Música Sefardí

 


El folklore sefardí es un folklore vivo, que se ha ido transformando a lo largo de los siglos, enriqueciéndose con la influencia de las culturas donde se desarrolla, manteniendo durante estos cinco siglos, la lengua con la que partió de Sefarad.

Sefarad significa España en hebreo. Esta palabra designa a los descendientes de los judíos expulsados de España en 1492, tras la caída del Reino de Granada, último episodio de la reconquista cristiana de la Península Ibérica.

El pueblo hispanojudío se dispersó por el norte de África, el Mediterráneo oriental y Europa occidental. Este proceso de emigración fue complejo y duró generaciones. Dependiendo de las condiciones políticas de los países de destino, la evolución histórica y cultural de cada uno de estos tres grupos fue muy distinta.

Los sefardíes que viajaron hacia el Mediterráneo oriental (en ese momento el imperio otomano, actualmente formado por Turquía, Grecia, Bulgaria, Macedonia, Bosnia, Serbia, Croacia, etc.), pudieron conservar sus tradiciones, su lengua y, como no, sus canciones sefardíes. Dadas las circunstancias políticas del imperio otomano, los que fueron hacia allí, pudieron seguir con su identidad intacta durante muchos años.

En términos más generales, el término sefardí engloba las comunidades judías del mundo árabe-musulmán, en particular del Magreb, incluso si la mayoría de ellas estaban compuestas por judíos de raíces africanas de tribus bereberes judaizados desde la Antigüedad, y no expulsados de España en el siglo XV.

El canto sefardí designa por definición el canto de los exiliados de España, transmitido y enriquecido de siglos en siglos por las comunidades nacidas de esta diáspora, y más en general, la música secular o litúrgica de los judíos orientales.

El canto sefardí designa por definición el canto de los exiliados de España, transmitido y enriquecido de siglos en siglos por las comunidades nacidas de esta diáspora, y más en general, la música secular o litúrgica de los judíos orientales.

Uno de los rasgos culturales sefardíes que ha despertado más interés ha sido su repertorio musical. Las canciones sefardíes iban pasando de generación en generación e iban incorporando nuevas melodías y letras de allí por donde pasaban. La figura de la mujer sefardí es muy importante como protagonista y como transmisora en prácticamente todas estas canciones.

No se puede estudiar la música de los judíos sefardíes -en el sentido etimológico del término- es decir, originarios de la Península Ibérica antes de su expulsión de España (1492) y Portugal (1497) sin recordar la importancia de la cultura judía en la España medieval. En esa época, los judíos, en contacto con la cultura árabe, desarrollaron su actividad en campos tan variados como la economía, la ciencia y las artes.

Ocupan a menudo un lugar importante en la sociedad española medieval, como médico, filósofo [Maimónides (1135-1204)] o incluso poeta [Salomon Ibn Gabirol (aprox. 1020-1057), Judah Halévi (aprox. 1075-1141), etc.]. A lo largo de la Edad Media y hasta el siglo XV, también se menciona a los músicos judíos empleados en diversas cortes de dignatarios cristianos o árabes. Los reyes cristianos de España tenían en alta estima a los músicos judíos.

Pero en 1492, después de un siglo de persecución y conversiones forzadas, la reina Isabel la Católica emitió un decreto que expulsaba a todos los judíos de España. En 1497, el rey Manuel I de Portugal extendió esta medida a sus súbditos judíos. Los judíos sefardíes, forzados al exilio, se refugiaron en tierras protestantes (Inglaterra, Alemania, Provincias Unidas, colonias holandesas o inglesas) y sobre todo en tierras islámicas (Imperio Otomano y Norte de África), llevándose consigo una cultura centenaria. que guardaron celosamente.

Así, más de cinco siglos después de la expulsión, todavía hay judíos sefardíes que hablan judeoespañol, el castellano antiguo del siglo XV.

