Kambuchi (Paraguay)
El Kambuchi: recipiente que pertenece a la alfarería guaraní; existía de varias dimensiones: la mediana, que las mujeres utilizan para transportar agua desde el ykua encima de la cabeza; el Kambuchi guasu (grande) es más grande, se utiliza para depositar en ella el agua del ybua en abundancia para el uso cotidiano. El ñai`û (barro negro) es la materia prima que moldeadas por las manos Iteñas, forman al cántaro, o Kambuchi, objeto que persiste desde la época franciscana, primeramente como fin utilitario, ahora en varias formas, tamaños y brilla al son de la Galopera, triunfante en la cabeza de las damas. Itá fue asiento de una de las misiones franciscanas, en su interior se mezclan la artesanía, el sabor y la creación de varias artesanas dedicadas a moldear el barro negro, cuenta la historia que allá por el siglo XVI el Fray Tomas de Aquino enseño a las mujeres del lugar una nueva manera de subsistencia, la elaboración de una vasija a la que le dieron el nombre de cántaro o Kambuchi. Hoy en día Itá lleva el título de la “ciudad del cántaro y la miel”. Por la preservación de su alfarería histórica y por la generosidad de su suelo, al brindar la sabrosa miel, elaborada a partir de la caña de azúcar. Primeramente se amasa de una manera muy peculiar, con los pies, es una técnica antiquísima, milenaria de la época franciscana, menciona la Sra. Mirian Cáceres pobladora de la compañía Caaguazú dedicada a la elaboración del cántaro. Durante el amase, se mezcla con polvo de ladrillo para lograr una mayor homogeneidad del ñai`û, el punto exacto es cuando el barro negro ya no se adhiere por la planta de los pies, eso significa que la masa es la lista para dar lugar a las manos, instrumentos mágicos que darán forma al ñai`û. Se realiza la base inicialmente, para luego ir aumentando capa por capa, existen además herramientas como el Takua Pehê (palillo de tacuara) para afinar el Kambuchi y una cuchara, o sino hoja de guayaba u hoja de naranja para los detalles finales del cántaro.
El Kambuchi se adopta a los nuevos tiempos, a las tendencias pero sin perder sus características iníciales se puede observar variadas formas y tamaños, como el cántaro liso o típico; el cántaro para el agua fresca, con tapa y vaso; el cántaro liso grande, además el Kambuchi Rova (cántaro con rostro), el Kambuchi yvoty (cántaro con flores). A través del tiempo este recipiente, el Kambuchi, llegó a ser la vasija utilizada en la danza, que poniéndola sobre la cabeza las mujeres bailan y de esta manera nace la danza del Kambuchi o Kambuchi Jeroky. Esta danza, como todos los rasgos folklóricos, tiene una justificación, una utilidad reguladora del menester festivo. Durante la danza, el Jeroky, las bailarinas, con su Kambuchi cargado de agua fresca o de aloja preparada con agua fresca endulzada con eirete (miel de abejas) y jugo de apepu rykue, como una ofrenda del santo patrono, cada una va ofreciendo su contenido a los peregrinantes que se acercan al ruedo con baranda de tacuara alrededor y que sirve de escenario para el despliegue de las bailarinas. La música paraguaya, que se escribe en 6/8, se manifiesta, a través de sus múltiples componentes, con una variedad de estilos, y dentro de esos estilos se caracterizan los que fueron compuestos especialmente para esa danza llamada, desde tiempos inmemoriales, Kambuchi Jeroky. El creador de la Galopera, Mauricio Cardozo Ocampo, menciona la habilidad de la mujer Paraguaya para sostener sobre la cabeza el cántaro nativo, “Galopera sigue tu danza hechicera, dame un poco de agua fresca de tu cántaro de Amor”. De esta manera el Kambuchi demuestra su figura hasta para la música y el baile, representando como objeto único del Paraguay. Esta combinación de cántaro y baile es aceptada en el exterior, tornándose como algo peculiar y admirado por todos. El cántaro representa mucho para el Paraguay ya que lleva anexada el sostén de varias familias artesanas, el reconocimiento de los paraguayos en el extranjero, ya sea por el baile, la música pero por sobre todo en la creación del Kambuchi, nacida de la madre tierra y transmitida de generación a generación.
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