Concierto Homenaje a Freddie Mercury

 


Todavía no habían pasado los cinco meses de la muerte de Freddie Mercury cuando Queen, con el elenco más impresionante de figuras invitadas de la historia para el recital de una banda, se presentó en el estadio de Wembley.

El 24 de noviembre de 1991, el día de la muerte de Freddie, sus compañeros decidieron que antes de pensar cómo seguir adelante, le harían una despedida a su altura: majestuosa. Y tenía que ser sobre un escenario. Supieron en ese mismo momento que para reemplazarlo debían convocar decenas de grandes cantantes, que nadie podía hacerlo por sí solo. En febrero de 1992, en la entrega de los Brits Awards, los tres miembros sobrevivientes de Queen anunciaron que darían un concierto tributo a su cantante. Mientras la ansiedad del público crecía, en privado a la banda le llegaban decenas de ofrecimientos. Parecía que todas las estrellas de la música querían estar presentes, ser parte del homenaje, ponerse al menos por un rato la corona de Freddie. Brian May, Roger Taylor y John Deacon se sentaron con un lápiz y un papel y garabatearon la lista soñada por ellos. Discutieron bastante hasta dar con los nombres definitivos. El criterio que utilizaron fue la afinidad de los diferentes cantantes con Freddie o lo que podían aportarle de energía a la banda. Agradecieron con amabilidad cada ofrecimiento y salieron a buscar el elenco ideal. Casi todos los que fueron invitados aceptaron el convite. Algunos no pudieron por problemas de agenda, por estar girando por otra parte del mundo o terminando un álbum. No sólo había que coordinar agendas, los que vinieran debían estar dispuestos a ensayar. Los músicos de Queen no soportarían la menor improvisación, no se podían permitir un show desprolijo. De a poco se fueron conociendo los nombres. El primer problema surgió con la presencia de Guns N’ Roses. Grupos de defensa de los derechos homosexuales se opusieron a que Axl Rose cantara esa noche. Amenazaron con un boicot. Recordaban que Axl había proferido comentarios homofóbicos.
Como Axl no hablaba con los medios, fueron los miembros de Queen los que tuvieron que salir a apaciguar la situación. El 20 de abril de 1992, Brian May, John Deacon y Roger Taylor, los componentes supervivientes de Queen, se subieron al escenario en el estadio de Wembley para marcar el inicio de uno de los mayores eventos de la historia del Rock, que la banda había organizado para rendir homenaje a su colega fallecido: el incomparable Freddie Mercury. El macroconcierto que marcó a una generación con la intención de rendir tributo a unael leyenda como Mercury, quien perdió la vida a causa del SIDA, enfermedad que precisamente se quiso poner en conocimiento de todo el mundo en este evento histórico. Los miembros de Queen decidieron organizar este concierto con dos intenciones, hacer un tributo del tamaño de un genio irrepetible y concienciar sobre la existencia del VIH, recaudando fondos para la fundación Mercury Phoenix Trust, una organización benéfica formada en esa época cuyo cometido es aliviar el sufrimiento de los que padecen SIDA en todo el mundo. Se celebró en el estadio de Wembley (Londres), el 20 de abril de 1992, cinco meses después de la muerte de Mercury, y reuniendo a más de 72.000 espectadores. El concierto fue retransmitido por radio y por televisión para 76 países. Metallica o Guns N’ Roses no eran algo marginal, sino parte del olimpo musical junto a los más grandes de la música.