Descendiente de los judíos de España, este pueblo trató de preservar una parte de la tradición española a través de la práctica del idioma y de la música, esencialmente por transmisión oral, especialmente el repertorio de sus Coplas, Romances y Cantigas.

Los Romances son historias cantadas (en muchos casos bastante extensas) muy comunes en el repertorio de tradición oral hispánico. Sus personajes son, en general, reyes, reinas, princesas, nobles o caballeros cuya realidad pertenece a la sociedad medieval. La figura de la mujer sefardí es muy importante como transmisora del romancero. Los Romances servían a la vez como cuentos para los niños mayores y como nanas para los bebés.

Por el contrario, las Coplas sí son producto de la creación sefardí. Su época de esplendor se sitúa ya en la diáspora alrededor de los siglos XVII y XIX, aunque también hay coplas de creación moderna.

Las canciones o Canticas (como se conoce en oriente) representan la lírica sefardí, cuya temática más frecuente es la amorosa. Abundan las que hablan de la mujer hermosa, las que describen conversaciones de madres aconsejando a sus hijas, las de fidelidad o infidelidad y lamentos de amor o deseo. En las canciones, a diferencia de los Romances o las Coplas, la letra no tiene un hilo argumental continuo y tampoco un orden fijo lógico. Por esta razón, es muy común que haya canciones que tomen prestadas estrofas de otras. En todo caso, sea Romance, Copla o Canción, la figura femenina es protagonista en prácticamente el cien por cien de todas las historias.

A lo largo de su exilio, la cultura judeoespañola estuvo expuesta a las múltiples influencias de los países que atravesó y las tierras de acogida. La vitalidad del cancionero sefardí no es un fenómeno nuevo. Tal como se la conoce hoy, la música judeoespañola es un mosaico donde lo sagrado convive con lo secular, los temas judíos con temas no judíos, lo antiguo con lo nuevo.

Es así como en algunas canciones judeoespañolas aparecen melodías de Óperas del siglo XIX, Zarzuelas, ritmos Fox-Trot, Tangos, Valses y finalmente textos castellanos muy antiguos que se alternan con traducciones modernas. canciones populares turcas, griegas e italianas.

Desde principios del siglo XX, las comunidades sefardíes, influenciadas en particular por el sistema educativo de la Alliance Israélite Universelle, también fueron sensibles a las tradiciones europeas como el canto canónico, las bandas de música y la música de las comparsas de Music Hall. Incluso música instrumental que reemplaza a los cantantes tradicionales.

A principios del siglo XX, los compositores se interesaron mucho por la música tradicional, interés que dio sus frutos a través de la creación de muchas piezas inspiradas en estas diversas tradiciones.

La cultura judeoespañola nunca ha suscitado tantos proyectos, sueños y creaciones. Es porque el sentido de urgencia que se apoderó de muchos descendientes de familias sefardíes los empuja a actuar y a recuperar todas las piezas de este inmenso rompecabezas: idioma, cocina, canción, poesía, literatura y sobre todo una forma de ser y de considerar el mundo, un arte de convivir.

Muchos investigadores han examinado este aspecto de la herencia judía, como Edwin Seroussi, Jessica Roda, Judith Cohen o incluso Susana Weich-Shahak, quien ha realizado un trabajo de recopilación e investigación bastante notable sobre la música que acompaña a los diferentes momentos de la vida de las comunidades judeoespañolas del Mediterráneo oriental, desde el nacimiento hasta la muerte, incluyendo canciones de cuna, rimas infantiles, canciones de boda, etc.

En los últimos años, la música judeoespañola ha experimentado un resurgimiento, con la aparición de una nueva generación de artistas, firmemente decididos a revolucionar el repertorio de canciones tradicionales. Así, la música Electro-Sefardí es significativa de este fenómeno de actualización y herencia de la música judeo-española.

 

 

Fuentes:

 

• Iemj.org

• Evoeh.es

• Musicaantigua.com

 


 



























 






















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