Tambú (Curazao)

 


Los esclavos que fueron enviados desde África al nuevo mundo, sirvieron como trabajadores en plantaciones y llevaron su cultura musical solamente en la memoria. En sus nuevas patrias reconstruyeron su música y danzas seculares y religiosas, que para ellos eran esenciales de expresión que les permitía olvidar sus penas, para ayudar a crear solidaridad social y para hacer contacto con sus dioses.

El Tambú de Curaçao (Antillas Neerlandesas) es un ejemplo de esta continuidad cultural. El uso de instrumentos de percusión, tales como idiófonos del tambor y el hierro, polirritmia, escala pentatónica y el movimiento de la danza, es todo de origen africano. El Tambú no era más que una danza para la gente afro de Curaçao, pues las autoridades coloniales, los blancos adinerados y los misioneros cristianos, concluyeron que era sólo un entretenimiento público para la relajación y la diversión. Era una manera de vida. El Tambú era una expresión de la creencia popular de los esclavos negros de Curaçao y trabajadores de granjas de la clase social más baja de los negros luego de la absolución de la esclavitud en 1863. Las manifestaciones similares comparables incluyen al Calimba de Trinidad, el Winti de Surinam, y el Candomblé de Brasil. La música del Tambú originalmente fue hecha originalmente con dos instrumentos: un tambor con membrana de cuero, el Tambú, y un idiófono de hierro, el Heru. Las palmas y el ruido de los pies al golpear el piso, son elementos esenciales del Tambú. Los orígenes de la gente afro de Curaçao, arribaron a la colonia en el siglo XVIII. Los neerlandeses introdujeron una economía de plantaciones desde que asumieron el control de la isla en 1634. Esta producción agrícola, al ser de escalas reducidas, implicaba básicamente que lo cosechado abasteciese a la población de la isla. Los colonos neerlandeses incorporaron a la isla un mercado secundario muy importante. Esto consistió en la exportación y cría de esclavos, principalmente para la exportación a las plantaciones de otras partes del Caribe. Los orígenes africanos de la mayoría de la población de Curaçao de la actualidad, son extremadamente difíciles de conocerlos con exactitud, aunque se sabe que provenían de África Occidental.

El instrumento más importante en el funcionamiento del Tambú es un membranófono, el tambor o Tambú. Se trataba de una caja de madera en forma de barril recubierta de una piel de oveja o de cabra estirada y clavada en la parte superior. La caja era hecha originalmente con un tronco de árbol ahuecado a mano o quemado por dentro por los carpinteros especializados. Cortaban un trozo del tronco del árbol con hachas o machetes y cuidadosamente, le daban forma cilíndrica, se lo recubría de cuero y luego se le agregaba aros de lata o de hierro a su alrededor. Debido a la escasez de troncos apropiados en Curaçao, se empezaron a utilizar barriles que se usaban para enviar clavos. Esto significó mucho menos trabajo, ya que todo lo que necesitaban era eliminar ambos extremos y estirar una piel en su parte superior. El Tambú tiene un diámetro de unos 30 cm y, generalmente, una altura de unos 40 cm. El Tambú se toca con manos, utilizando los dedos y las palmas. El Tambú es acompañado por el Heru, un idiófono de hierro que crea un sonido chillón. En el siglo XVII las azadas fueron utilizadas en las plantaciones y como instrumento que se incorporó al Tambú. En el siglo XIX puede decirse que el Tambú era acompañado por un tambor, un instrumento de hierro y aplausos. Como el Tambú, el Heru era tocado por un hombre. Solamente un idiófono metálico era utilizado por los conjuntos originales de Tambú en siglos anteriores. También se utilizó otros idiófonos de hierro como el Agan, así como el Chapi, una azada o una espada, el triángulo, el wiri, etc. En la segunda mitad del siglo XX, el número de idiófonos de hierro usados juntos en Curaçao se aumentó en dos y a veces en tres. En los años 80 el número subió a cinco y en ocasiones más. Una combinación de Chapi y Wiri, o Chapi y triángulo, también fueron usadas. El conjunto actual consiste en un tambor con un acompañamiento de tres o más Chapis, un cantante y un coro. Anteriormente los idiófonos de hierro no se utilizaban todos juntos, pero la razón por la que se empezaron a combinar desde los años 60 en adelante, fue la introducción del micrófono, con la cual la voz del cantante fue amplificada, lo que permitió aumentar el sonido de los instrumentos metálicos.

 

 





















 

 




















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