La audiencia estimada de la retransmisión del concierto fue de 500 millones de personas, y la recaudación de 20 millones de libras. El concierto dio inicio con bandas que fueron influenciadas por Queen, como es el caso de Metallica, Extreme, Def Leppard y Guns N’ Roses. Durante la primera parte del concierto se mostraron vídeos explicando la vida de Freddie y su grupo. Mientras tanto, se cambiaba un poco el escenario para las siguientes interpretaciones. La segunda parte del concierto consistió en la participación de los tres miembros restantes de Queen (John Deacon, Brian May y Roger Taylor), junto con varios artistas, como Elton John, Roger Daltrey, Tony Iommi, David Bowie, Mick Ronson, James Hetfield, George Michael, Seal, Paul Young, Annie Lennox, Lisa Stansfield, Robert Plant, Joe Elliott, Phil Collen, Axl Rose, Slash, Liza Minnelli, entre otros. Tras aquel escalofriante mensaje que dejó Mercury con su “Show Must Go On”, la verdad es que los miembros restantes de Queen no lo pudieron hacer mejor, un marco incomparable y un plantel irrepetible. Todo el negocio musical quiso aparecer, sintiéndose agraviados algunos artistas que no pudieron ser invitados, sorprendiendo la ausencia de Michael Jackson o Prince. Parece ser que la inclusión de bandas “de pelo largo” como Metallica, Guns N’ Roses o Def Leppard fue cosa de Brian y Roger, que no querían un concierto excesivamente azucarado, sino con esencia de Hard Rock. Hubo momentos para la posteridad tanto en la parte inicial del concierto, con Metallica (quien ese mismo 20 de abril editaban su single “Nothings else matters”), Extreme, Def Leppard y Guns N’ Roses, como en la posterior con invitados interpretando los grandes éxitos de Queen.
Quedan para la historia las uniones de Roger Daltrey, de The Who, con Tony Iommi, de Black Sabbath, para hacer “I want it all”, o Axl Rose y Elton John haciendo “Bohemian Rhapsody”. El vocalista de Guns N’ Roses incluso cantó en solitario “We will rock You” con Queen, otro momento estelar. El concierto fue uno de los más espectaculares que pueden recordarse. El escenario se alzaba sobre una estructura de 50.000 kilos de tubo de acero y estaba iluminado por 5.000 luces. Los intervalos entre canción y canción se rellenaron con antiguos vídeos de Freddie Mercury, proyectados en pantallas gigantes. El sonido y la organización fueron irreprochables. Desde 1986 no se celebraba un festival comparable en el estadio de Wembley. En aquella ocasión se trató también de una iniciativa contra el SIDA, y Freddie Mercury, con el resto de Queen, ofreció una de las actuaciones más brillantes de sus 20 años como profesional. Sus compañeros, May, Taylor y Deacon, quisieron que el homenaje a Mercury se celebrara en Wembley por el simbolismo que encerraba este estadio. A las seis de la tarde, aún con luz natural y con una temperatura agradable, abrieron el fuego los grupos más duros: Metallica, Extreme, Def Leppard, Spinal Tap y Guns and Roses. Roger Daltrey, ex cantante de The Who, interpretó el viejo éxito de QueenI want it all”. U2 se unió a la fiesta desde EEUU, con una canción que fue retransmitida vía satélite. El cantante italiano Zucchero fue el único intérprete no anglosajón, con la canción “Palabras de amor”. Bob Geldoff, que organizó el macrofestival contra el sida de 1986, tocó una melodía gaélica. A partir de ese momento, casi todos los temas pertenecieron al repertorio clásico de Mercury. May, Deacon y Taylor acompañaron a Paul Young en “Radio ga ga”, a Robert Plant (Led Zeppelin), en “Innuendo” y “Crazy little thing called love”, a Seal en “Who wants to live forever”. Annie Lennox (ex Eurythmics) y David Bowie cantaron a dúo “Under pressure”, en uno de los momentos culminantes de la noche. Bowie se arrodilló después en el escenario y rezó un padrenuestro por todas las víctimas del SIDA. El espectáculo prosiguió con Lisa Stanfield, Elton John y Axl Rose, y George Michael, que interpretó “Somebody to love”. Para el gran fin de fiesta apareció Liza Minelli, que entonó “We are the champions”, uno de los más conocidos temas de Queen (hasta el punto de que el Partido Laborista lo usó como himno en la campaña electoral en 1987). El resto de los participantes se unió a Minelli en el escenario para despedir el tributo a Freddie Mercury.

 

 

Fuentes:

 

• Queenonlinestore.com

• Diablorock.com

• Elpais.com

• Infobae.com

 


 



























 

 

 

 



















 

 

 

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