Chutas (Bolivia)


La danza de las Chutas es un baile popular que demuestra una faceta de las tradiciones del Departamento de La Paz (Bolivia). Se lo practica a partir de las últimas semanas del mes de noviembre y se extiende hasta el mes de abril, articulando la relación de la danza en las ceremonias del inicio de las cosechas en el campo o en las diferentes fiestas del santoral católico. El origen de la palabra Chuta tendría una traducción relacionada con las obligaciones de servicio que debe cumplir una persona y estaría íntimamente ligada con la acepción aimara de la mita (reclutamiento forzoso precolombino para trabajoa públicos). De tal manera, puede deducirse que chuta vendría a ser una persona que debe cumplir una obligación de forma reiterativa y en distintos períodos de tiempo. El Chuta era el nativo avecinado en la ciudad, que su trabajo era ser el ponguito, diminutivo de la voz pongo, palabra aimara castellanizada de puncu, o puerta. Era el nombre del indígena que cumplía una obligación gratuita para el dueño de la hacienda como portero durante una semana. En sí, era un siervo dentro de la organización feudal de la Bolivia de entonces. Dormía en el suelo, se cubría con andrajos, se alimentaba con los desperdicios igual que un perro. Cuidaba la puerta de calle día y noche, recibía patadas y puñetazos como pago de los terratenientes. El ponguito vestía así: en la cabeza un lluchu (gorro) y un sombrero ovejón, sobre el torso, camisa de bayeta y encima una chaquetilla de la misma tela de otro color que tenía corte de torero, los pantalones eran abombachados en la parte superior, donde lucía laboreo de bordados y muy ajustado por la parte de abajo. De estos personajes se origino la danza chuta con su propia alegría y compás.


El baile de los Chutas es una danza post-hispánica, tradicional símbolo del carnaval de los indígenas del departamento de La Paz. Se baila haciendo pareja, en la cual las parejas componentes de la comparsa deben sincronizar sus movimientos y evoluciones. Hombres y mujeres participan en igual número. Las parejas bailan con un trote corto pero muy rítmicamente, tomados de las manos giran de un lado a otro en forma de zig-zag, combinando el movimiento de la cabeza con el cuerpo, jugando  o retozando continuamente. El Chuta se baila una vez al año, durante la fiesta del carnaval. Es la danza preferida por las clases populares. Los ritmos característicos que acompañan a esta danza se denominan la Tarqueada y la Pinquillada, pero también se los ve acompañados de bandas de música. El Chuta lleva una chaquetilla corta que llega hasta la cintura, con bordados de hilo de colores dorados y plateados, cuyas representaciones son figuras fitomorfas (flores y plantas de un solo tallo), zoomorfas (cóndores, águilas, pavos reales, etc.), y antropomorfas, plasmadas sobre un fondo uniforme de orto color. Pantalón con diversos bordados de la misma forma que la chaquetilla, lluchu, camisa, corbata, sombrero y una careta hecha de alambre milimetrado, prensadas en moldes de cobre o bronce. La máscara, un rosto de piel rosada, ojos claros, barbas y bigotes, ironiza al hombre blanco que hizo del indígena su sirviente. De rato en rato, una voz chillona emana detrás de la máscara, con ocurrencias e incoherencias capaces de hacer reír al público. El Chuta está acompañado siempre de sus dos mujeres, representando a la que dejó en el campo y a la que encontró en la ciudad. La danza de la Chuta fue declarada Patrimonio Cultural e Inmaterial por parte de la Asamblea Legislativa boliviana.










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