Koumpo (Senegal)
El continente africano posee las culturas más antiguas del planeta y que hasta el día de hoy no se han modificado por completo, una gran diversidad de creencias relacionadas con sus deidades y la vida cotidiana en el sustento de las comunidades, entre rituales ancestrales al ritmo de los tambores piden por la fertilidad, las cosechas y la prosperidad, específicamente en Senegal hay una tradición llamada la danza del Kumpo dirigida a la comunidad para que actúen como buenos aldeanos y los alienta a una vida comunitaria y cooperativa.
No se puede dar con certeza la etimología exacta del nombre: sería
una deformación de la palabra wolof Kumpa que significa “lo secreto”, porque
despierta la curiosidad; o lo que está reservado para los iniciados y, por lo
tanto, no puede ser descifrado por un profano. El Koumpo es una figura
tradicional en la mitología del pueblo Diola en Casamance, Senegal. Varias
veces al año, durante las Journées culturelles, se organiza un festival
folclórico en el pueblo. En este, se hace un baile llamado la danza del Koumpo.
El Kumpo
está vestido con hojas de palma y usa un palo en la cabeza (de dos o tres
metros de altura). Al comienzo del baile, una joven ata una bandera de color en
el palo. Baila durante horas con el palo y la bandera en la cabeza. Este culto
al secreto explica el hecho de que, para vestirse, el Kumpo debe retirarse al
bosque acompañado de hombres iniciados y ninguna mujer debe asistir al lugar.
Todos estos aspectos se encuentran en el Kumpo, dándole una dimensión
fantasmagórica. El Koumpo alienta a la comunidad a actuar como buenos aldeanos.
Promueve a todos a participar en la vida comunitaria y desea que todas las
personas disfruten de la fiesta. Para quienes no están familiarizados con el Kumpo
y observan la danza por primera vez, puede parecer increíble y fascinante
aquella presencia que baila frente a ellos sin aspecto humano, incluso hay
movimientos que parecen irreales e imposibles de realizar por alguna persona
por más ágil que sea,
algunos han relacionado esta tradición como muchas otras
con la brujería y hechicería, como es el vudú. Los espectadores occidentales
han mencionado que se sienten atemorizados al ver esta tradición ritual, aunque
saben que hay una persona debajo del traje ataviado con hojas de palma,
realmente la ilusión que se consigue con los movimientos y los saltos puede ser
impresionante, ambientado al ritmo de los tambores y cantos de los aldeanos da
una sensación inigualable. Durante la festividad los aldeanos bailan y brincan
junto con el Kumpo, también asisten autoridades religiosas de la región y líderes
políticos que cooperan en la festividad, aunque es una tradición ancestral con
motivos de bienestar para la comunidad y el respeto prevalece, ya que se
organizan representaciones abiertas al turismo curioso de la cultura Diola
donde el espectáculo además de ser tradicional sorprende a más de uno con la
gran agilidad para girar sobre el palo que se encuentra en la cabeza del
danzante, aún más increíble es la habilidad para ocultar todo aspecto humano
debajo del traje hecho artesanalmente por los mismos habitantes. Sus diversas
apariciones están asociadas a ceremonias de circuncisión y ritos de iniciación,
pero también el exorcismo de los malos espíritus. Aparte de estos aspectos, el Kumpo
también se puede definir como un elemento que reúne a las personas en un lugar
muy específico para discutir las decisiones importantes a tomar, pero también
para comulgar en comprensión y fraternidad.
Al igual que el Kankourang,
los aspectos místicos y didácticos no pueden separarse del Kumpo. De hecho, nunca se
sabe la verdadera identidad del portador de la máscara, exorcista de los malos
espíritus. Además de ser una máscara protectora para las ceremonias de
iniciación, es el garante del orden y la justicia. El Kumpo es vector de
ciertos valores como el respeto a los mayores, la riqueza y el poder de la
naturaleza en el país de Joola, los valores de compartir, el sentido de la
responsabilidad o la vida en comunidad. Además del misterio, la máscara tiene
una dimensión estética por la búsqueda de la belleza del gesto y por la
destreza en los pasos de baile. El Kumpo sería el cabeza de familia de
cinco máscaras en total, que lo acompañan durante las fiestas, entre ellas las Samay
y las Niasse que le sirven de escolta. El Samay, disfrazado de
pantera, desempeña el papel de maestro de ceremonias con la tarea de poner
orden. Sin embargo, el Samay también llamado Ekumba
Karamba significaría "cerdo salvaje". Su identidad también es
desconocida. Pero el gran maestro sigue siendo el Kumpo. Como esta, hay
muchas más tradiciones que esconde el continente africano que algunas se han
heredado a los descendientes que hoy en día habitan otros continentes desde
hace varias generaciones.
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