Kantus (Bolivia)

 

 

La danza Kantus es originaria de la región de Charazani, en la provincia de Bautista Saavedra del departamento de La Paz, Bolivia. Se cree que esta danza tiene sus raíces en las antiguas culturas andinas preincaicas, y ha sido preservada y transmitida a través de generaciones por las comunidades indígenas.

La danza Kantus se baila principalmente con fines rituales y ceremoniales. Está asociada con varias festividades y eventos comunitarios importantes, entre ellos: • Rituales Agrícolas: Es común que la danza Kantus se realice durante las festividades relacionadas con la agricultura, como las celebraciones de las cosechas y los cultivos. Es una forma de rendir homenaje a la Pachamama (Madre Tierra) y pedir por buenas cosechas.

• Celebraciones Religiosas y Festividades Locales: La danza es una parte integral de las festividades religiosas y culturales en la región, incluyendo fiestas patronales y eventos importantes en el calendario andino.

• Ritos de Paso y Ceremonias de Vida: También se baila en ocasiones especiales como matrimonios, nacimientos y otros ritos de paso importantes en la comunidad.

La música Kantu, producida por una orquesta que también es llamada así y que lleva el nombre y defiende el honor de un pueblo, es ejecutada con ayuda de flautas de Pan o zampoñas, que en algunos casos llevan dos hileras de tubos, con tambores (llevados por una parte de los flautistas) y a veces con un triángulo. Sus largas frases musicales, ejecutadas con un ritmo lento y majestuoso por veinte o treinta músicos de todas las edades, pueden ser escuchadas de mayo a noviembre en la mayoría de las fiestas de la región de Charazani o también durante las kermeses organizadas en La Paz por emigrantes de la provincia que habitan en la capital.

En la provincia, la orquesta de Kantu, que toca tan bien en casa como en otros pueblos de los alrededores, es contratada habitualmente por el “preste” (o uno de los “prestes”) de una fiesta, durante la cual, los hombres y mujeres presentes pueden formar parejas libremente y ejecutar, al ritmo de las piezas de Kantu, una danza elegante en la cual el hombre a menudo hace dar vueltas a la mujer.

Una parte del público prefiere escuchar la música y, cuando varios conjuntos se hacen presentes, verlos competir. En un verdadero alarde de sus habilidades, los músicos dejan sus pulmones en las flautas para no “perder la melodía” y defender la reputación de su pueblo. Coordinado musical y socialmente por sus dos miembros más ilustres (los guías). El “Kantu de Quiabaya” ensaya antes de cada fiesta para renovar su repertorio y mantener la calidad de ejecución; en esta ocasión, el grupo de. músicos, por medio de una ofrenda, se asegura también la protección de la Madre Tierra (Pachamama).

El Kantu contemporáneo está conformado por veinticuatro flautistas (de los cuales alrededor de seis tocan al mismo tiempo un tambor) y un ejecutante de triángulo. Esto es lo que se llama una Tropa de Kantu; cuando el número de flautistas (y de flautistas-tamborileros) disminuye a la mitad, se habla entonces de una media-tropa. En la media-tropa se utilizan doce flautas diferentes: la mitad son del tipo arka, con siete tubos principales, la otra mitad son flautas ira, que sólo tienen seis tubos principales. Las flautas arka y las flautas ira producen respectivamente una misma escala de sonidos, pero dentro de seis registros diferentes. Las dos escalas son exclusivas y complementarias, y la música Kantu puede utilizar todos los grados que proporciona esta combinación, lo que en la práctica sólo ocurre en algunas piezas llamadas “marchas”. Para un registro dado, la gama resultante comienza con el primer tubo de la flauta arka y prosigue con el primer tubo de la ira, luego el segundo de la arka, el segundo de la ira, y de este modo se sigue hasta el último de la flauta arka, que tiene un tubo más que la ira.

Por tanto, ninguna melodía podría ser reproducida sin contar por lo menos con una flauta arka y una flauta ira de un mismo registro. En Quiabaya, los pares de flautas complementarias más largas y, por lo tanto, aquellas que tienen el registro más bajo, son las toyo. Siguen, con una quinta más alta, las sanga; luego, a una cuarta de éstas (por consiguiente, a una octava de las toyo), las wajo. Según el mismo patrón, las alto malta, las wajo malta y las suli completan la serie. La media tropa tiene entonces un músico que toca la toyo arka y uno que toca la toyo ira; uno la sanga arka y uno la sanga ira; etc.; y la tropa lleva dos de cada uno de estos instrumentistas. Los diferentes pares de músicos, cada uno dentro de su registro, tocan paralelamente la misma melodía, al mismo tiempo que el ejecutante del triángulo y los flautistas-tamborileros marcan el compás con sus instrumentos de percusión.

En el Carnaval de Oruro, la danza es revivida gracias al Centro Cultural Autóctono Sartañani Wasuru Qhananpi, bajo el denominativo de “Conjunto Autóctono Kantus Sartañani”, fundado el 12 de abril de 1985, en este tiempo, los jóvenes se inclinaron por seguir esta danza y gracias al apoyo que recibió se integró a la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro en 1988, siendo incluida en el Patrimonio.

Los danzantes visten trajes coloridos y tradicionales, a menudo adornados con plumas, cintas y otros elementos que simbolizan la conexión con la naturaleza y los ancestros.

Los movimientos de la danza son circulares y en grupo, lo que representa la unidad y la cohesión de la comunidad. Los pasos son vigorosos y a menudo sincronizados con la música, creando un espectáculo visual y auditivo impresionante.

La danza Kantus no solo es una expresión artística, sino también una manifestación cultural que fortalece la identidad y cohesión social de las comunidades andinas en Bolivia.

 

 

Fuentes:

 

• Es.scribd.com

• Studocu.com

 


 






































 






















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