Jula-Julas (Bolivia)
Tocar el Jula-Jula es algo ritual, que conecta con la Pachamama en un instante en que se prepara la comunidad para el encuentro (Tinku). Su legado es antiguo, prehispánico y con una profundidad sonora, que motiva a representar la cosmovisión andina, donde el grupo o comunidad entran con sus instrumentos, tocando e imitando el movimiento de la serpiente, donde se expresa el movimiento del rio que avanza por la tierra para hacerla fértil, expresando de este modo un culto antiguo al agua en época de lluvia, y ondeando las wiphalas o banderas blancas de la región del Kollasuyo.
Los Jula-Julas son
instrumentos pertenecientes a la familia de los aerófonos, esa herramienta
musical acompaña la marcha de los ayllus del norte de Potosí hacia el tinku
tanto en Macha como en otras comunidades donde se celebra ese rito. Según los
indígenas, le debe su música a un proceso ritualístico en el que el instrumento
sirve de mediador entre el mundo humano, el “Aka pacha” y el mundo de los
diablos y las fuerzas del paisaje, el “Manqha pacha” y mediante un proceso
conocido como serenado el instrumento adquiere un sonido estético profundo y
queda habilitado para ser tocado por todos los hombres en edad de pelear. Estos
instrumentos complementarios de tres y cuatro tubos construidos de cañahueca,
van generalmente en cinco medidas diferentes, del más grande al más pequeño se
denominan así: Jula-Jula Orkho (el más grande y el guía), cuya tonalidad
aproximada es Sol menor pentáfona, la Ira consta de tres tubos (Sol, Do, Fa),
la Arka consta de cuatro tubos (Fa, Si, Re, Sol), no presentan resonadores; Jula-Jula
Mali (el mediano), cuya tonalidad aproximada es Sol menor pentáfona a distancia
de una octava del Orkho, idéntica estructura que el Orkho; Jula-Jula Liku (Liku
significa estrellita en Aimara), cuya tonalidad aproximada es Sol menor
pentáfona a intervalo de octava de la Mali, idéntica estructura que el Orkho; Jula-Jula
Tijli, Jula-Jula Ch´ili (el más pequeño), todos a intervalo de octava,
acompañan la danza del mismo nombre. La música debe ser guiada por los Mayuras
(personas encargadas musicalmente de la ejecución de los instrumentos). La
música de los Jula-Julas es vigorosa y de esencia guerrera, estos
instrumentos abarcan cuatro o cinco octavas paralelas y sus melodías son
esencialmente pentáfonas.
Los Jula-Julas aparecen preferentemente
en los meses de febrero, marzo y abril, como también en la fiesta de Cruz de
Mayo (3 de mayo) en centros mineros y en casi todas las regiones del norte de
Potosí, Bolivia. Sus características espirituales son renombradas por su música
ceremonial, en especial el ritual guerrero del tinku y otras ceremonias
locales. Se afirma también que su nombre deriva de los sonidos onomatopéyicos
“ju la, ju la, ju la” o “ju, ja, ju, ja, ju, ja” que caracteriza a la música
que interpreta. Sin duda éste es uno de los instrumentos que “conserva sus
rasgos prehispánicos” en forma pura. A lo largo de la historia de nuestros
pueblos originarios la danza de los Jula-Jula ha ido acompañando
diversos rituales, como es el caso del ritual de la q’ua del inicio de la
cosecha. Pero también dentro de este ritual de la Q’ua el Jula-Jula es un inicio
para el encuentro del tinku que también va relacionado al inicio de la cosecha,
donde de acuerdo a los resultados de este encuentro, las personas del lugar,
llegan a percibir el resultado de la cosecha de esa temporada. Las comunidades
suelen entrar en marcha tocando los ritmos de Jula-Jula y el zapateo al
ritmo de las tonadas de instrumentos que llevan el mismo nombre. Para su
interpretación se requiere de un conjunto de personas que responda los altos y
contra altos, donde una mitad comienza con la música y la otra mitad le sigue. Los
tocadores de Jula-Julas interpretan las melodías moviendo su cuerpo de
manera parecida a un trote marcial, siempre al compás de la música,
definitivamente los tocadores de Jula-Jula del circulo rural no combinan con
otros aerófonos, como Tarkas, Quenas y zampoñas. Este instrumento aún no es de
uso citadino. Seguramente su preservación se mantendrá intacta durante largo
tiempo, debido a que los tocadores del ámbito rural heredan de sus padres un
gran respeto a su cultura. Los Jula-Julas, como música, funciona,
igual que en la mayor parte de los casos, como elemento de un ritual
tradicional, en su caso es acompañar el recorrido desde el pueblo hasta el
cerro-calvario de la comunidad donde se reúnen los hombres participantes para
pedir fuerza para la pelea del tinku.
En el trayecto las tropas de músicos
hacen figuras de baile y se detienen en lugares sagrados para pedir “perdón de
dios”, todo, por supuesto, mientras tocan. En la vestimenta de la danza de los Jula-Julas
predominan los colores; azul, negro, rosado, naranja, rojo, violeta y verde,
colores que son representativos a la flora y fauna que lleva el lugar, las
mujeres llevan faldas tableadas con los colores ya mencionados y con detalles
coloridos de flores, animales y figuras, llevan una camisa blanca, una banda
adornada con detalles en el pecho y cruzando con el aguayo donde se ve
diferentes plantas característicos del lugar, así mismo, también llevan un
sombrero con adornos coloridos, perlas colgando y espejos. La vestimenta de los
varones consta de un chaleco de mangas largas con adornos coloridos al igual
que el de las mujeres, en alguno de los casos los chicos optan por un chaleco
sin mangas y camisa de diferentes colores, un pantalón negro, un cinturón de aguayo
con los adornos y colores representativos, una bufanda colgando de dicho cinturón,
un casco adornado de plumas y plantas del lugar, un chullo colorido. En el caso
de los representantes, el varón usa un poncho con detalles más llamativos,
mientras tanto la mujer un aguayo colgado con los adornos más grandes y
coloridos, con figuras de animales y plantas. El 11 de mayo de 2018, en
Caripuyo, Potosí, se promulgó la Ley de Declaratoria de Patrimonio Cultural e
Inmaterial del Estado Plurinacional de Bolivia a la Expresión Ritual del Jula
Jula. Conscientes de que la estrecha relación del rito del tinku con la
Cruz del Sur, el uso específico de ciertas frecuencias en los Jula
Julas hace pensar y sentir la necesidad de tener más estudios que vayan
dirigidos a la música de nuestros pueblos y su capacidad curativa.
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