Mientras el resto del mundo canta
aguinaldos y villancicos, Bolivia tiene su Chuntunqui. El Chuntunqui, la versión
boliviana del Villancico que los españoles exportaron de Europa, no falta en
la Navidad, y, pese a los cambios políticos e incluso culturales registrados en
diferentes épocas de la historia del país, sobrevive y se interpreta para
adorar al Niño Dios.
Bolivia es un país con una
riqueza cultural inmensurable, donde la música y la danza son pilares
fundamentales de la identidad de sus pueblos. Dentro de este vasto mosaico
cultural, el departamento de Tarija, ubicado al sur del país, alberga
tradiciones únicas que se manifiestan a través de sus festividades y
expresiones artísticas. Entre ellas, destaca la singular danza de los Michizos,
una manifestación cultural profundamente arraigada en la comunidad de Tomayapo,
provincia Méndez.
La danza Kantus es originaria de la región de Charazani, en la provincia
de Bautista Saavedra del departamento de La Paz, Bolivia. Se cree que esta
danza tiene sus raíces en las antiguas culturas andinas preincaicas, y ha sido
preservada y transmitida a través de generaciones por las comunidades
indígenas.
Tocar el Jula-Jula es algo ritual, que conecta con la Pachamama en un
instante en que se prepara la comunidad para el encuentro (Tinku). Su legado es
antiguo, prehispánico y con una profundidad sonora, que motiva a representar la
cosmovisión andina, donde el grupo o comunidad entran con sus instrumentos,
tocando e imitando el movimiento de la serpiente, donde se expresa el
movimiento del rio que avanza por la tierra para hacerla fértil, expresando de
este modo un culto antiguo al agua en época de lluvia, y ondeando las wiphalas
o banderas blancas de la región del Kollasuyo.
El Jacha Tata Danzanti es una danza ritual altiplánica del
territorio boliviano, interpretada por un joven escogido por sus habilidades
para la danza y su fuerza moral y física. El primer registro bibliográfico
acerca del Danzante se encuentra en un artículo de María Eugenia Soux,
titulado “Música e identidad: La ciudad de La Paz durante el siglo XIX”.
La Danza los Angelitos del departamento de Beni (Bolivia), que es
practicada en municipios de la provincia de San Ignacio de Moxos, es una danza
ritual que se realiza los días 24, 25 y 26 de diciembre conmemorando el
nacimiento del Niño Jesús.
La Cacharpaya o Kacharpaya designa un canto y baile
tradicional andino perteneciente al ritmo de Huayno o Wayñ.
Su origen es precolombino, de las culturas quechua y aimara. Es parte de las
festividades dedicadas a la fertilidad de Pachamama, la Madre Tierra.
El Carnaval de Oruro es único en el mundo por su sentido
religioso. Comienza 40 días antes de la Pascua, con el primer convite en
devoción a la Virgen del Socavón, en el que todos los conjuntos visitan el
templo donde tiene lugar la ceremonia del permiso y la promesa.
Las misiones Jesuíticas enseñaron a los pueblos de Moxos la
escenificación de muchas ceremonias religiosas. entre estas se destaca la danza Los
Herodes que representa las acciones del Rey “Herodes, el Grande” quien
tenía interés en matar al Mesías que según rumores había nacido recién.
La riqueza histórica que tiene la
danza de los Tobas en Bolivia, es ampulosa y de gran valor, teniendo como
máximo exponente al tradicional Conjunto Folklórico Tobas Zona Sud,
que por falta de socialización es muy poco conocida.
Existen
diferentes teorías sobre el origen de la Cueca. Una de ellas refiere que esta
danza nació en África, derivada del Landú, danza angoleña, y que
posteriormente en América pasó llamarse como Zama, en referencia a una
batalla desarrollada en aquel continente.
La danza El Barco del departamento de Beni es religiosa. Culminación de
las Pascuas Navideñas. Danza-ceremonia que la realizan los nativos el segundo
domingo de enero y también la denominan “El Encierro o día del Barco”, porque
en esta ocasión, los religiosos guardan la imagen del Niño Jesús como
culminación de las fiestas navideñas, y es por esta razón que los nativos hacen
la alegoría de la llegada y retorno de los Reyes Magos y sus esclavos negros,
que siguiendo la Estrena de Oriente llegaron hasta Belén para adorar el Mesías
llevándole sus regalos.
La danza de Los Incas tiene su participación dentro del Carnaval de Oruro
como la representación de los personajes de la genealogía Inca, con los
movimientos bélicos del ejército Inca, la entrada de Francisco Pizarro al
Perú, la contienda entre Diego de Almagro sobre el Imperio
Inca, en rescate del Inca Atahualpa, la muerte de Huáscar
y de Atahualpa,
el apresamiento y muerte de Túpac Amaru por orden del Virrey
Francisco de Toledo.
La verdadera riqueza de las fiestas populares recae en la parte musical que
incluye ritmos, melodías, composiciones, saberes e instrumentos musicales que
identifican y dan sentido al movimiento de una danza.
