
Muchos de los personajes que se
representan en la danza Yangge del Dongbei pertenecen a
obras famosas conocidas por todos, como Sun Wukong y Chu Bajie, de “Viaje
al Oeste”; Lu Dongbin y He Xiangu, de “Los ocho inmortales cruzan el mar”;
o Bai
Niangzi y Xuxian, de la “Leyenda de la serpiente blanca”. Los
bailarines se maquillan de manera exagerada dibujándose rostros con aire
dramático, y bailan en parejas con pasos estilizados que representan
movimientos de las artes marciales, o, recrean movimientos militares de famosas
batallas antiguas. Para conseguir un efecto cómico, algunos se disfrazan de
personas mayores, ataviados con graciosos moños de pelo y agitando una larga
pipa de fumar, y hay chicos que se visten de jovencitas con flores y perlas en
el pelo y exagerados coloretes resaltando sus mejillas. También los hay que
salen con grandes cabezas de bebé y quienes demuestran sus grandes dotes en
artes marciales. Todos juntos desfilan en procesión por las calles danzando al
ritmo de tambores, platillos y trompetas. Unos agitan farolillos, otras navegan
en coloridos barcos de papel, y también hay quienes demuestran su habilidad con
largas pértigas o desfilando sobre zancos, andando, bailando y cantando al
mismo tiempo. Como no podía ser de otra manera, el público disfruta de lo lindo
con la variedad y el humor del espectáculo. En la región del Dongbei, la danza Yangge
es símbolo de buena fortuna. En el pasado, las comparsas se reunían solo para
ensayar antes de las fiestas importantes. Hoy, este arte se ha convertido en un
elemento habitual de la cultura popular de pueblos y ciudades, donde es posible
ver a diario comparsas practicando en las plazas al anochecer. En nuestros
días, la danza Yangge se ha convertido en una forma más de entretenerse y
hacer 14ejercicio después de cenar. En el nordeste de China no hay hombre,
mujer, mayor o joven que se resista a marcarse unos pasos al escuchar el alegre
sonido del tambor. Para promocionar su práctica en la capital de la provincia
de Liaoning, y darla a conocer al mundo, entre el 28 de septiembre y el 10 de
octubre de 1991 se celebró en la ciudad el primer Festival Internacional de Yangge
de Shenyang. Fue una gran competición que atrajo a numerosos grupos de
dentro y fuera del país. Hasta hoy, Shenyang sigue celebrando todos los años
este evento dedicado a su expresión artística más tradicional.
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