La danza Chunchos es un baile folklórico de Bolivia que es ejecutada en
la fiesta grande de San Roque, en Tarija, esta fiesta se celebrada cada 16 de
agosto de cada año, es el escenario del baile de los Chunchos, personajes
vestidos con un tocado especial de perlas y plumas de pavo, con el rostro
cubierto, una aljaba a las espaldas y una flecha con la que marca el ritmo del
baile; el Chuncho canta y baila al ritmo de un tambor, de quinillas y de
unas cañas de alrededor de 4 metros de longitud.
La danza Cueca Paceña es un baile de pareja donde el hombre pretende
cortejar a la mujer mientras ella en una forma coqueta luce elegante rechazando
su propuesta ocultándose en su pañuelo blanco. Mostrando entre ambos un juego
amoroso. La historia de esta danza se remonta al siglo XVII.
El Tundiqui o Tundique, es una danza boliviana
originaria de la localidad de Mururata. En sus inicios esta danza la bailaba la
comunidad afroboliviana, principalmente en épocas de Pascua, en la “Fiesta de
San Benito” que se desarrollaba en la Capilla de Mururata de la Provincia de
Nor Yungas.
La danza de los Potolos es originaria de las
poblaciones Potolo de Chuquisaca, y Potobamba, de Potosí (Bolivia). Sin dudas,
los Potolos es una especialidad de los 18 que acoge el fastuoso Carnaval de
Oruro, declarado como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la
Humanidad, como una de las más esperadas.
Esta danza es agraciada, carismática
y sobre todo alegre, por los movimientos rítmicos y acompasados que realizan,
además de los movimientos gracioso de las caderas, que le da un aspecto
simpático al baile. Se dice que los Potolos representan el acarreamiento del
agua y el enamoramiento del varón a la mujer. Es una danza costumbrista que se
practica en toda la región de Potolo y Potobamba. Así mismo, se dice que las
características del zapateo y la utilización del instrumento del charango,
proviene de otra región denominada Chayanta, ubicada en el departamento de
Potosí. La conjunción de ambas genera la especialidad de Potolos y Chayantas.
Entre los Potolos se destacan tres figuras: Jilacata Mayor, que representa a la
autoridad máxima del ayllu (grupo familiar en una comunidad indígena), quien,
junto a su compañera, forman el poder del “Chacha-warmi” (concepto utilizado en
la cosmovisión andina referido al código de conducta basado en el principio de
dualidad y de lo complementario). La figura del Jilacata Mayor es considerada
como una persona comprometida y responsable del bienestar del grupo. Su
vestimenta es muy similar al resto, a excepción de que usa un sombrero porongo
de color blanco con una cinta negra, que no cubre toda la cabeza a diferencia
de los del grupo. Lleva adaptada una cabellera trenzada sujeta con lana que
llega hasta debajo del hombro. En la cintura tiene amarrado un aguayo (prenda
rectangular multicolor que se utiliza como mochila, abrigo o adorno) doblado de
forma triangular y que cubre toda la parte de las caderas, lo que le permite un
mejor movimiento. Sostiene en sus manos un charango, que simboliza la alegría
del trabajo y un medio para conquistar a las mujeres.
En la Danza de los Potolos el comunario es representado por el
bailarín, que demuestra su esfuerzo en el trabajo y sus habilidades en el
movimiento de conquistar a la mujer. Entre los objetos que porta está un
pequeño charango, que es considerado como su fiel compañero, al momento de
interpretar una tonada para conquistar a su pretendida, una mujer joven y
soltera. Otro personaje que se destaca en la danza es la de la danzarina, que
representa a la comunaria, un valor importante de la economía familiar, pese a
sus recargadas labores en el pastoreo y el hogar, no deja de lado el coqueteo.
Por ese motivo, en la danza se representa el excedido coqueteo con el
movimiento de las caderas como parte de la coreografía del baile. La mujer no
se deja conquistar a pesar del coqueteo del varón y con el baile lo aleja de su
lado para poder buscar otras opciones. La danza también quiere demostrar
mediante su coreografía, el paso de la siembra, la cosecha de papa y el acarreo
del agua, mediante movimientos. El Jilacata es el único que baila solo delante
de un bloque, por ser la máxima autoridad. La vestimenta del Potolo
se caracteriza por el sombrero de cuero de oveja que tiene una forma
semicircular y ala muy angosta y su ropa es la que utiliza de manera habitual
en la región señalada, consistente en un pantalón corto y camisa de bayeta de
la tierra. Por su parte, las mujeres ajsus de la tela de aguayo y pequeños
sombreros. En las manos lleva una inkuña, que es un retazo de tela, tiene un
chumpi que envuelve la cintura y una franja colgada en la cual, generalmente,
está bordado el nombre Potolos. Luce abracas (sandalias), con las correas
envueltas en lana del color del traje. Resalta de estas vestimentas el atado
abultado en la parte posterior del cuerpo, a la altura de los glúteos, lo que
ayuda a los sutiles movimientos de sus cultores. Este conjunto, en sus inicios,
participaba del Carnaval de Oruro como una banda y unos 30 danzarines, pero
desde el 2002 las filas se engrosaron. Ahora tiene cinco bloques, entre ellos
”Jilancos”, ”Jatun Jilancos”, ”Yotalas”, “Chayantas” y “Miskis”.